26 mayo 2009

Tanto en su etapa de EL MUNDO como ahora en EL PAÍS las columnista de Boyero han sido especialmente detractoras contra el cine Almodóvar

El director de cine Pedro Almodovar utiliza su web para atacar a los críticos de EL PAÍS Carlos Boyero y Borja Hermoso por poner a parir su última película ‘Los abrazos rotos’

Hechos

El 26 de mayo de 2009 D. Pedro Almodovar publica en su web el artículo «Crónica negra del festival de cannes».

Lecturas

20 Mayo 2009

Cannes no rompe su abrazo a Almodóvar

Carlos Boyero

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Aunque intente hacer malabarismos con su tiempo es imposible para alguien con el deber de hacer la crónica de esa cosa tan extenuante llamada Festival de Cannes que le ofrezcan reposo a su cuerpo y a su retina durante más de cinco o seis horas, ya que la primera y obligada visión de las películas que concursan en la sección oficial es a las ocho y media de la mañana, horario legañoso y nada adecuado para captar las esencias de los presuntos manjares. Por ello, no es extraño que abunden en la sala los suspiros prolongados e incluso los soeces ronquidos, lo cual no impide que algunos de los comprensiblemente soñolientos expliquen después con análisis orales o escritos, pero inevitablemente profundos y comprometidos, las claves y los mensajes de esas obras preferiblemente vanguardistas.

En medio de tanta fatiga, supone un alivio importante para las cansadas neuronas, y sobre todo para el disfrute de la cama, haber visto anteriormente a su estreno en los festivales alguna de las películas que van a exhibir. Por tanto no he ido al pase de Los abrazos rotos, pero compañeros con más sentido de la responsabilidad y dispuestos a informar de la acogida que ha tenido en la sala la última película de este Almodóvar por el que Cannes siente ancestral adoración (testifico que ese amor incondicional se prolonga al resto del mundo, pero lo que más mola es que te hayan descubierto y santificado los cultísimos intelectuales franceses, que son los que saben mogollón del arte auténtico) me comunican que ha habido muchos aplausos y ningún abucheo, lo que confirma el intacto prestigio de Almodóvar en este templo del cine trascendente.

Posteriormente, escucho en el encuentro de Almodóvar con los medios españoles su lúcida explicación del amor que le tienen los franceses. Se debe, a diferencia con España, a que aquí los críticos ven su cine sin prejuicios y de forma objetiva. También resalta que abundantes y distinguidos espectadores de Los abrazos rotos le han comentado que la primera vez se han sentido impresionados, pero que necesitan una segunda visión para paladearla y analizar con más tranquilidad los mecanismos que han provocado esa emoción. En mi caso es todo lo contrario. La primera vez que la padecí me resultó pretenciosa, aburrida y hueca, pero la segunda me resultó exclusivamente grotesca esa indagación en la pasión, la creatividad cinematográfica y no sé cuántas movidas más. Intenté explicar mis desagradables sensaciones en este periódico cuando se estrenó en España Los abrazos rotos. O sea, que no tiene sentido algo tan inútil y fatigoso como volver a repetirme. Al parecer, me estoy perdiendo algo importante. Eso me ocurre por ser prejuicioso y subjetivo, por no saber apreciar la belleza y la complejidad que a tanto espíritu cultivado ha resultado transparente. Tendré que cargar eternamente con mi lamentable miopía y mi carencia de sensibilidad ante la volcánica historia de amor entre el manipulado director y la atormentada amante del mezquino millonario empeñada en ser actriz.

Vincere, dirigida por Marco Bellocchio, aquel señor italiano que nos perturbó hace tanto tiempo con su primera y feroz película Las manos en los bolsillos, pero que nunca prolongó aquel placer a pesar de su larga filmografía, se propone reivindicar la sufrida figura de Ida Dalse, una amante de Mussolini que entregó su cuerpo, su alma y sus posesiones al futuro Duce y que parió al primer hijo de éste. Cuenta la enloquecida búsqueda de esta mujer rechazada a lo largo del tiempo para que el dictador asuma la paternidad de su hijo. Bellocchio narra esta desgarrada historia combinando el tono operístico con los documentales de la época que plasmaban el esplendor del fascismo. Lo hace con inequívocas pretensiones de arte, pero casi todo resulta chirriante, esperpéntico y forzado. Te da un poco igual la obsesión de la abandonada, la egolatría de su seductor, el retrato histórico de una época convulsa y sombría.’Vincere’, de Marco Bellocchio, reivindica a una amante de Mussolini

