11 marzo 2018

Trágico fin a la desaparición de un niño que había provocado inquietud en todo el país

Conmoción en España por el asesinato del niño Gabriel Cruz a manos de su ‘madrastra’, la novia de su padre, Ana Julia Quezada

Hechos

El 11.03.2018 se hizo pública la detención de Ana Julia Quezada por su vinculación con el asesinato del niño Gabriel Cruz.

Lecturas

El 27 de febrero de 2018 desapareció el niño Gabriel Cruz Ramírez (hijo de un matrimonio separado, formado por D. Ángel David Cruz Sicilia y Dña. Patricia Ramírez Domínguez), causando una gran movilización social por su reaparición, varios medios utilizan para referirse a él el mote de ‘El pescaito’ con el que, se supone, su madre se refería a él. El caso quedará resuelto el 11 de marzo de 2018 cuando la policía encuentra el cadáver del niño y se detiene a la mujer responsable de su asesinato, que resulta ser su madrastra (la pareja de D. Ángel David Cruz Sicilia) Dña. Ana Julia Quezada.

El 12 de marzo de 2018 en una intervención en el programa ‘Al Rojo Vivo’ el tertulia D. Ignacio Escolar, director de ElDiario.es se lamenta de que se estén produjendo insultos en redes sociales contra Dña. Ana Julia Quezada ademá de por ser la asesina “por ser mujer, negra e inmigrante”. Aquella consideración mereció respuestas en otros medios o en la columna de D. Federico Jiménez Losantos en El Mundo el 14 de marzo de 2018.

Dña. Ana Julia Quezada será condenada a prisión permanente por aquel asesinato.

IGNACIO ESCOLAR: INSULTAN EN LAS REDES A LA ASESINA PORQUE ADEMÁS ES «MUJER, NEGRA E INMIGRANTE»

En declaraciones a ‘Al Rojo Vivo’ de LA SEXTA el director del periódico ELDIARIO.ES, D. Ignacio Escolar, consideró que las redes sociales estaban insultando a Ana Julia Quezada más de lo habitual porque «además de ser una presunta asesina, es mujer, es negra y es inmigrante».

11 Marzo 2018

Dolor unánime por Gabriel

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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No es exagerado decir que toda España está consternada por el trágico desenlace de la desaparición de Gabriel, el pequeño de ocho años al que se buscaba desde el pasado 27 de febrero en Níjar. La esperanza de que siguiera con vida se esfumó al mediodía día de ayer, cuando agentes de la Guardia Civil detuvieron a la actual novia del padre del niño mientras intentaba trasladar el cadáver de Gabriel en el maletero de su coche. Todo en este suceso resulta escalofriante. Y el hecho de que alguien tan cercano al chaval esté detrás de su muerte no hace sino añadir dolor a un caso que vuelve, una vez más, a hacernos cuestionar hasta qué punto puede ser oscura el alma humana. El cinismo de la presunta culpable es tal que el viernes participó en un acto con los padres de Sandra Palo y Marta del Castillo en favor de la prisión permanente revisable.

No hay consuelo para los familiares del pequeño. Y tampoco resulta fácil contener tanta indignación social. Sólo cabe en este momento, además de trasladar todo el apoyo a los padres, poner en valor el gran trabajo realizado por los investigadores de la Guardia Civil y por tantos especialistas y efectivos de emergencias que se han volcado en la búsqueda de Gabriel. Su desaparición provocó una inmediata ola de solidaridad en todo el país, pero también una lógica y angustiosa preocupación. Este tipo de casos desatan un enorme desasosiego, que había crecido con los días al parecer que la investigación se encontraba en punto muerto. Ahora sabemos que no era así. Desde hacía una semana, la Guardia Civil tenía puestas todas las sospechas sobre la detenida. Estaba siendo sometida a una exhaustiva vigilancia y se han provocaron algunos movimientos como el que ayer desembocó en su detención. Fue interrogada el miércoles y no se la arrestó ante la falta de certeza absoluta sobre si Gabriel seguía o no con vida.

Cada año hay en nuestro país miles de denuncias de desapariciones. Y de ellas al menos un centenar se confirman. Interior cuenta con equipos volcados sólo en las búsquedas y se ha mejorado mucho la coordinación entre los distintos Cuerpos de Seguridad, a la vez que han avanzado los sistemas de intercambio de datos y los equipos de rastreo. Muchas veces son casos de una enorme complejidad y, por desgracia, no se resuelven. Pero es de justicia hoy destacar tantos esfuerzos, que en el caso de Gabriel han sido evidentes, con la participación de decenas de miembros de policías y servicios de emergencia locales, del Estado y de la Comunidad Autónoma. También ha sido encomiable la ayuda de cientos de voluntarios.

Por último, hay que resaltar la gran movilización ciudadana a través de las redes y el eco en los medios, que han permitido a los padres de Gabriel sentirse arropados entre tanta angustia, aunque por desgracia nada haya impedido que sufran el peor zarpazo imaginable.

