15 noviembre 1997

El imperio de la animación recupera el humor un lado más infantil y educativo que es sus dos últimos grandes apuestas

Disney vuelve al éxito absoluto con ‘Hércules’ de Gerald Scarfe

Hechos

En noviembre de 1997 se estrenó la película ‘Hércules’ de Disney.

15 Noviembre 1997

Disney alcanza el Olimpo

Beatrice Sartori

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Siendo niño, Gerald Scarfe (Londres, 1939) tuvo que guardar cama aquejado de asma crónica. Fue en aquella época cuando desarrolló su amor por la literatura, el dibujo y las creaciones de Disney: «He sido toda la vida un fan de Disney, una palabra que es para mí sinónimo de brillo y belleza. Y esto es histórico, porque es la primera vez que admiten a alguien de fuera de la Factoría, a un outsider».

Presente en Atenas, con todo el equipo creativo de Disney, el agudo caricaturista explicó los detalles de una colaboración que comenzó con el bosquejo de un puñado de personajes y acabó con el diseño de producción de todo Hércules, una película que ha quedado indeleblemente marcada por sus trazos enérgicamente anárquicos y sus figuras angulosamente excéntricas, que la dotan de un toque genial y diferente.

«Estaba en Los Angeles, con Peter Hall en el tour de La flauta mágica, de Mozart, con decorados y vestuario míos, y John Musker trajo a Clements a verla. Después se reunieron conmigo y el primero expresó su admiración hacia mi trabajo en Time, que guardaba en recortes. Estaban en la fase de exploración de las primeras figuras para una historia de corte clásico. Y me propusieron colaborar con ellos».

Scarfe se encerró a trabajar en solitario durante un año en su estudio-casa del barrio londinense de Chelsea. Lejos quedaban ya sus años de aprendizaje en el Royal College of Art, del que salió para establecerse como caricaturista por cuenta propia. Dibujante satírico habitual de The Sunday Times y New Yorker e ilustrador de portadas y reportajes para Time, Scarfe pertenece a un clan de irreverentes caricaturistas británicos, que incluye desde Max Beerbohm a William Hogarth, conocidos por sus envenenados dibujos de políticos y otras celebridades.

También ha simultaneado una carrera paralela como escenógrafo y figurinista para la opereta Orfeo en los infiernos, de Offenbach (que reinventó como un cómic pop) y la farsa de Feydeau, An Absolute Turkey (1994), por la que logró el Premio Olivier. Hace 15 años, Alan Parker le encargó el segmento animado de Pink Floyd. El muro, que convirtió en una oscura alucinación.

«»Haz lo que quieras dentro de tu estilo», me dijo John Musker. Cuando entregué lo que había hecho, se entusiasmaron tanto que me quisieron en todos los personajes y para coordinar el aspecto global de la película». Así que, para unificar criterios, le reunieron durante un fin de semana con la intención de que el equipo aprendiera a plegarse a su estilo.

«Después, a lo largo de dos años estuve al frente de los 906 creativos artísticos y técnicos del filme, enseñándoles cómo dibujar a mi manera y corrigiendo sus pruebas vía fax. Les sugerí movimientos, no quería figuras estáticas, y hasta les llegé a dar clases de anatomía. Soy de los pocos elegidos que han regresado felices de Hollywood. Han sido tres años deliciosos, nada de las terribles historias que otros cuentan. Me han tratado de maravilla y han escuchado todo lo que les he dicho».

A partir del guión de Irene Mecchi, Scarfe creó todos y cada uno de los personajes de Hércules, incluida la multitud tebana. Su creación cumbre: el malvado Hades, la némesis del héroe. La firma de Scarfe es más que evidente en el trabajo relativo a los numerosos y deliciosos personajes malvados. Como Milton descubrió en El paraíso perdido, los villanos son más divertidos.