20 Mayo 2009

'San Pedro' hace memoria histórica

Borha Hermoso

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La Croisette se rinde al hechizo del director, que rodará un filme sobre la Guerra Civil

Si a lo largo del ancho mundo Pedro Almodóvar es una imagen de marca, en Cannes constituye un género en sí mismo. La gente le quiere, se agolpa en la calle para husmear su estela o intuir su advenimiento, periodistas de todo el orbe se acercan a sus colegas españoles para, pese a estar a punto de verla con sus propios ojos, preguntar cómo es Los abrazos rotos, cómo está Penélope Cruz, qué críticas ha recibido la película en España y hasta cuáles son las aficiones personales de Pedro, más conocido en La Croisette como «San Pedro».

Él sonríe sin parar desde el parapeto de sus gafas negras, cuenta que un día le tuvo que hacer un cunnilingus a una de sus actrices para que ella se enterara por fin de cómo tenía que ser la escena, y la gente se queda encantada. Sería de bobos o simplemente falta de alcance negar la capacidad comunicativa del personaje que, si tiene el día, puede convertir una rueda de prensa en una quermés… y que, además, en Cannes se crece. No en vano, sostiene que «Francia es el país que mejor me trata, tanto en la taquilla como en lo que se escribe; se me trata mejor aquí que en España, los periodistas escriben con menos prejuicios», tal y como explicó ayer.

Y, sin embargo, la Palma de Oro suele mirar para otro cuando Almodóvar la ha pretendido. En 1999, eso sí, la rozó con las yemas de los dedos, pero se tuvo que contentar con el premio al mejor director. Hace tres años, Volver volvió a quedarse en puertas… aunque no tanto: el premio de interpretación colectivo para las actrices fue un hito en el festival. «Bueno, y cuando traje La mala educación, fuera de concurso, Quentin Tarantino, presidente del jurado, me dijo: ‘¡Eres tonto, tenías que haberla traído a concurso y yo te habría hecho ganar!», cuenta Almodóvar. Habrá que ver si Los abrazos rotos, «lo mejor, más valiente, más arriesgado y más complejo que ha escrito Pedro», como dijo ayer una griposa Penélope Cruz, se lleva esta vez el tesoro. De momento, la película fue recibida en las sesiones de prensa y público con una gran ovación. Sobre esa posibilidad, el interesado se mostró entre modesto y sardónico al dejar caer: «Me iré de Cannes el viernes para que no parezca que espero algún premio… Aunque, claro, estoy dispuesto a volver el domingo».

La vida de Marcos Ana

Almodóvar también quiso aprovechar su paso por La Croisette para vender o al menos recordar al mundo del cine algunas de las noticias sobre su planeta: una, la futura doble adaptación de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Pero el mayor énfasis de sus palabras de ayer lo reservó a ese proyecto que tiene en la cabeza, inspirado en la vida y la obra del poeta Marcos Ana, autor de Decidme cómo es un árbol.

Una película sobre la memoria histórica, tema con el que Almodóvar se despachó a gusto ayer en Cannes: «Después de más de 30 años en democracia me gustaría que el Gobierno del Partido Socialista aplicara con más efectividad la ley de memoria histórica, entre otras cosas para cumplir el compromiso que adquirió con sus electores… porque si no, los fantasmas de la memoria se van a ir pervirtiendo y corrompiendo».

26 Mayo 2009

Crónica negra del festival de cannes

Pedro Almodovar

www.pedroalmodovar.es

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Nada más llegar a Cannes encuentro un comentario del crítico de El País, Carlos Boyero, en el que para manifestar su desilusión por “Tetro”, la última película de Coppola, dice textualmente: “alguien me comentaba que en muchos aspectos “Tetro” da la sensación de que Coppola está imitando el estilo y el tono del peor Almodóvar. No exagera. Ver para creer”.