12 Marzo 2018

Las mujeres no matan

Federico Jiménez Losantos

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Debe de haber un error en la detención por el presunto asesinato del pequeño Gabriel. La asesina no ha podido ser una mujer, y para colmo inmigrante, y además, de color. Imposible. El pasado día 8 las más conspicuas publicistas del sexismo feminista, y los periodistos feministos que cumplen condena de género, han repetido infinitas veces que la violencia es cosa del heteropatriarcado machista y criminal. Vamos, que son cosa de hombres y sólo de hombres todas las manifestaciones violentas, desde la guerra al asesinato antes llamado de violencia doméstica o de pareja. Tras la implantación de la Ley contra la Violencia de Género, que discrimina al hombre y la mujer que cometen un mismo delito (de forma claramente anticonstitucional, pero aceptada prostitucionalmente por el Alto Tribunal, con el aplauso de todos los partidos), no hay posibilidad legal de que las mujeres maten por las mismas razones que los hombres, porque estarían sujetas al mismo castigo y eso está prohibido por Ley. Por el sexo de la Ley.

Zoido, que no deja de ser un machito sevillano, habrá inventado esa estadística según la cual de los 23 asesinatos de niños de este último año, 16 los cometieron las madres. Eso es imposible. La alcaldesa de Madrid, que además era jueza, dice que las mujeres no matan. Y la prueba, insisto, es que el Código Penal discrimina el delito por el sexo. No se penalizaría al marido con respeto a la mujer si no hubiera diferencia entre la capacidad criminal del varón, que es toda, y la de la mujer, que es ninguna. ¿Complejo de Medea, a cuenta del niño Gabriel? ¡Antiguallas! ¿Qué eran Esquilo y Sófocles sino machos griegos, adictos al queso de cabra? En la España actual las mujeres no matan, y si lo hacen, es por una buena razón: vengarse del hombre asesino, aunque el muerto no hubiera matado una mosca.

Corre por las redes la especie de que la amante dominicana del padre de Gabriel, que posó con él y con la madre para la televisión mientras el niño yacía muerto en el pozo, no fue detenida antes para que no pareciera que el Gobierno boicoteaba la jornada sexista del 8-M. Yo no lo creo, aunque viendo a Carmen Martínez Castro manifestándose con las periodistas ricas, entiendo el bulo. Tras contemplar a Rajoy con lazo malva, morado o lila, todo disparate es verosímil. Nada puede sorprendernos.

12 Marzo 2018

Cuando la presunta asesina es mujer, inmigrante y negra

Ignacio Escolar

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“Quiero dar el pésame a los padres y felicitar a la madre por el mensaje que ha dado, que me parece de altura. Sobre todo en relación con lo que estamos leyendo en redes sociales, un discurso de odio que creo que está azuzado por tres motivos: porque, además de ser una presunta asesina, es una mujer, es una inmigrante y es negra”.

Las frases con las que abro este artículo son mías y no me arrepiento de ellas, a pesar de los disgustos que me han dado. Lo dije este lunes –12 de marzo de 2018–, en Al Rojo Vivo, tras escuchar a la madre del niño asesinado en Almería, pidiendo que parasen los mensajes de rabia en las redes sociales. Poco después, un diario digital que hasta hoy desconocía manipuló mis afirmaciones y se inventó un titular, entrecomillando una frase supuestamente literal que nunca he dicho.

Publicación de Caso Aislado
Publicación de Caso Aislado

Se trata de CasoAislado.com, un panfleto de extrema derecha y no exagero al calificarlo así. Allí es fácil leer textos racistas, machistas y homófobos. Las feministas son “feminazis”, los inmigrantes y los musulmanes son delincuentes y hay artículos defendiendo al grupo ultra Hogar Social Madrid. Visto el percal y la irrelevancia de esta web, no le di más importancia al titular e ignoré el asunto. Qué equivocado estaba.

Horas más tarde, otros dos medios de extremo centro se sumaron a la causa: Libertad Digital y La Gaceta. Después se apuntó Periodista Digital, por supuesto con su habitual estilo. Gracias a ellos, mi nombre se ha convertido en trending topic en Twitter por una frase que jamás he dicho, por una reducción hasta el absurdo de mis palabras, por una manipulación de libro.

No os quiero aburrir con los cientos de insultos que he recibido en las últimas horas. Si alguien tiene curiosidad, están todos publicados y es el habitual pasillo de las collejas. El discurso de odio que te cae cuando criticas un discurso de odio y mienten sobre lo que realmente has dicho.

Respecto a lo que sí dije, el párrafo con el que arranco este artículo, me reafirmo en él letra por letra. Tampoco creo que sea tan difícil de entender. Visto el modo en que han manipulado mis palabras, las explicaré al detalle.

Cuando digo que quiero dar el pésame a los padres es porque no me puedo imaginar un dolor mayor que el que ahora están pasando. Yo también tengo un hijo, de nueve años. Es triste tener que recalcar algo tan básico como que estoy del lado de los padres de Gabriel en su sufrimiento. Como todos ante un crimen así, no solo aquellos que exigen pena de muerte o cadena perpetua para los criminales.