«Déjenme hacerlos consistentemente malvados, no se queden a mitad de camino. Mis recuerdos de niño van hacia la Bruja y Maléfica, no hacia Blancanieves y la Bella Durmiente», les dijo a los ejecutivos de Burbank. Acerca de Hades recuerda: «Al principio, era de fuego, luego decidieron darle un carácter más sardónico y que el fuego fuera más como una llama de gas en la cabeza. He querido que Hades fuera el malvado total, hacia el que el público no sienta simpatía ni por un segundo».

Además del largometraje, dos libros ilustran su labor para la película: The art of Hércules, que muestra la evolución de sus dibujos; y Hades: the Truth at Last, en que el villano, por boca de su creador, da su versión de los hechos. Según Scarfe, Hades es «un buen tipo que quiso ayudar, pero todo le salió mal».

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«Hércules» se estrena el viernes.

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APOYO

De niña a mujer

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Para Scarfe, uno de los personajes claves de Hércules es Megara: «Meg tiene el cinismo y la dureza de una Barbara Stanwyck, aunque posee un corazón de oro. Busca al hombre de su vida y es la primera creación no virginal de Disney: tiene un pasado en el que parece haber sufrido contratiempos amorosos. En ella se puede comprobar hasta qué punto han evolucionado los personajes femeninos en Disney. Cinco décadas después, Meg está a años luz de Blancanieves».

De hecho, Meg completa un ciclo de interesantes heroínas femeninas que comenzó con Ariel (La sirenita, 1989), Bella (La bella y la bestia, 1991), la princesa Jasmine (Aladdin, 1992), la india Pocahontas (1995) y la gitana Esmeralda (El jorobado de Notre Dame, 1996), más complejas que sus antagonistas masculinos.

16 Noviembre 1997

El Héroe más clásico de Disney

Beatrice Sartori

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Hércules, el mítico héroe griego, una divinidad como hijo de Zeus, capturador de Cerbero y luchador contra el centauro Neso, es el personaje elegido para protagonizar la nueva entrega animada de la Factoría Disney. El llamado a tomar el relevo de Quasimodo, de la tenebrosa El jorobado de Notre Dame, en la imaginación infantil de las audiencias de todo el mundo.

Más de 14.000 millones de pesetas ha recaudado la película desde su estreno en junio en Estados Unidos. Una cifra inferior a la que obtuvieron en su día El rey León (45.000 millones) o El jorobado de Notre Dame (14.700 millones). Sin embargo, su llegada a Europa, más familiarizada con los clásicos, puede hacer triplicar los ingresos del que hace el número 35 de los largometrajes de animación producidos por el estudio de Burbank desde Blancanieves y los siete enanitos (1937).

Las mejores y más excitantes noticias que rodean al estreno es que se trata de una de las películas más atípicas lanzadas desde Disney, en la que es conocida como su segunda edad de oro, un periodo iniciado hace una década y que ha cosechado éxitos del calibre de La sirenita, Aladdin, La pesadilla antes de Navidad, El rey león, Toystory, La Bella y la Bestia y El jorobado de Notre Dame.

Sin embargo, Hércules muestra desde las primeras imágenes que no se trata de la típica producción Disney -blanda, amable y azucarada-, sino que ofrece mucho más: humor irreverente, diálogos ágiles, dinamismo vertiginoso, música de gospel, un megavillano memorable, hilarantes anacronismos, autocrítica consumista y, sobre todo, la colaboración artística de un genio singular: el caricaturista británico Gerald Scarfe, cuyos estilizados y angulosos trazos identifican indeleblemente la película.

Las razones de la singularidad del filme hay que buscarlas también en la identidad de quienes lo firman: John Musker y Ron Clements, autores de La sirenita y Aladdin, claros partidiarios del humor depredador y el ritmo frenético, marcas de la casa que logran unir a niños y adultos ante un mismo largometraje. Suya fue también la decisión de delegar toda la responsabilidad de la producción artística en Scarfe, que con un estilo enérgico y anárquico marca el aspecto y el tono de la película.

