13 diciembre 2025
Dimiten los dirigentes del PSOE Antonio Navarro, José Tomé, Javier Izquierdo y Toni González ante un Mee Too de denuncias por acoso en el partido a raíz del caso Paco Salazar
Hechos
El 12 de diciembre de 2025 la secretaria de organización del PSOE Rebeca Torró Soler realiza una comparecencia de urgencia para pedir disculpas por los errores en los protocolos del PSOE sobre acoso sexual.
Lecturas
El 1 de diciembre de 2025 El PSOE comunicó que Francisco Salazar Rodríguez [Paco Salazar] se había dado de baja en el PSOE y que por eso no habían realizado ninguna investigación ante las denuncias de acoso sexual denunciadas en julio. Ante eso ElDiario.es publicó que el PSOE quería ‘cortocircuitar’ la investigación de las dos militantes socialistas que le habían denunciado y reprodujo parte del contenido de sus denuncias desatando un escándalo político, el llamado caso Paco Salazar.
El 3 de diciembre de 2025 una militante del PSOE en Torremolinos (Málaga) denuncia al secretario general del PSOE en esta localidad, Antonio Navarro Jiménez, por acoso sexual. Su denuncia se produce por esta vía después que la militante lo denunciara por la vía interna sin que se investigara. El 4 de diciembre de 2025 el diario Sur de Málaga lleva el tema a su portada. El PSOE reaccionará suspendiendo de militancia a Navarro Jiménez, medida que no tomó hasta que el tema saltó a los medios de comunicación.
El 7 de diciembre de 2025 el PSOE anuncia que destituye de sus cargos y abre expediente al militante Antonio Hernández Espinal, que ocupaba el cargo de Director del Departamento de Coordinación Política en el Gabinete de presidencia del Gobierno por ser conocedor de las denuncias contra Francisco Salazar Rodríguez. El cese se oficializará en el consejo de ministros del día 9.
El 9 de diciembre de 2025 el programa de televisión ‘Código 10’ de Mediaset desvela que seis militantes del PSOE han denunciado por la vía interna al secretario general del PSdG-PSOE en Lugo, presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte, José Tomé Roca. En ese mismo programa interviene el líder del PSdG-PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, que asegura no tener ninguna información de esas demandas por vía interna.
El 10 de diciembre de 2025 José Tomé Roca comparece ante los medios para negar que vaya a dimitir.
El 11 de diciembre de 2025 ElDiario.es desvela que hay una denuncia interna por acoso sexual contra el senador del PSOE José Javier Izquierdo Roncero, miembro de la ejecutiva nacional del partido nombrado directamente por Pedro Sánchez. Ese mismo día Javier Izquierdo Roncero anuncia desde las redes que dimite de todos sus cargos políticos y se da de baja como militante del PSOE. El día 12 formaliza su renuncia a su acta de senador.
El 12 de diciembre de 2025 José Tomé Roca dimite como presidente de la Diputación de Lugo y como secretario del PSdG-PSOE, así como anuncia su baja del PSOE, aunque seguirá como alcalde no-adscrito de Monforte. Ese mismo día José Ramón Gómez Besteiro reconoce que sabía la existencia de acusaciones contra Tomé Roca desde octubre de 2025. Ese mismo día dimite la secretaria de Igualdad del PSdG-PSOE, Silvia Fraga.
El 12 de diciembre de 2025 la secretaria de organización del PSOE Rebeca Torró Soler realiza una comparecencia de urgencia para pedir disculpas por los errores en los protocolos del PSOE y para asegurar que aunque Francisco Salazar Rodríguez ya no es militante del PSOE, quedará anotada su ‘falta grave’ para que no pueda volver afiliarse al partido automáticamente.
El 13 de diciembre de 2025 Toni González Rodríguez, vicesecretario del PSPV-PSOE, anuncia que dimite de este cargo y se da de baja como militante del PSOE después de que ElDiario.es desvelara acusaciones de acoso sexual contra él. Toni González Rodríguez seguirá siendo alcalde de Almussafes como ‘no adscrito’.
11 Diciembre 2025
‘Señoros’ de izquierdas
El señoro de izquierdas es una subespecie pelín más evolucionada que el señoro a secas. El eslabón perdido entre el Homo erectus y el Babosus concienciatus. Merecería un capítulo, digo paper, propio en la revista Macho’s Nature, que procedo a patentar, no sea que se me adelante algún criptobro y la monetice. Nuestro hombre, Paco Jones en adelante por no levantar ampollas, puede ser octogenario, boomer, milenial o zeta. Aunque el grueso de los ejemplares españoles anda entre los 40 y los 60 años, como ciertos amigos del presidente del Gobierno, su seña de identidad no es su edad ni su fenotipo ni su hábitat, que puede ser desde un partido a un periódico, sino su capacidad de adaptación al medio.
