29 marzo 1956

Trágico accidente real: Muere Alfonso de Borbón y Borbón de un tiro disparado por su hermano mayor Juan Carlos

Hechos

El 29 de marzo de 1956 murió Alfonso de Borbón y Borbón.

Lecturas

Los hijos de Don Juan de Borbón Battenberg (el hijo menor y heredero de D. Alfonso XIII), D. Juan Carlos de Borbón y Borbón y D. Alfonso de Borbón y Borbón, al contrario que su padre residían en España, aunque acudían a visitarle a Estoril con frecuencia.

El día 29 de marzo de 1956, festividad de Jueves Santo, Alfonso comenzó el día acudiendo junto a toda su familia a la misa matutina. A primera hora de la tarde, Alfonso debía acudir al Club de Golf de Estoril, donde competía en la Taça Visconde Pereira de Machado.​ Alfonso era un apasionado de este deporte, al igual que su padre, algo que le había acercado mucho a este. Aquel día Alfonso disputó, y ganó, la semifinal de la competición. Tras ello, regresó a Villa Giralda, hogar de la Familia Real desde 1949,​ junto a su padre y su hermano, que le habían acompañado al torneo. La familia al completo volvería a salir una vez más, esta vez para asistir a la misa vespertina que se iba a celebrar a las seis de la tarde. Acabada la celebración eucarística, y debido al mal tiempo, todos regresaron a la casa para pasar el resto de la tarde.

Alfonso y Juan Carlos subieron a la planta de arriba. Hacia las ocho, jugueteando con un arma corta, Alfonso recibió un disparo. La bala provenía de un revólver de pequeño calibre, que, salvo que afectara a zonas vitales, era prácticamente inofensiva; pero a Alfonso le alcanzó la cabeza, por lo que murió de forma casi instantánea.

Cuando los condes de Barcelona subieron al cuarto de juegos, su hijo menor yacía sobre un charco de sangre. Pese a los esfuerzos del padre por reanimarle, el infante murió en sus brazos. Acto seguido, don Juan, según diversas fuentes, cubrió el cuerpo de su hijo con una bandera de España y, volviéndose hacia Juan Carlos, le espetó: «¡Júrame que no lo has hecho a propósito!». A las ocho y media, Joaquín Abreu, el médico de la familia acudió a Villa Giralda, pero no pudo salvarle.

Disparidad de versiones

Al día siguiente, la prensa portuguesa publicó el comunicado oficial que había emitido la embajada española:

Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión.

 

La versión oficial del Gobierno español difería mucho de la realidad, pues Franco en persona había impuesto que se silenciaran los detalles sobre lo ocurrido. Sin embargo, en los días siguientes, se supo que era Juan Carlos quien sostenía el arma, así que fue la disparidad de versiones, más que el hecho en sí, lo que sembró las dudas entre parte de la opinión pública.​ Las circunstancias exactas no se conocen con seguridad y las versiones varían más o menos según la persona que las cuente. El propio Juan Carlos contó a su amigo Bernardo Arnoso que había apretado el gatillo desconociendo que el revólver estaba cargado y que, tras rebotar en una pared, impactó en el rostro de su hermano.

María de las Mercedes aseguró en su autobiografía que el conde de Barcelona había prohibido jugar a sus hijos con la pistola porque el día anterior habían estado disparando a las farolas. Pero que, aquella tarde, los infantes habían cogido igualmente el arma para disparar contra una diana. Poco después de las ocho el arma se disparó. Posteriormente, la misma María de las Mercedes sugirió la posibilidad de que su hijo Juan Carlos apuntara en broma a Alfonso y disparara sin percatarse de que el arma estaba cargada. Según un reportaje de la periodista Françoise Laot, basado en las entrevistas concedidas por María de las Mercedes, habría sido la propia condesa de Barcelona la que abrió el secreter donde se guardaba el arma, permitiendo a sus hijos que jugaran con ella.

Otra versión sobre lo ocurrido en el cuarto de juegos fue probablemente sugerida por la infanta Pilar, hermana de Alfonso y Juan Carlos. Según este relato, Alfonso regresaba al cuarto de juegos con las manos ocupadas llevando algo de comer para él y su hermano y empujó la puerta con el hombro. Al abrirse súbitamente, la puerta golpeó el brazo de Juan Carlos provocando que este accionara involuntariamente el gatillo. La bala saldría disparada, entonces, justo en el momento en el que Alfonso accedía a la habitación.

JAIME DE BORBÓN INTENTA UTILIZAR LA TRAGEDIA A SU FAVOR

D. Jaime de Borbón Battenberg, el hermano mayor de D. Juan de Borbón Battenberg, realizó gestiones ante el dictador de España, D. Francisco Franco para que, a raíz de lo que sucedido descartara cualquier opción de designar a D. Juan Carlos de Borbón como su sucesor y optara en su lugar por su hijo D. Alfonso de Borbón Dampierre (Duque de Cádiz) e incluso sugirió el procesamiento de D. Juan Carlos por el accidente. El General Franco no siguió aquellas sugerencias.

El Análisis

UNA TRAGEDIA QUE NO MERECE SER UTILIZADA POLÍTICAMENTE

JF Lamata

Alfonso de Borbón era el hermano menor y Juan Carlos de Borbón el hermano mayor. Si esa rama ocupaba el Trono en España era a Juan Carlos al que le correspondía ser Rey, no hacía falta ningún ‘oportuno asesinato’ para convertirse en heredero, lo que hace muy infames las teorías de verduleros en ese sentido. En la larga vida de Don Juan Carlos de Borbón y Borbón hay servicios a la patria que nunca podrán olvidarse y, al mismo tiempo, graves actos que merecen y merecerán no pocos reproches cada vez que se analice su figura, pero la muerte de Alfonso de Borbón no debería ser uno ellos.

La muerte de aquel joven es una tragedia que no merece ser utilizada políticamente y que no está vinculada a realizas, ni a temas políticos, sino a algo mucho más simple: con las pistolas no se juega. La historia cotidiana de todos los que han tenido armas en su casa está llena de tragedia y catástrofes que este elemento puede provocar. El castigo de ver morir a tu hermano delante de ti es suficientemente abominable como para que no se utilice más ese crimen.

Que los reproches a Don Juan Carlos sean por su obra como Jefe del Estado. Como hermano, pagó lo que pocos soportarían sin eloquecer.

J. F. Lamata