25 agosto 2017

El doblaje en castellano dirigido por Juan Navarro ha sido realizado por Vicente Real, Javier Abengozar y Laura Peña

Netflix estrena su versión de ‘Death Note’ en película logrando un éxito de visionados y una ola de críticas de los seguidores del manga

Hechos

El 25.08.2017 se estrenó en Netflix la película ‘Death Note’.

25 Agosto 2017

‘Death Note’: El poder de asesinar con solo escribir un nombre

Álvaro P. Ruiz de Elvira

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Netflix estrena la película que adapta el famoso manga de fantasía

Adam Wingard se dedica al cine para pasárselo bien. Muy bien. Y si por el camino consigue alguna vez dirigir una película de la franquicia Alien, entonces ya no habría nadie más feliz en el mundo. A base de filmes de terror, de serie B para abajo, se está labrando un currículum en el terreno que más le gusta. Su última aportación es la adaptación estadounidense del manga y anime Death Note,que estrena hoy Netflix. Y parece que le va bien: Warner le ha fichado para dirigir el enfrentamiento entre King Kong y Godzilla que se verá en las salas de cine en 2020.

Death Note cuenta la historia de un estudiante, interpretado por Nat Wolff, que se hace con un cuaderno que da el poder a la persona que lo posea de matar a quien quiera solo con escribir su nombre en sus páginas. Un poder otorgado por un traicionero dios de la muerte llamado Ryuj al que pone la voz Willem Dafoe. Un famoso detective (interpretado por Lakeith Stanfield) tratará de resolver la plaga de muertes en extrañas circunstancias. El filme iba a ser rodado por Warner, e incluso directores como Gus Van Sant o Shane Black estuvieron a punto de dirigirlo. Al final, llegó Wingard, pero el estudio decidió producir menos películas y permitió al cineasta llevarse el proyecto a otro sitio. Poco después, Netflix ya lo había comprado para ponerlo en marcha.

Las quejas de los más fanáticos han surgido desde que se anunció que Hollywood iba a hacer una adaptación del exitoso manga (publicado entre 2003 y 2006), que tuvo su extensión en forma de serie animada (2006-2007), cuyos 37 episodios también se pueden ver ahora en Netflix en España. También se produjeron tres películas niponas que arrasaron en taquilla en Japón. «Son toneladas de responsabilidad. Para mí era importante tratar de hacer honor a los elementos temáticos. En general creo que hay un desagrado por defecto entre la comunidad anime cada vez que algo se adapta a una película de acción real», comenta Wingard a EL PAÍS en una habitacion de un hotel londinense. «Ha sido raro desde el principio. Cuando se anunció que yo haría la película, inmediatamente había gente dándome duro en Twitter diciendo: ¡has arruinado Death Note! ¿Cómo lo he hecho? ¡Si no habíamos rodado nada y ni siquiera entonces teníamos un guion completo!», dice el director.

La película toma el planteamiento y los personajes principales del manga, pero ha sido adaptada para un público occidental, desde su localización en Seattle a las referencias cinematográficas que han tomado Wingard y su habitual equipo de producción. «Siempre he visto esta película como una mezcla de géneros. En términos de inspiración, las escenas de muertes vienen muy directas de Destino final. Queríamos pasarlo bien con estas muertes, especialmente al principio de la película, cuando el protagonista todavía disfruta con el libro, queríamos que el espectador quisiera adivinar qué iba a pasar y que se lo pasara bien haciéndolo, con cabezas explotando. Lo que es muy diferente del material original, donde casi todo el mundo tiene ataques al corazón», comenta entre risas.

«Hemos decidido hacer algo más cinemático. Otras referencias son Heat, las películas de los ochenta, las de Michael Mann en general, Escuela de jóvenes asesinos (Heathers), y una mezcla de cosas oscuras de los años ochenta y películas de instituto con adolescentes», finaliza el director. Lo raro es que no citara también su gran pasión, Alien. Ya encontrará una película para inspirarse en ella.

21 Agosto 2017

Crítica de ‘Death Note’ (Netflix): Infame e insultante adaptación

David Lorao

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Ya hemos podido ver en exclusiva la película de ‘Death Note’, título original de Netflix que adaptaba el manga y el anime de Tsugumi Oba.

Vamos a quitarnos en la primera frase la pregunta que se está haciendo todo el mundo: no, ‘Death Note’ no es una buena adaptación. Es una de las adaptaciones más horribles, infames e insultantes que se recuerdan. Para que os hagáis una idea, la primera impresión que me he llevado al verla es la de estar delante de un nuevo caso ‘Dragonball Evolution‘. Como sucedía con el film de James Wong, en Netflix no tenían claro que hacer con ‘Death Note‘. O más bien ha sido el cineasta Adam Wingard.