Semejante afirmación me pone alerta de lo que pueda venir a continuación durante el festival, de parte de este crítico y del Jefe de Cultura de El País, Borja Hermoso, su ilustre colega-escudero desde hace años.
Cuando afirmaba que en Francia me tratan mejor que aquí no quería generalizar, pero Borja Hermoso se encargó de distorsionar mis palabras. Yo estaba respondiendo a la pregunta de un periodista español, testigo impresionado de la buena reacción de la prensa internacional ante mi película. No estaba haciendo una declaración de principios, respondía lo obvio (Francia es el lugar donde más dinero dan mis películas, aunque estén mayoritariamente subtituladas) pero sin acritud con nuestro país y el modo en que se me trata aquí. Con mi respuesta me estaba refiriendo justamente a la actitud de Boyero, y al estilo macarra del que hace gala el Jefe de Cultura del principal periódico de nuestro país.
Algo que tanto uno como otro no han hecho sino confirmar día tras día, por eso les dedico esta crónica, y por otras razones, algunas de ellas descritas a continuación.

Respecto a la mención anterior, mi única sorpresa es esa extraña muestra de pudor de Boyero utilizando el indefinido “alguien me comentaba…”. Cuando leo u oigo “alguien me ha dicho, o me ha comentado…” como preámbulo de cualquier barbaridad, pienso inevitablemente en el periodismo basura. Es uno de sus latiguillos.

 

2. Día 19.

En la ventanita de la versión digital de El País, desde la que habla directamente ante Borja Hermoso, Carlos Boyero resume así, en plan primicia, su crónica sobre el pase de prensa de mi película y la posterior rueda de prensa: “No soy masoquista, no quiero ver otra vez “Los abrazos rotos”.
A mí me importa un comino si Boyero es o no masoquista, si tiene un testículo o cuatro, o la marca de crema hidratante que utiliza. Ya que le pagan para que informe de las películas que compiten en el festival (aunque haya visto alguna antes, no puede conocer la reacción de la prensa si no asiste a la proyección), el hecho de no ser masoquista no debería eximirle de esta obligación.

Volviendo a “la ausencia de masoquismo como una de las principales virtudes de un periodista”, supongo que lo que Boyero quería decir es que él ya había criticado la película en su estreno en España, y que la reacción de la prensa internacional realmente se la suda. El problema es que Boyero no escribió una crítica de “Los abrazos rotos”. Al texto que esbozó en su periódico se le puede calificar de cualquier cosa excepto de crítica cinematográfica. Un hombre que emplea el 75 por ciento del espacio para despotricar sobre mi persona (lo que ni siquiera es una novedad, porque lleva casi treinta años haciéndolo), y alrededor del 25 por ciento para despachar la película diciendo cosas como que la interpretación de los actores es “inane y lamentable” (dos de sus adjetivos favoritos) sin mostrar un sólo ejemplo que nos ayude a entenderle… Un texto en el que casi no habla de la película y por supuesto no aporta la más mínima razón en la que basar el tedio infinito que le provoca… Un texto así no es una crítica. Es una no-crítica. Y justamente cuando alguien expresa una declaración de tamaña hostilidad hacia mí lo último que su periódico debe hacer es encargarle la crítica o lo que sea de mi última película, si pretende respetar el principio de imparcialidad. Él tiene todo el derecho a escribir su opinión, pero debería publicarse en otro apartado del periódico. Es una impostura llamarle y pagarle como si fuera una crítica, porque no lo es.

Con esto ni siquiera le estoy acusando, él es como es, para él la palabra crítico hay que entenderla como un seudónimo, no como una profesión. El responsable de la publicación es su Jefe de Cultura que, casualmente no es otro sino su colega Borja Hermoso. Es curioso que Borja Hermoso sólo haya permanecido en Cannes los cuatro días, más o menos, que han coincidido con mi estancia allí. En cualquier caso, su función (le he leído lo imprescindible para poder escribir esto con algo de fundamento) parece haber sido la de apoyar a su amigo Carlos Boyero en esta operación de acoso y derribo parásito en la que llevan empeñados tantos años (por razón de edad más Boyero que Hermoso). Pero dada la connivencia de ambos sujetos la dirección de El País carga con toda la responsabilidad, del mismo modo que los obispos son responsables de lo que Federico Jiménez Losantos escupe en la Cope.