Con sus héroes robustamente unidimensionales y una narrativa simbólica, los mitos griegos han sido frecuentemente considerados los cómics orales de la antigüedad. Por eso, resulta raro que Walt Disney no hubiera manifestado interés por ellos antes, si no es por la excepción que constituye uno de los segmentos menos afortunados del musical Fantasía, el relativo a la Sinfonía Pastoral de Beethoven, protagonizada por ponis-centauros y ninfas en biquini.

Ahora, por vez primera y a partir de un guión original, es el turno de Hércules, quien, al igual que Pinocho, Bambi, la Cenicienta, Mowgli y, más recientemente, Simba y Quasimodo, comparece de nuevo como un alma perdida y solitaria. Nacido de Zeus, pero degradado al estatus de semidiós por la intervención de una poción suministrada arteramente por el malvado Hades, debe encontrar su lugar en un mundo que no sabe cómo acoger a un adolescente dotado de una fuerza sobrehumana, que lo convierte en un inadaptado.

Informado por el propio Zeus de su estado semidivino, conoce su destino: intentar regresar al Olimpo, a donde realmente pertenece. Para ello, debe demostrar que es un verdadero héroe. Así las cosas, el ingenuo Hércules se dirige a un entrenador de héroes, Filoctetes, un sátiro que prefiere ser llamado sencillamente Fil, un tipo famoso por haber entrenado a Jasón y a Aquiles, quien no triunfó por no-sé-qué problemas con su talón.

El alado caballo Pegaso y la enamorada Megara, damita de armas tomar conocida por Meg, forman parte de la alegre pandilla que se arremolina en torno al héroe, quien pronto se convierte en el tipo más famoso de Tebas, con una tienda, The Hercules Shop, íntegramente dedicada a vender cachivaches relacionados con él, una punzante broma contra los actuales sistemas de mercadotecnia, a los que la propia Disney no es ajena. Sin embargo, es la parte de los villanos la que ofrece la mayor diversión. Están dos diablillos, Pánico y Pena, la hidra de 30 cabezas, el centauro, las Moiras, los más diversos monstruos y cuatro titanes escapados del fondo del océano. Pero, el emperador de la función es el megavillano, Hades, Señor del Inframundo y rey del Río de los Muertos, un tipo con una llamita azul sobre la cabeza y una dentadura que es toda una declaración de depredadores principios.

Cuatro años han sido necesarios para la creación de Hércules, una película en la que han colaborado setenta creativos, que han necesitado 10.500 millones de pesetas, utilizando un millón de hojas de animación, 72.000 lapiceros Staedtler Mars Lumograph y 20.000 gomas de borrar Magic Rub, así como las últimas tecnologías del departamento de Apple Imágenes Generadas por Ordenador. Y es que en Disney, hoy por hoy, siguen considerando la animación como una forma de arte típicamente norteamericana.

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APOYO

BOCETOS DE LOS PERSONAJES

Hércules.- el mítico héroe griego , nacido del gran Zeus y degradado a la condición de semidiós, vive en la tierra como un hombre dotado de poderes sobrehumanos.

Pegaso.- el fiel amigo de Hércules desde su infancia. Poderoso como un caballo y capaz de volar como un águila, compensa con sus habilidades físicas un cierto atolondramiento.

Anfitrión.- el padre adoptivo de Hércules lo cuida sin saber que es hijo de un dios.

Alcmena.- La madre adoptiva de Hércules, lo acoge en su granja. Intuye que el bebé no es un niño cualquiera.

Hermes.- el Mensajero de los dioses, aunque para una misión tan importante quizá convendría alguien menos despistado.

Pánico.- el miembro más nervioso de la terrible banda de hades. Si no le perdiera su carácter, sus maldades serían mucho más efectivas.

Pena.- La auténtica pero torpe mano derecha del supermalvado hades.

Neso.- Un maléfico centauro que persigue a Mégara, la heroína de la película.

Las musas.- Nadie canta mejor, ni en el cielo ni en la tierra, que este coro de soul formado por chicas inmortales.- Las diosas de las artes se arrancan siempre que pueden con canciones y elaboradas coreografías.

