27 junio 1914

El gobierno de Viena considera que detrás del asesino, Gavrilo Princip, se encuentra el reino de Serbia

Asesinado el heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando y su esposa, la condesa Sofía

Hechos

  • El 28 de junio de 1914 fue asesinado el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, y su esposa.

Lecturas

1912_FranciscoFernando Como sobrino del emperador Francisco José, el archiduque Francisco Fernando era el heredero a la corona del Imperio Austro-Hungaro. Fue asesinado junto a su mujer, la duquesa de Hohenberg Sofía Chotek, el 28 de junio en lo que desestabilizaba a toda Europa, por ser su país aliado de Alemania.

1912_Gabrielo  Gavrilo Princip, joven nacionalista extremista serbo-bosnio pertenecía a un movimiento juvenil separatista de ideales yugoeslavistas de corte anarquista conocido como Joven Bosnia que luchaba por la liberación de Bosnia y Herzegovina del dominio austro-húngaro y su integración a Serbia. Fue detenido nada más realizar el crimen y condenado a 20 años de prisión, muriendo en el presidio al padecer tuberculosis.

El día de Vidovdan, la fiesta nacional serbia, el heredero del trono austriaco Francisco Fernando y su esposa Sophie de Honenburg, visitaron la ciudad de Sarajebo. A las 11.02 el escritor bosnio Nedeljko Cabrinovic arrojó una bomba en uno de los muelles, junto al puente Cumurja, al paso del coche del archiduque. El artefacto, tras rodar por la capota, explotó en la calle. El atentado provocó varios heridos, pero Francisco Fernando y su esposa resultaron ilesos.

Tras la recepción oficial en el ayuntamiento se inició el regreso en coche descubierto. Al hacer una maniobra el automóvil se detuvo ante un joven de 19 años, Gavrilo Princip, que asesinó al heredero del trono y a su esposa de dos disparos. El arma del joven tirador provenía de un depósito militar serbio, y los periódicos serbios glorificaron el crimen como una acción heroica en defensa de la patria.

Los autores del atentado – nacionalistas serbios de Bosnia que luchaban contra la hegemonia de Austria en la región de los Balcanes – habían actuado por encargo de la organización secreta revolucionaria y nacionalista Unificación o muerte (‘La mano negra’). La Mano Negra, apoyada económicamente por Rusia, reclamaba la dirección de Serbia en el proceso de unificación nacional de los eslavos del sur. El gobierno serbio quería, en cambio, evitar a toda costa el conflicto armado con Austria-Hungría. Sin embargo, aunque ya a principios de junio de 1914 tenía conocimiento de los planes del magnicidio, no adoptó ningún tipo de medidas para evitarlo.

El káiser alemán Guillermo II le aseguró de inmediato al emperador Francisco José su fidelidad en la alianza; es decir, su disposición para iniciar acciones militares austriacas contra Serbia. Ya durante la crisis bosnia de 1908-1909, el Imperio Alemán habría aprobado la anexión de Bosnia-Herzegovina por parte de Austria. El Imperio austro-húngaro, de carácter multinacional se hallaba amenazado en su cohesión interna. Serbia, en cambio, había reafirmado su conciencia nacional mediante éxitos militares y ampliaciones territoriales entre 1912 y 1913. Además, las reivindicaciones políticas de Rusia en el sudeste de Europa habían aumentado. Ante esta situación, el Estado Mayor alemán presionó en mayo de 1914 para iniciar una guerra preventiva contra Rusia que, con sus reivindicaciones en el sudeste europeo, se aprestaba a modificar eficazmente el equilibrio de poderes existente.