Volviendo a España, y su prensa. No hacía falta consultar la extranjera, en el festival también había corresponsales de El Mundo y de Abc y sus crónicas respecto a la presencia de “Los abrazos rotos” distan mucho de las de Boyero y Borja Hermoso.

En la ventanita digital, instigado por su Jefe de Cultura, Boyero sigue despotricando contra mí y mi película. Al día siguiente, en la versión escrita, modera un poco su tono para explicar que no dispone de tiempo para asistir a todas las proyecciones, porque es humano, y tiene que dar descanso a su cuerpo estragado por ver tal cantidad de malas películas (esto lo añado yo), destaca en negritas que Cannes no rompe su abrazo conmigo… chorradas. Yo había llamado esa misma tarde al director de su periódico para quejarme, no conseguí hablar con él pero me encargué de que su secretaria le dijera que iba a escribir algo sobre este maldito asunto. Hubiera preferido escribirlo entonces, en caliente, y no a vuelapluma, pero no he podido hacerlo hasta ahora. Durante el festival he empleado el tiempo en menesteres más provechosos.

Desgraciadamente, este es un problema (Boyero y su distorsión fanática de la realidad contra mi persona y mi trabajo) que viene de lejos. En el año 2004 los hechos ocurrieron casi del mismo modo que ahora, en el mismo marco incomparable, sobre las mismas alfombras rojas y en las mismas circunstancias. La gran diferencia era que Boyero y su colega trabajaban para El Mundo, y el crítico de El País, era el siempre recordado y añorado Ángel Fernández Santos. Y claro, no hay color.

3. FESTIVAL DE CANNES 2004.

Aquel año “La mala educación” había sido elegida para abrir el festival. Era la primera vez que una película española disfrutaba de semejante distinción. Y no era una simple inauguración, el festival, por primera vez en su historia, le robó al Presidente del Jurado parte del guión, la frase más importante, aquella de “Y en este momento queda inaugurado el festival de Cannes”. Quentin Tarantino no pudo pronunciarla porque el director del festival y su presidente habían decidido que aquella apertura fuera un homenaje a mi cine, a mis actrices, en definitiva al cine español.

Era una sorpresa que me tenían reservada. Yo estaba en el escenario, respondiendo a una nerviosa y sudorosa Laura Morante, que oficiaba de presentadora del evento, cuando anunciaron la entrada de cinco actrices españolas: Ángela Molina, Marisa Paredes, Victoria Abril, Carmen Maura y Leonor Watling. Ellas serían las encargadas de decir la famosa frase, y cada una lo hizo en un idioma distinto, recuerdo que a Victoria le tocó decirlo en chino.

Se lo comenté emocionado a mi hermano. Yo no pensaba en mí. Pensaba en Borau, en Jaime Chávarri, en Gutiérrez Aragón, en Luis Buñuel, en Jaime de Armiñán, en Alex de la Iglesia, en Agustí Villaronga, en Gonzalo Suárez, en Carlos Saura, en Díaz Yanes, en Enrique Urbizu, en Vicente Aranda, etc., en todos los directores que habían trabajado con alguna de las cinco actrices españolas que tan bien nos representaban a todos.
A través de “La mala educación” y convocando a cinco actrices esenciales en mi trayectoria, el festival estaba rindiendo un generoso tributo a nuestro cine, a nuestra cultura, a nuestra lengua.

Ya se sabe que a los franceses les gusta hacer las cosas a lo grande. Todavía me tenían reservada otra sorpresa: la fachada del Ayuntamiento de la ciudad estaba cubierta por una foto mía, un primer plano, cuando todavía era moreno, tomada en una edición anterior del festival. Cuando vi aquello me quedé tieso. Era realmente desmesurado. Nadie podía negar que los gabachos se habían esforzado por complacerme. Y yo, agradecido. ¿De qué otro modo iba a estar?.

Lo que vais a leer es la reacción de Carlos Boyero ante semejante “fechoría”.

