19 septiembre 1993

Críticas de otros periodistas como Julián Lago (TELECINCO) o Carmen Rico-Godoy (DIARIO16)

Criticas a EL PAÍS por anuncios publicitarios prometiendo pechos y testículos en las páginas de su periódico

Hechos

  • En septiembre de 1993 el diario EL PAÍS publicó una serie de anuncios para publicitar la nueva Enciclopedia Visual de los Sres Vivos de EL PAÍS-Altea. Titulados ‘Sus testículos saldrán en EL PAÍS’ o ‘Sus pechos saldrán en EL PAÍS’.

19 Septiembre 1993

DE TETAS Y TESTÍCULOS

Carmen Rico-Godoy

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Santo cielo. Parecía imposible que sucediera una cosa semejante y, como casi todo lo imposible, acabó por ocurrir.

EL PAÍS, periódico, nos asegura a bombo y platillo en todos los medios de comunicación que nos va a enseñar a todos los pechos de la nueva ministra y los testículos del presidente del Gobierno.

Desde que un senador italiano anunciaba una marca de roba en pelota picada con una mano en sus posibles, la cosa de la publicidad se ha desmadrado de forma notable.

Hemos visto manos femenistas-felinas arrancar viciosamente el pantalón vaquero de un maromo musculoso y toda clase de insinuaciones amatorias más o menos conseguidas para anunciar yogures que no estriñen, colonias o perfumes, cadenas de sonido, alcachofas en lata o bonos del Tesoro. Que todo en este mundo tiene relación con el sexo, y si no la tiene, se la busca y ya está.

El más audaz entre ellos era el de un desodorante que presentaba primer plano de perfil de una tini que besaba el alerón de un chorbo. Dio lugar a que más de un ser humano se desmayara en el Metro, el autobús o el taxi, sólo de pensar en hacerle algo así al dueño del aroma salvaje que despedía algún o alguna menda en las proximidades.

Sin duda, el anuncio más tétrico, que todavía echan por la tele de vez en cuando, es el de una señora de raza blanca que presenta primer plano de su habonosa barriga en avanzado estado de gestación y una voz masculina de hombre blanco-yupi que nos cuenta que el bebé será niño, rubio y tendrá la piel suave… y saldrá diciendo ¡Heil Hitler!

A los publicitarios les encanta apelar a los instintos más bajos del ser humano, y aunque con ello deshagan en diez segundos la labor – antirracista, por ejemplo – de la sociedad. Los anuncios de compresas femeninas insisten siempre en que el producto le hace sentir a la mujer más limpia, porque de sobra es conocido que aún perdura el sentimiento atávico de que una mujer es impura y sucia cuando menstrúa.

Pero a las marcas comerciales se les perdona, en general, cualquier burrada.

Lo que no tiene nombre es lo de EL PAÍS, que es como un cruce entre la Biblia y la reserva espiritual de Occidente en cuanto a comportamiento ético y el rigor. El anuncio que se han marcado intenta ser humorístico y, como falla en la diana, resulta entre grotesco y deleznable. Lo humorístico sería anunciar que veremos los pechos de Rosa Montero, por ejemplo, o los testículos de don Javier Pradera.

Aunque bien mirado, quién quiere verlos, Dios mío.

Carmen Rico-Godoy