A diferencia del señoro de derechas, que se gusta horrores y no tiene remilgos en pregonar su misoginia en cuanto coge confianza, nuestro espécimen es más taimado. Se camufla cual pulpo por arrecife adoptando los tips de feminismo que ha aprendido en el cursillo de diversidad del curro con el fin de trepar en la cadena trófica, mimetizarse con el entorno, protegerse de las chivatas depredadoras y acechar a sus presas hasta ganarse su obediencia y, entonces, entrarles a saco. Así, desdobla primorosamente el género entre señoras y señores, compañeras y compañeros, y amigas y amigos, y los más lanzados pueden hasta hablar en femenino y clamar que están hasta el coño de tanto machirulo, tía.
Da igual que sea hetero, homo o no binario; tampoco es la orientación ni la identidad sexual lo que lo define, sino el hecho de ver a las mujeres como iguales en teoría, pero creer a unos más iguales que otras en la práctica, y considerar, en el fondo de sus testículos, que las feministas son una panda de insatisfechas a las que les das la mano y se cogen el brazo. Simpático y rumboso como él solo, cuando por fin alguien se atreve a denunciarlo, ya se ha hecho con una camarilla de señores, y señoras, que le disculpan porque ya sabes cómo es Paco cuando se le calienta la bragueta, pero luego no es nadie y es buena gente: un señoro, sí, pero nuestro señoro. Nada nuevo bajo el agujero de la capa de ozono. La mala noticia es que aún pasa. La buena, que ya no cuela. A ver si, al final, van a ser los Pacojones y no las feministas de los ídem los que callen al perro.
13 Diciembre 2025
Soy encubridora porque soy socialista
Me provoca arcadas contemplar cómo a los socialistas se les llena la boca de dos palabros: progresismo y feminismo. Siempre se presentan como los más progresistas y feministas del mundo mundial, pareciera que el resto del planeta, especialmente los fachosferos, fuéramos una suerte de inquisidores que incineramos a los heliocentristas o una panda de misóginos que despreciamos a las mujeres por el hecho de serlo. El «soy feminista porque soy socialista» no es una frase cuyo copyright corresponda en exclusiva a un Ábalos al que ahora Sánchez y su guardia de corps endosan todas las culpas para librarse de la quema. También era feminista porque es socialista el presidente yerno de proxeneta; la misma cínica frasecita salió de boca de Carmen Calvo y tres cuartos de lo mismo se le escurrió –que no ocurrió– a Adriana Lastra. María Jesús Montero no se puso una vez roja ni desde luego ciento amarilla cuando hace tres meses manifestó que «todas las políticas públicas han de estar impregnadas por el feminismo porque sin feminismo no hay democracia».
La sucesora del ladronísimo Cerdán, la valenciana Rebeca Torró, amiga del alma del acosador Salazar, fue aún más allá en sus proclamas: «Somos el escudo ante las políticas machistas de PP y Vox». Con dos ovarios en estos dos últimos casos porque ya para entonces, 4 de septiembre, el caso Paco Salazar era del dominio público.
Pero con ser especialmente repugnantes los casos de acoso sexual protagonizados por al menos seis sanchistas de pro, aún lo resultan más si cabe las tareas de encubrimiento de estos episodios implementadas con la colaboración activa o al menos consciente de buena parte de las jefazas del partido. Que Salazar es un presunto delincuente sexual era público y notorio en Ferraz, en Moncloa y en Dos Hermanas desde hace décadas. Las acusaciones contra el ya ex presidente de la Diputación de Lugo José Tomé datan de hace bastante tiempo. Lo del senador Javier Izquierdo, lo del valenciano Toni González, lo del cordobés Francisco Fernández y lo del torremolinense Antonio Navarro constituían igualmente secretos a voces. Pues bien, Sánchez no sólo no actuó contra ellos sino que los protegió: a Salazar lo mantuvo a su vera en Palacio desde 2018, Tomé repitió como candidato entre palmaditas y risitas del capo di tutti capi y lo mismo sucedió con los otros cuatro.
Calvo y Lastra van jactándose por ahí de haber intentado poner el cascabel al gato con Paco Salazar, olvidando lo más elemental: si en el partido pasaban de ellas deberían haberse dirigido a la Fiscalía o al juzgado de guardia. Y, si les hubieran hecho caso, también. El deber de colaborar con la Justicia es universal, no algo que dependa del pie con el que uno o una se levanta. El descubrimiento del Me Too socialista, fuego amigo para cargarse al caudillo o humo para tapar el Begoñazo, pone de manifiesto, ya más allá de toda duda razonable, que al PSOE en particular y a la izquierda en general las mujeres y la igualdad les importan un comino. No pasan de ser cebos para pescar votos. Al respecto conviene recordar que el sector femenino de Sumar, con Yolanda Díaz a la cabeza, tapó los delitos del presunto agresor sexual Errejón, y que Podemos amparó al acosador Monedero y rio las gracias al Pablo Iglesias que quería azotar hasta que sangrase a Mariló Montero. Conclusión: hay que darle la vuelta al eslogan.