Fil.- La palabra sátiro se inventó para él. Arquetipo del acoso y entrenador de héroes como espartaco, aquiles y, ahora, Hércules.

Hades.- El dios del infierno, el peor de los malvados, señor de los muertos y azote de los vivos. Quiere acabar con Zeus, pero Hércules se interpondrá.

Las moiras.- Tres horribles brujas que tienen que repartirse un único ojo y que, aún así, lo ven todo, lo saben todo y hasta pueden predecir el futuro.

Zeus.- Dios de todos los dioses del Olimpo, sufre el rapto de su hijo Hércules al que intentará guiar de vuelta a casa. Steve Reeves, el Hércules clásico.

Megara.- O Meg, para abreviar. Se enamora de Hércules y, desde ese momento, cambia radicalmente su forma de ver las cosas.

21 Noviembre 1997

El ritmo de un héroe

Beatrice Sartori

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Cinco musas y diosas de las artes se arrancan por «gospel» para narrar la vida y milagros de Hércules, el héroe por excelencia. A ritmo vertiginoso, una serie de cerámicas les ayudan a ello. En seguida, con las primeras imágenes, se advierte que «Hércules» no es una película más de la Factoría Disney, de hecho, la que hace la número 35 desde «Blancanieves y los siete enanitos» (1937), sino algo más y muy distinto.

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Diálogos balísticos, humor irreverente, ritmo MTV, dinamismo vertiginoso y dibujos de trazos pronunciados anuncian que no sólo estamos ante la tercera película del exitoso dúo John Musker-Ron Clemens, autores de La sirenita (1991) y Aladdin (1992), sino que el filme ha sido diseñado por el dibujante británico Gerald Scarfe, quien le otorga un sello nuevo, genial y diferente. Excéntrico y muy personal, caricaturista de The Sunday Times y New Yorker, así como colaborador de la revista Time, Scarfe (Londres, 1939) participó en todos los ámbitos creativos de la película, en la génesis de todos los personajes, la asesoría artística de los animadores y del diseño de producción por completo. No en vano fue responsable, hace 15 años, del segmento animado de Pink Floyd. El muro, de Alan Parker.

Para su segunda incursión en el cine de animación, Scarfe ha creado sus idiosincráticas figuras estilizadas, angulosas y enérgicamente anárquicas. Sobre todo, en la obra cumbre del filme, la creación de Hades, el megavillano, Rey del Río de los Muertos, Señor del Inframundo y némesis del héroe. Hades se presenta cual Maléfica en el Olimpo, al nacimiento de Hércules, hijo de Zeus. Su misión: reducir al dios bebé Hércules a la categoría de mortal, no en vano Las Moiras le han predicho que, sin el forzudo, dentro de 18 años comandará el cosmos. Por mor de un venenoso bebedizo, que no consume del todo, Hércules es reducido al estado de semi-dios, siendo raptado, abandonado en la tierra y educado por un matrimonio de campesinos. Convertido en un inadaptado por su sobrehumana fuerza, un diálogo con Zeus traza su camino: debe convertirse en un héroe y regresar al Olimpo, junto a los dioses. En la ciudad de Tebas busca al entrenador de campeones, Fil, mientras cae en las redes de una seductora damita, Meg, enviada por Hades. El amor le debilita, pero tras enfrentarse a una variada gama de monstruos (verdaderas delicias de la película), Hércules encuentra la verdadera fuerza: la que se mide por el corazón. Titanes, el can Cerbero, las Moiras que comparten un solo ojo, la hidra de 30 cabezas, el centauro y otros monstruos recrean la leyenda de Hércules, a partir de un guión en el que Irene Mecchi se ha permitido una serie de libertades y anacronismos. Con música de Alan Menken y letras de David Zippel, y una canción de Ricky Martin en la versión española, Hércules comparece como la última creación animada de Disney, una verdadera delicia que confronta frente a la misma pantalla a niños y adultos.