29 enero 1984

El asesinato del que fuera jefe de la I Región Militar fue ordenado por Txikierdi, de la dirección de ETA, y efectuado por Henri Parot

ETA asesina al Teniente General Guillermo Quintana Lacaci, figura fundamental en la frustración del Golpe del 23-F,

Hechos

El 29 de Enero de 1984 fue asesinado el Teniente General de la Guardia Civil Guillermo Quintana Lacaci.

Lecturas

Hechos: El 29 de Enero de 1984 caía abatido a balazos en las calles de Madrid, el Teniente General de la Guardia Civil Guillermo Quintana Lacaci asesinado. No sabemos si Quintana Lacaci sabía que él iba a ser la próxima víctima del yugo terrorista, muy probablemente lo pensó cuando poco más de un año antes fue asesinado su compañero y amigo, el General Lago Román. El atentado es, además, sorprendente, en tanto que Guillermo Quintana Lacaci destacó por ser uno de los militares cuya acción fue crucial para impedir el Golpe de Estado de 23-F (por entonces era el Jefe de la I Región Militar, Madrid y dio la contra orden de movilizar la DAC que intentaban Pardo Zancada y Torre Rojas, cómplices de Tejero). Fue un caso más de la salvaje oleada de asesinatos del terrorismo contra las fuerzas de seguridad del estado, la Guardia Civil.

Víctimas Mortales:

D. Guillermo Quintana Lacaci

LOS ASESINOS:

txiquierdi Juan Lasa Michelena ‘Txikierdi’, miembro del Comité Ejecutivo de ETA, fue quien ordenó el asesinato del General Quintana Lacaci.

henri_parot El asesino Henri Parot fue quien, siguiendo las órdenes de ‘Txikierdi’ cometió el crimen.

Tanto Txikierdi como Parot fueron juzgados por aquel crimen en 1996 a la pena de 30 años de prisión.

30 Enero 1984

Asesinos en Madrid

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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El asesinato del teniente general Guillermo Quintana Lacaci ha tenido todos los elementos de horror con que el crirnen gratuito y provocador puede contar. La convivencia civilizada de nuestra sociedad está sujeta a este tipo de amenazas, que sólo sirven para sembrar la desolación, el terror y la crispación de los más primarios sentimientos. El asesinato, matar con alevosía o premeditación, es un acto deleznable que sólo puede ser practicado por quienes apuestan por la muerte y desdeñan la vida, la libertad y el progreso. Estas frases puede que se hayan repetido muchas veces últimamente, pero su reiteración no empaña su valor intrínseco y le conceden la fuerza moral de las convicciones, frente a lo que simplemente son pueriles argumentos tácticos de mafiosos, enmascarados en grandilocuentes arquitecturas ideológicas. Los asesinos sólo sirven a la muerte.Pero las primeras reacciones que este asesinato despierta no deben ser catalizadas por la fuerza de los sentimientos, sino que deben de encuadrarse por los registros de la razón. A esta hora ninguna banda ha reivindicado el asesinato. Las hipótesis de trabajo de los investigadores policiales se inclinan por la autoría de ETAm, pero no descartan el protagonismo de las tramas negras de la ultraderecha. Un crimen de estas características sólo encaja en los objetivos tácticos y estratégicos de estas formaciones, unidas siniestramente con la finalidad de conseguir el naufragio de la sociedad de libertades. Para ETAm la desaparición de su santuario en Francia, el proceso de normalización de la vida política en el País Vasco y los éxitos del Gobierno en la lucha conta el terrorismo le suponen un aislamiento creciente, en el que comienza a dibujarse el final de su estrategia.

El teniente general Quintana era un profesional de la milicia. Por eso fue un hombre comprometido con la Monarquía parlamentaria y respetó el mandato de la soberanía popular. Precisamente por eso la tarde del 23 de febrero, cuando se fraguaba el golpe de Estado criminal, sus órdenes como responsable de la I Región Militar se encauzaron a desmantelar las maniobras de los sediciosos. Precisamente porque el teniente general Quintana decía que «los ejércitos de un régimen democrático deben estar inspirados en un respeto absoluto a la Constitución», los enemigos de la libertad, sea cual fuere su pelaje, dispararon ayer contra él.

Los responsables de la seguridad del Estado mantenían estos días una especial vigilancia ante la amenaza del terrorismo. Los partidarios de la involución, compañeros de viaje en los objetivos políticos del terrorismo, han venido calentando en sus publicaciones un falso panorama de catastrofismo y desorden. El asesinato del general Quintana sirve a unos y a otros en sus finalidades últimas. Por eso la mayoría de la sociedad española, que da la espalda en las urnas a estos fanáticos del terror, reacciona con indignación y serenidad.

30 Enero 1984

Quintana Lacaci

ABC (Director: Luis María Anson)

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El teniente general asesinado, un militar de honor y acendrado espíritu de servicio, de probadas virtudes en la paz y en la guerra, ocupa esta ventana teñida hoy por el dolor. El pueblo español no se ha recuperado todavía de la bofetada recibida con la noticia del cobarde asesinato de un hombre, ayer indefenso, que ocupa un lugar destacado en las mejores páginas de la Historia: con lealtad al Rey y respeto a las leyes, se opuso al golpe de Estado el 23-F y se esforzó siempre por mantener unido al Ejército. Descansa en paz.