4. Indigestión almodovariana.

Jueves. 13 de Mayo de 2004. Diario El Mundo.
“Francia demuestra, una vez más, su pasión por el director de cine manchego Pedro Almodóvar, que este año dejó fría a la prensa… en tu recorrido por todos los escaparates de Cannes es imposible librarte de la presencia de este renacentista creador nacido en La Mancha… al que le falta poco para que afrancesen su apellido y le hagan hijo natural o adoptivo del país que pretende encarnar desde sus ancestros todas las cimas y esencias del gran arte.
Verás el careto (odio esta palabra dicha en la actualidad) internacional de Almodóvar en todas las revistas, en las cadenas de televisión, en las galerías de la FNAC, e incluso sí, huyendo de este icono cultural… te vas a cenar a cualquiera de los restaurantes del puerto y levantas la vista del plato, descubrirás que un inmenso mural con una fotografía de su codiciada presencia te está observando desde la fachada del Ayuntamiento….”

Que juzguen los lectores (ahora soy yo, Pedro, el que escribe). ¿Creen ustedes que los comentarios de Boyero-2004 demuestran una buena, o por lo menos, neutral actitud, ante la presencia de un cineasta compatriota que no ha diseñado la fachada del Ayuntamiento, ni la de la FNAC, ni el resto de las tiendas, y cuyo máximo pecado es haber sido seleccionado para abrir el festival y haber sido, perdón por la redundancia, agasajado por ello?

Cuando decía que en Francia me tratan mejor que aquí me refería a ejemplos como éste, no al homenaje (aquí me han hecho muchísimos, igual o más emocionantes), sino a la mezquindad de algunos periodistas como Boyero cuando les toca informar sobre ello.

Pero volvamos al 2004

En su artículo para El Mundo, y en esta ocasión sí se encargó de ir a la proyección de “La mala educación” para la prensa, tal vez no tenía a mano a Borja Hermoso, Boyero continúa su crónica más o menos… (no voy a ponerla entera para no aburrir): “…después de esta sobredosis almodovariana, imaginas que al finalizar la proyección para la prensa de “La mala educación” las ovaciones… van a hacer temblar la estructura arquitectónica del edificio, pero insólitamente lo único que percibes es un silencio terrorífico…”. En otro artículo se explayaba sobre la reacción gélida y el fracaso de la película ante los medios extranjeros.

5.

Ese mismo día, en un tono muy distinto, Ángel Fernández Santos titula su crónica “Un profeta fuera de su tierra”. El artículo anticipa que ya (cito textualmente) “…han saltado a la luz algunas respuestas críticas a la película y las hay de muy alto calibre profesional, ese tipo de comentarios críticos cuya seriedad y solvencia impregna y ennoblece la película criticada…” Continúa así: “…La acogida en la sesión destinada a la prensa internacional fue silenciosa. No hostil… Más que fría, perpleja.”

En su crónica del día siguiente, Ángel Fernández Santos seguía escribiendo para El País: “Suenan los primeros comentarios críticos, muy elogiosos, para “La mala educación”, de Almodóvar”.
A diferencia del actual crítico, que por no buscar otras opiniones no fue ni siquiera a la proyección de la película, Ángel Fernández Santos, además de cumplir con la crónica del estreno del día, “Shrek”, le sobró tiempo para darse una vuelta por los kioskos y comprar los periódicos, leerlos y enterarse de lo que entrañaba aquel perplejo silencio del día anterior: “…las primeras críticas que la han puesto por las nubes son las de Libération y Le Nouvel Observateur”. Hace mención también a las “estrellitas y palmitas” que aparecen en un panel de Le Film Français y donde me adjudicaron cuatro Palmas, la máxima calificación, las mismas que he cosechado ahora con “Los abrazos rotos”. De hecho, hasta el último día, lo cual demuestra que esto de las estrellitas de los críticos sólo nos da morbo a los que estamos allí, pero no es significativo de nada más, mi película del 2009 era la segunda en la consideración de los críticos, después de “Un prophète” de Jacques Audiard, favorita absoluta de este año, y ganadora del Gran Premio Especial del Jurado. La ganadora de la Palma de Oro estaba sensiblemente menos considerada que las nuestras. Casualmente, “El Lazo blanco” de Michael Haneke es una de las pocas películas que pude ver y reconozco que yo también le habría dado la Palma. Creo que es una obra maestra, que impulsa a una larga e inédita reflexión sobre uno de los grandes males del siglo pasado, el nazismo. En esta película sí que se muestra con una claridad prístina el huevo de la serpiente.

