9 octubre 1978

Asesinados los guardias civiles Anselmo Durán Vidal y Ángel Pacheco Pata por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, grupo de etarras autónomos a la cúpula de ETA

Hechos

El crimen se produjo el 9 de octubre de 1978.

Lecturas

LAS VÍCTIMAS:

 Anselmo Durán Vidal, de 40 años, estaba casado y tenía seis hijos, de entre tres y 19 años. Nacido en Torrejoncillo (Cáceres), trabajaba en el cuartel de la Guardia Civil de Elgoibar, donde se encargaba de la intervención de armas desde 1973.

El 9 de octubre de 1978, por la tarde, el cabo primero Durán salió del cuartel para dirigirse al centro de la localidad. Caminó por un puente sobre la línea de ferrocarril Bilbao-San Sebastián y, al bajar las escaleras, a unos 100 metros del cuartel, fue ametrallado por cuatro terroristas desde un vehículo robado, en el que se dieron a la fuga.

Su hijo de 13 años fue uno de los primeros en acercarse al lugar de los hechos. Con ocho impactos de bala en el cuerpo, su padre aún pudo ser trasladado con vida hasta el ambulatorio de Elgoibar en un Land Rover de la Guardia Civil, pero falleció durante su posterior traslado al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián.

Los Comandos Autónomos Anticapitalistas, a través de una llamada telefónica al diario Egin, asumieron la autoría del atentado. También comunicaron que el propietario del vehículo estaba atado en un barrio de Eibar y que el coche había sido abandonado en Markina, donde unas horas después ETA asesinó al guardia civil Ángel Pacheco Pata.

El guardia civil Ángel Pacheco Pata tenía 20 años y llevaba solo dos meses destinado en Bilbao. Tenía 20 años, estaba soltero y era natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca), aunque había vivido desde muy pequeño en la también población salmantina de Fregeneda, de donde eran sus padres.

  Tras el asesinato en Elgoibar del cabo primero Anselmo Durán Vidal, la Guardia Civil estableció controles de carretera en las zonas próximas al lugar del atentado. Uno de esos controles se situó en el Alto de San Miguel, en una carretera secundaria que conducía a Elgoibar. Un coche llegó hasta allí con las luces apagadas y, al encontrarse con los agentes, disparó contra ellos y emprendió la fuga. Las balas alcanzaron a Ángel Pacheco, que murió prácticamente en el acto.

Los terroristas eran miembros del comando Araba de ETA, que se habían desplazado a Bizkaia y se toparon accidentalmente con el control. Tras el tiroteo, un agente salió a perseguir a los agresores y encontró el vehículo abandonado, lo que hizo sospechar que habían huido por el monte. Aunque se rastreó minuciosamente la zona, no se localizó a los etarras.

Al día siguiente del atentado, tuvo lugar una manifestación en Eibar bajo el lema “No al terrorismo, sí a la Constitución”. Los manifestantes recorrieron las calles de la localidad colocando carteles de denuncia de los últimos asesinatos y repartiendo octavillas. A raíz de los atentados de Elgoibar y Markina, se convocó para el 28 de octubre otra manifestación contra el terrorismo en Bilbao, bajo el lema “Por una Euskadi libre y en paz”. Fue uno de los primeros actos de protesta multitudinarios de rechazo al terrorismo que se celebraron en el País Vasco.