2 febrero 1943
El invierno ruso ha supuesto mortal para las tropas germanas
Batalla de Stalingrado: Vuelco en la Segunda Guerra Mundial en Europa del Este por el triunfo de la Unión Soviética sobre Alemania
Hechos
- El 2.02.1943 concluyó la batalla de Stalingrado con el triunfo de las tropas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre las de Alemania.
Lecturas
La batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943. La batalla se desarrolló en el transcurso de la invasión alemana de la Unión Soviética, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Con bajas estimadas en más de dos millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos, la batalla de Stalingrado es considerada la más sangrienta de la historia de la humanidad. La grave derrota de la Alemania nazi y sus aliados en esta ciudad significó un punto clave y de severa inflexión en los resultados finales de la guerra y representa el principio del fin del nazismo en Europa, pues la Wehrmacht nunca recuperaría su fuerza anterior ni obtendría más victorias estratégicas en el Frente Oriental.
La ofensiva alemana para capturar Stalingrado comenzó a finales del verano de 1942 en el marco de la Operación Azul o Fall Blau, un intento por parte de Alemania de tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso. El 23 de agosto, el 6.º Ejército, apoyado por el 4.º Ejército Panzer, logran cruzar la curva del Río Don. Un masivo bombardeo redujo buena parte de la ciudad; mientras las tropas terrestres del 6.º Ejército debían tomar la ciudad calle por calle, casa por casa y edificio por edificio, en lo que ellos denominaron «Rattenkrieg» (‘guerra de ratas’). A pesar de lograr controlar la mayor parte de la ciudad, la Wehrmacht nunca fue capaz de derrotar a los últimos defensores soviéticos que se aferraban tenazmente a la orilla oeste del río Volga, que dividía la ciudad en dos. En noviembre de 1942, una gran contraofensiva soviética embolsó al 6.º Ejército Alemán del general Paulus y parte de 4.º Ejército Panzer dentro de Stalingrado, incapaz de escapar del cerco por la negativa de Hitler a renunciar a la toma de la ciudad. Este cerco, llamado por los alemanes «Der Kessel» (‘el caldero’), significó el embolsamiento de 250 000 soldados, debilitados rápidamente a causa del hambre, el frío, los continuos ataques soviéticos; y los constantes fracasos del general Von Manstein por intentar romper el cerco, harían, desobedeciendo las órdenes de Hitler, que Friedrich Paulus rindiera su 6.º ejército en febrero de 1943.
La derrota alemana en Stalingrado confirmó lo que muchos expertos militares sospechaban: la capacidad logística de las fuerzas alemanas era insuficiente para abastecer y mantener una ofensiva en un frente que se extendía desde el mar Negro hasta el océano Ártico. Esto se confirmaría poco después en la nueva derrota que Alemania sufriría en la batalla de Kursk. El fracaso militar convenció a muchos oficiales de que Hitler estaba llevando a Alemania al desastre, acelerándose los planes para su derrocamiento y dando como resultado el atentado contra Hitler de 1944. La ciudad de Stalingrado recibiría el título de Ciudad Heroica.
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Batallas clave de la Segunda Guerra Mundial de 1942-1943
Europa – Batalla de Stalingrado
Norte de África – Batalla de El Aleim.
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El ministro de Propaganda alemán Goebbels proclamará la guerra total.
El Análisis
Febrero de 1943 quedará marcado en la historia como el mes en que la maquinaria bélica alemana, hasta entonces casi imparable, sufrió su primer gran quebranto irreparable. La rendición del mariscal Friedrich von Paulus, al frente del VI Ejército alemán, en la ciudad de Stalingrado, supone un punto de inflexión en la guerra del Este. Lo que comenzó como una ofensiva para dominar el Volga y asegurar el petróleo del Cáucaso ha terminado en una de las derrotas más catastróficas del Tercer Reich.
Durante meses, los combates casa por casa en Stalingrado fueron de una brutalidad sin precedentes. La ciudad fue reducida a escombros, pero jamás cayó en manos alemanas. El Ejército Rojo, bajo la dirección estratégica del mariscal Georgi Zhukov y la firme conducción política de Stalin, lanzó una contraofensiva envolvente que aisló a los alemanes en un cerco mortal. El invierno ruso, implacable como en tiempos napoleónicos, hizo el resto: sin alimentos, sin refuerzos y sin la posibilidad de retirarse, Von Paulus se vio forzado a rendirse, contraviniendo incluso las órdenes de Hitler.
La victoria soviética ha tenido un altísimo coste humano: la URSS ha perdido millones de vidas desde el inicio de la guerra. Pero esta vez, el sacrificio ha cambiado el rumbo del conflicto. A partir de Stalingrado, es la Unión Soviética la que lleva la iniciativa, empujando a los alemanes hacia el oeste. Por primera vez, el mito de la invencibilidad nazi se resquebraja. Lo que parecía una campaña imparable se transforma en una guerra de desgaste para Alemania, que empieza a saborear el amargo sabor del retroceso. La historia, una vez más, ha demostrado que conquistar territorios es fácil; mantenerlos, frente a un pueblo que resiste con todo, es otra cosa.
J. F. Lamata