18 julio 2005

Denuncian un montaje de Ana Obregón con el paparazzi Miguel Temprano: pretenden emitir un reportaje que presente a la actriz como una ‘víctima’ de los medios de comunicación

Hechos

Fue noticia el 18 de julio de 2005.

18 Julio 2005

Cazando ‘paparazzi’

Ferrán Monegal

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Denunció la madrugada de ayer la periodista Ángela Portero en ‘Salsa Rosa’ (TELECINCO) un caso interesante. Contó que el paparazzo Miguel Temprano lleva estos días informando a compañeros suyos de los lugares en los que estará Ana Obregón (tiendas, playas, aeropuertos, hoteles) para que la puedan sorprender con sus cámaras. Y al mismo tiempo se presenta él en los mismos lugares con una cámara, y graba, filma, retrata, a estos compañeros que graban, filman y retratan a Ana. O sea, paparrazo cazando paparazzi. Al parecer Temprano está preparando un reportaje sobre el acoso mediático a los famosos. ¡Ah! Es un caso meditable. Como bien dijo Pepe Calabuig, sorprendido: “¡Eso es una impostura!”. Tiene razón. Eso es como ponerle a un tigre hambriento una cría de gacela atada a un árbol, grabar como se la come, y luego montar un reportaje sobre lo bárbaro que es el tigre que hasta mata animalitos neonatos. No es ninguna novedad, no obstante, el uso de la trampa en el mundo periodístico. En la tele, el reportaje amañado o provocado es práctica si no habitual, al menos no rara. Hay incluso grados. La madrugada del 10 de febrero de 1999 este mismo Miguel Temprano que ahora caza a sus compañeros paparazzi confesó en ‘Crónicas Marcianas’ que Lecquio y él tenía una sociedad mercantil dedicada a la trampa: el italiano seducía a señoras famosas, Temprano les hacía las fotos escondido en habitaciones preparadas, y un tercer elemento les sacaba rendimiento en las publicaciones, o pasaban directamente al chantaje extorsionando a sus maridos o amantes. Habló de esposas de diplomáticos de la Embajada de Arabia Saudí y de empresarios (citó a Fefé Tapias). El negocio era boyante. O sea que el repertorio de trampas es variado. Aquí lo sorprendente es que Temprano convoque a los paparazzi para seguir a Ana. No hacia falta. Le siguen hace años. Y a veces hasta ella misma se encarga.

Ferrán Monegal

24 Julio 2005

Ana Obregón

Alejandra Parretti

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El asunto de Ana Obregón, que está fenomenal a sus 50 años, y la prensa rosa es una auténtica relación de amor y odio. Ella, con su biquini 2005, vuelve esta semana a ser protagonista en LECTURAS y DIEZ MINUTOS. La actriz, en una nueva vuelta de tuerca de su enrevesada imagen pública, ha convertido el posado de este año en una especie de trampa montada a pachas con el fotógrafo Miguel Temprano. A ver si me explico: ella ha hecho de cebo para que Temprano u otros grabaran con su cámara el revuelo de medios que provoca la bióloga cuando va a la playa. Así, a la vuelta de las vacaciones, algún programa hará un reportaje que se ilustrará con esta historia. El espacio en el que colabora Temprano, el de María Teresa Campos, será, posiblemente el que resolverá el entuerto. La cuestión es que Ana volverá entonces a estar de nuevo en el calendero que, en el fondo, y diga lo que diga, es lo que le gusta. Porque no me digan que si esta chica no estuviera todo el día en las revista, y si no se hubiera ligado al conde Lequio o a Súker, entre otros galanes iba a ser la estrella de la tele que es. Ella dice que quiere ser famosa por su trabajo, pero no se da cuenta de que su trabajo lo tiene porque es famosa (Me he liado un poco ¿no?).