Cuando felicito a la madre de Gabriel por su mensaje me refiero a esta entrevista en Onda Cero, donde pidió “que no se extienda la rabia” en las redes sociales. Acabábamos de escuchar sus declaraciones en Al Rojo Vivo y por eso las menciono sin explicarlas en más detalle. “Que nadie retuitee cosas de rabia porque ese no era mi hijo y esa no soy yo”, pidió en la radio. Es evidente que esta madre se refería a mensajes como estos:

Jonathan Martínez@jonathanmartinz

Yo no veo ningún discurso de odio, Ignacio Escolar.

Ver imagen en Twitter
Cuando hablo de un discurso de odio en las redes sociales me refiero a los tuits de este pelaje, igual que la madre de Gabriel habla de rabia. El domingo, «puta negra» fue trending topic en España. «Puta negra de mierda», era la frase completa. Lamentablemente, estos mensajes xenófobos, racistas y machistas ni siquiera son exclusivos de algunos descerebrados en Twitter, que utilizan la entendible indignación ciudadana ante este trágico suceso para sacar a pasear su discuso racista y machista. También han llegado a los titulares de muchos periódicos.

Es obvio que la primera razón que provoca estos mensajes de odio es el crimen en sí y la repulsa que provoca, no el racismo, la xenofobia o el machismo. No he dicho en ningún momento lo contrario y así queda claro en lo que afirmé en La Sexta. Pero estos medios omitieron esta parte de mi frase en sus titulares, recortando cuando digo que el discurso del odio nace por «ser una presunta asesina”. No dejes que la realidad te estropee una noticia.

Y cuando hablo de presunta asesina, utilizo el término adecuado porque la acusada aún no ha sido sentenciada. Supongo que muchos preferirían la lapidación rápida y sin juicio, el mismo domingo cuando fue detenida; cuando una multitud pedía a gritos que la sacaran del cuartel de la Guardia Civil para que pudiera recibir «justicia». Yo prefiero otra justicia, la del Estado de derecho, incluso ante los crímenes más abyectos.

Estoy en contra de la cadena perpetua, en contra del populismo punitivo y a favor de los derechos humanos. Hasta los peores criminales tienen derecho a un juicio justo y a la presunción de inocencia. Son mis valores y los defenderé cada día, en voz alta, sin miedo a los insultos. Incluso en días como hoy, en los que el asesinato de un niño inocente nos hace pensar con las vísceras.

14 Marzo 2018

La izquierda y el ADN

Federico Jiménez Losantos

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EL PASADO día 5, a tres de lo que muchos creen un gran acto liberador, Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, dijo en un Taller de empoderamiento de la mujer y sensibilización: «La violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad». Acompañada por Celia Mayer, ilustró las bases sociológicas de su tesis biológica: «Cuando vemos las estadísticas (OMS) vemos que la mayor parte de los crímenes violentos los cometen los hombres. Eso es indicativo de un gen de la violencia que ha dominado el mundo». Y propuso: «Ha llegado el momento de que tengamos alternativas». A preguntas de la prensa, insistió en que lo fundamental «para resolver el problema de la violencia de la sociedad es darse cuenta de que está fundamentalmente incardinada en lo que es el ADN de la masculinidad».

La alternativa a este estado biológico de cosas está clara para la alcaldesa de Madrid, que fue puesta en el cargo por dos hombres, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, ya que los madrileños habían votado más a una mujer, Esperanza Aguirre: «El mundo necesita la cultura de las mujeres. Cuando hablamos de igualdad no queremos los patrones masculinos porque tenemos nuestra forma de ser. No tenemos que copiar los modelos de mandar sino que tenemos que crear, inventar e imaginar nuestros propios modelos».

Anteayer, Ignacio Escolar aseguró en el programa de Ferreras que lo que hay contra Ana Julia Quezada es «un discurso de odio por ser mujer, inmigrante y negra». En la misma línea fue ayer La Vanguardia: odio, inmigrante y negra.

Ante la previsible resistencia de una parte del heterocolumnismo patriarcal a admitir que las razones no son las que caricaturizaba yo aquí el lunes y asumió seriamente Escolar, sino el asesinato del pequeño Gabriel, se mueven las checas redaccionales.

Una femicolumnista joven de El País quiere depurar el gen de la agresividad periodística y cargó contra Javier Marías, barrunto que para heredarle. Una revista de Comisiones Obreras ha señalado al Neruda de 20 poemas de amor y una canción desesperada y todas las obras de Pérez Reverte y Javier Marías, todas, como inmediatamente depurables para ese futuro feminista que está al caer.

La única forma de acabar con el ADN de una especie es modificarlo o destruirlo. Temo, pues, que la próxima calle de Madrid, será para el doctor Mengele.

Cómo está cambiando esto.