El mayor problema de ‘Death Note’ es que el director, Adam Wingard, no sabía a qué público dirigirse. A veces se desmarcaba de la obra original y otras intentaba copiarla una vez modificada la esencia de los protagonistas. Ni los fans de la obra original ni los nuevos espectadores serán conscientes de qué narices están viendo aquí.

El director da la sensación de que no sabe lo que tiene entre las manos. Por una parte, cree que puede llamar a los aficionados de la obra original. De tal manera que tienes a Light, que ya no es Yagami sino Turner. Tienes a Mia, que ya no es Misa. Y tienes a L, que ahora es afroamericano. Pero tienes a Watari. Y a Ryuk. Muchos de los elementos originales están sintetizados aquí de una forma u otra. No significa que el cambio de apellidos, raza o elementos sea un insulto. Ni mucho menos. El problema reside en que, aunque tengas esto, también tienes una desvirtuación premeditada de la esencia de todo lo que el anime recoge. La esencia. Lo que realmente era importante de mantener. De trasladar a toda una nueva generación.

Primera imagen oficial de L contra Kira en Death Note (Netflix)

Por un momento, ‘Death Note‘ te quiere hacer pensar que esta es una nueva historia. Una historia que nada tiene que ver con aquel Light Yagami que se convirtió en Kira. En el dios del nuevo mundo. Los protagonistas parecen ser los mismos, pero no. Y creo que allí es donde está el mayor fracaso de Adam Wingard y de esta producción original de Netflix. No han sabido a qué público se dirigían. Han pretendido, por un lado, contentar a los fans de la obra original. Pero, al mismo tiempo, sintetizar todo esto en una nueva historia modificando todo para los nuevos espectadores… ¡Con los protagonistas originales! Lo dicho: una auténtica aberración de adaptación televisiva. Una más de las muchas violaciones cometidas a obras niponas tanto en Occidente como en la propia isla de Japón.

‘Death Note’ es frenética y trepidante, haciendo que todo avance demasiado deprisa sin darte tiempo a reconocer nada de lo que estás viendo. Las personalidades de los personajes se asumen, más que se ven, y los actores están muy perdidos. La pobreza audiovisual sólo es rescatada por la fotografía y la selección musical. Pero no consiguen salvar uno de los peores títulos de Netflix de todos los tiempos.

¿Cómo película? Demasiado rápida. Tiene un ritmo frenético y trepidante y la acción avanza de manera desmedida. No te da tiempo (sin conocer la obra original) a reconocer la personalidad de los protagonistas. Son arquetipos tan marcados que asumes más que ves. Aunque me gustaría conocer la opinión de un espectador que no conozca nada de la obra de Tsugumi Oba. Todo esto mezclado con tres actores (Natt Wolff, Margaret Qualley y Keith Stanfield) que están más incómodos que Spider-Man en el desierto. Lo que, evidentemente, no ayuda para seguir la cinta.

Death Note (Netflix)

Lo más destacado de ‘Death Note‘, probablemente, sea la selección musical y la fotografía. Aquí sí parece haber un trabajo realmente definido y marcado. Unas pautas que se traducen en un rollete adolescente pseudo-cyberpunk. Porque evidentemente no es cyberpunk en ningún momento. En resumen: una película con una dirección y un guion muy flojos, así como un reparto muy pobre. Una producción en la que únicamente destacan los trabajos de fotografía y de sonido. Muy olvidable.

25 Agosto 2017

'Death Note' de Netflix, crítica y crónica de un desastre

Xosé Llosa

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El primer problema de Adam Wingard (‘V/H/S’) en su adaptación de ‘Death Note’ para Netflix se resume en una frase que salió de su propia boca al hablar de la diferencia entre manga y película: «L no es el mismo. Hay muchos parecidos: le gustan los dulces y algunas veces camina descalzo». A ese nivel de profundidad ha logrado el equipo de Death Note 2017 al leer la obra original de Tsugumi Oba y Takeshi Obata, o al analizar anime de Tetsuro Araki.

En cualquier adaptación la mente ha de estar abierta. A fin de cuentas, una adaptación puede enriquecer enormemente una obra original que ya fuese buena. Stephen King, siempre me gusta aportar el mismo ejemplo, tiene un enfado histórico con Stanley Kubrick porque cambió el sentido de ‘El Resplandor’. Sin embargo, leer el libro y ver la cinta nos aproximan a dos historias diferentes, pero en ambos casos muy interesantes. Con la adaptación ganamos, pese a la cólera de Stephen King. ‘Death Note’ (2017) pretende romper lazos con la original, pero el resultado, sin embargo, es irremediablemente pobre.