No es «soy feminista porque soy socialista» sino más bien soy feminista porque NO soy socialista. Por cierto: de la no muy progresista adicción a la prostitución de muchos socialistas hablaremos otro día.
13 Diciembre 2025
Un MeToo para terminar con el Tardosanchismo
A la presente legislatura yo la llamo para mis adentros el Tardosanchismo. Ahora vivimos el estertor, la diarrea en melena: el colapso de un sistema podrido desde el primer día; un sistema que fingió tener la ética en los cimientos, pero tenía forma de chabolo lleno de ladrones con luces de puticlub en la uralita. Este nido de repulsivos tentáculos no ha caído por la corrupción pero se ahoga en medio de un MeToo de escándalos sexuales. Le está pasando a Pedro Sánchez lo mismo que a Luis Rubiales: lo que no se le hundió con los evidentes trapicheos lo va a conseguir el sexo. Parece que en España nos importa más el sexo que el dinero. Eso tal vez explica nuestro alto consumo en prostitución.
En fin: así se desmorona el Tardosanchismo, época de desgobierno, antidemocracia, fraude intelectual y vergüenza ajena, que ha sobrevivido hasta que de los bajos fondos ha surgido el rumor de que había muchos hombres guarros en Moncloa. De repente, la sincronizada mediática, la que calló tantas cosas y se arrastró por el suelo para evitar a un presidente que se mojara de orines los zapatos, oye las denuncias anónimas de mujeres y dice: hasta aquí.
Hoy leo los medios socialdemócratas y no paran de hablar mal de Pedro Sánchez. No les escandalizaron tanto los presuntos negocios de su mujer. Es como si el socialismo español penalizase más el adulterio que el nepotismo. Como sea, con las cuestiones de pudor se ha destapado el tapón de la balsa.
De pronto nadie se acuerda de Idafe. El 99% los “bulos” de la “máquina del fango” de la “fachosfera” se han revelado como verdades claras a la luz suburbial de los directivos que se suben la bragueta en la cara de una empleada, y ahora más de un bailarín de la sincronizada quiere que se lo trague la tierra.
Politólogos que cambiaron su opinión sobre la constitucionalidad de la amnistía al ritmo de la bachata de Moncloa, señalan con el dedo; los periodistas que firmaron el manifiesto de condena contra el periodismo que investigaba lo que hoy certifica ingresos en prisión, fingen escándalo; activistas que olvidaron el Sáhara para ponerse a tope con Gaza y te llamaban genocida, pintan pancartas; y los artistas con solera que escribieron alejandrinos hablan de la valentía de la mujer.
Todo lo que Juan Carlos Ortega caricaturizó desde La Ser, la gente que aceptó trabajos en la Televisión Pública de José Pablo López y defendió la línea editorial de Silvia Intxaurrondo, las tertulianas chonis de pelo planchado, los analistas andaluces pedantes y afectados, los vehementes gallegos con gafas ahumadas, todos, han roto a decir de pronto que esto ha ido demasiado lejos.
Bien. Yo soy viejo ya. Y sé por qué lo hacen.
Está claro que el PSOE ya no puede soportar más la putrefacción en que lo ha sumido Pedro Sánchez y su círculo de confianza. Ven caer las piezas maestras de la cúpula de corrupción y huelen vientos malos que vienen de Venezuela, de modo que se sincronizan para sobrevivir. En medio de la tormenta policial y judicial que cierra el cerco sobre Moncloa, de pronto aparece un MeToo, justo ahora.
Y a mí no me engañan ya más. Sé que entre bambalinas, en ese partido que se hunde, hay ya una mujer que le va a disputar el liderazgo a Pedro Sánchez. No sé quién es, pero será una mujer medio carismática, joven o de la vieja guardia laminada por el sanchismo. De pronto aparecerá para limpiar el partido. Dirá: “yo encarno al nuevo socialismo y vamos a pasar página de tanta machirulada”.
El relevo de Pedro Sánchez, sin perfiles como los de Eduardo Madina, el PSOE no tiene otro futuro que convertirse con Sánchez en una España Insumisa como la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. Para que eso no suceda, sube enteros Salvador Illa
Eso, el movimiento interno femenino por disputar el poder y salvar al PSOE de la presencia tóxica de Pedro Sánchez, es lo único que explica que justo ahora, cuando todo se derrumba sobre sus cabezas, medios como el País, La Ser o elDiario.es publiquen en modo metralleta escándalos machistas y corruptela. Son los mismos que callaron, no ya las denuncias de acoso, sino las clamorosas muestras de corrupción. Y de pronto les ha dado por hablar, lo que solo se explica de una forma: alguien les ha dado una orden.