Wingard viene del cine de terror, amante de lo casero. El director de la cuestionable ‘Blair Witch’ presenta en su obra el tono underground que siempre me ha envuelto del maltrecho Kevin Smith, pero le falta el genio del de ‘Tusk’. Así, el primer y mayor problema de la nueva película interpele al ofrece una mirada simple sobre todas las ideas propuestas en el manga original.

Death Note en Netflix

La obra original habla de la moral como elemento central. Maneja además un concepto que resulta muy interesante, y es la diferencia entre un aprendizaje funcional y uno interiorizado. Kira, en la historia original, comienza a escribir nombres de delincuentes en su cuaderno de la muerte porque le han enseñado que los delincuentes representan el mal. Pero, rápidamente, el lector se percata de que Kira no sabe distinguir entre el bien y el mal, su comportamiento descubre al psicópata que vive minuto a minuto obcecado en la propia supervivencia, y rápidamente sus intereses le llevan a convertirse en el mayor de los criminales. Todo estos los acontecimientos clave del anime están aquí, pero por el camino se pierde el significado de la obra al completo..

La forma y el fondo

Aquí Kira toma forma en dos personajes diferentes de manera simultánea. Light, horriblemente interpretado por Nat Wolff, peca de inseguro, torpe, pedante, pero no diría que se trata de la persona fría y excepcionalmente brillante y excepcional de relato original. Tampoco se vislumbra con claridad el rasgo del sociópata que convierte en elemento nuclear Oba , porque su manejo del cuaderno en la película no responde a grandes motivaciones, ni grandes aspiraciones. Es más un juego de niños en una aburrida película para adolescentes. La otra cara de Kira se encuentra Mia, por suerte Margaret Qualley hace un mejor papel con el personaje. En el texto de Qualley sí se recoge mayor intencionalidad al utilizar el cuaderno de muerte, pero de nuevo esconde una motivación genuinamente inmadura.

L en Death Note Netflix

La otra pieza fundamental de la historia es L, que, como el director adelantaba, también se enfrenta a un cambio rotundo de sentido respecto al L que conocemos. De nuevo, se trata de un excéntrico y brillante investigador, pero el desarrollo de su caso está pobremente desenvuelto. La historia de Death Note, al convertirse en thriller de investigación, cuenta con que el espectador conoce ambas partes del caso. Hitchcock sabía hacer de estas situaciones las más angustiosas, como en Crimen Perfecto, apoyado en detalles, momentos de tensión, y juegos de manos que entrecortaban la respiración del que está en la butaca. Wingard da por hecho que conocemos lo que sucede a ambas partes de la ley, con lo que rápidamente también reconocen todos los personajes que Light está tras el cuaderno de la muerte. L, como un Dios, con una capacidad difícil de explicar, deduce los métodos y normas de Kira sin apoyarse en ningún razonamiento lógico. Simplemente lo sabe. De este aspecto peliagudo llegamos, sin embargo, a lo más interesante de la historia: el papel de Shea Whigham.

Padre coraje

Además de ser el actor más contenido, también el más experimentado, el papel de Shea Whigham quizá sea el único que suscita cierto interés. El padre de Light, investigador de asuntos internos, termina como encargado de dar caza a Kira. La evidencia de que el poseedor del cuaderno es su hijo cae sobre él como la sombra de Babadook, pero el amor de padre le somete a un dilema perpetuo en toda la cinta. Ver cómo la sospecha rodea al detective James Turner cada vez dejando menos hueco de maniobrabilidad aporta el único destello verdadero a una película en otro sentido completamente hueca.

Death Note en Netflix

El otro brillo de Death Note de Netflix llega con las muertes. Wingard se recrea en los asesinatos a través de escenas inspiradas en ‘Destino Final’: Muertes aparentemente fortuitas en las que la sangre salpica en grabaciones vertiginosas propias del videoclip.

Si bien en los personajes y acontecimientos está vagamente representada la forma de Death Note, en ningún caso se recoge el fondo de esta historia. El problema no es que el significado del relato cambie, el problema reside en que se suprime sin sustituirlo por otro aplanando la historia hasta el límite del tedio.

Death Note en Netflix

No creo que al cierre esta crítica resulta sorprendente. Las adaptaciones de obras japonesas al cine norteamericano están condenadas al error. ‘Ghost in the Shell’ todavía escuece como ejemplo inmediatamente anterior, al cometer, en primer lugar, el mismo pecado que ‘Death Note’: fulminar toda la profundidad de la obra original. Lo que en la historia de Tsugumi Oba es un thriller sobre la trascendencia de lo moral y la psicopatía, de un lado, y una buena historia de investigación, de otro, en la película de Netflix se convierte en una sucesión desordenada de acontecimientos reconocibles en el original, pero sin coherencia interna alguna.