Volviendo a Ángel Fernández Santos y su crónica del día siguiente (imprescindible crónica, la del día siguiente! Boyero, si uno va de honrado. Y no me digas que Borja Hermoso hizo este año el mismo recorrido que Fernández Santos. En efecto, compró los periódicos y los leyó hasta encontrar los comentarios más negativos sobre mi película, y alguno encontró. Por supuesto. Y esos son los que sacó en su blog del modo más tendencioso. Después le mostraré otros comentarios que él obvió con la peor y más babosa intención. De cualquiera de mis 17 películas encontraréis comentarios y críticas a veces atroces, en todas las lenguas. Con excepción de “Mujeres…” y “Volver”, donde fueron extraña y unánimemente buenas, todas han recibido alguna mala crítica, incluso de mi admirado Fernández Santos, no vayan a creer). Ángel Fernández Santos aludía a Le Monde: “La mala educación cuenta cosas terribles… que se articulan en una intriga de precisión aterradora… Almodóvar se ha convertido en un guionista impresionante…”. En Cahiers du Cinema: “…una obra con la coherencia y la exigencia intactas, más tensa y compleja que “Todo sobre mi madre”… asume más riesgos con el mismo acierto que sus predecesoras… Premiere, decía: “En La mala educación todo es negro, como la autodestrucción, la identidad rota, la muerte… pese a su siniestro ambiente, el deseo y la pasión trazan en ella líneas de huidas vitales que proporcionan al filme su energía feroz…Almodóvar muestra un rigor implacable que nos remite a las obras americanas de Fritz Lang. Más que nunca en el director de “Hable con ella” el fuego quema por dentro…”.

Estos comentarios eran la materia que entrañaba el silencio de la gélida acogida, de la que tanto disfrutó Boyero hace cinco años, y que le hizo condenar a “La mala educación” a un fracaso francés que sólo existió en su imaginación.

6. CANNES 2009.

Con una diabólica simetría, que me hace pensar en la intervención divina, Borja Hermoso lleva a cabo un ejercicio malabarista, similar pero opuesto al de Ángel Fernández Santos. Hermoso sí asistió a la proyección de prensa, donde no sólo no hubo un silencio aterrador, sino aplausos al final, algo que en estas proyecciones suele ser excepcional. Malmetió cuando atendí a los medios españoles con lo de “En Francia me tratan mejor que en España, etc,” Pasó de comprar en los kioskos, o si las compró no las mencionó porque eran positivas, las críticas de Studio CineLive, Premiere, Télérama, Le Nouvel Observateur, L’Express, Les Inrockuptibles, etc… y se dedicó a entresacar la crítica de Le Monde que en efecto es negativa, y la de Le Figaró, que también. Y tuvo que hacer un trabajo de pasamanería para que la de Libération resultara una mala crítica, porque no lo es, si se la lee hasta el final…
La crítica de Libération empieza haciendo un paralelismo con el director ciego de mi película: “Con los ojos completamente cerrados, Almodóvar no quiere ver que el mundo ha cambiado y su cine también”. Estoy de acuerdo (mi ceguera no es permanente, pero a veces me quedo colgado en un flash back de mi propia vida), y no lo encuentro negativo. Continúa Libération, versión Hermoso: “Que se ha evaporado el tiempo en que quedaba bien en recurrir a la Movida…”, hasta aquí la cita en el blog de Hermoso, pero el crítico de Libération sigue diciendo (Borja no lo tradujo, porque no le convenía a su imparcialidad):
“Lo que no impide tener magníficas bocanadas a cambio. La película se da el formidable gusto de inventar una escena inédita de “Mujeres al borde…” o más bien de su adaptación “Chicas y maletas”. Diego, el joven ayudante de Harry, al verla la encuentra hilarante. Y no podemos sino aprobarlo… En esta película laberíntica… Penélope Cruz es un chorro de oro bellísimo del que el infernal Pedro obtiene lo que ninguna producción de Hollywood le sacará jamás: sonrisas particulares, lágrimas inéditas y sobre todo un humor que se burla de su imagen oficial… Es como para no creerlo lo poco que la hemos visto así… A día de hoy, Lena es su mejor personaje. A la vez hilo de Ariana y navegante que nos guía hacia la ciudad de los muertos…”.
Esto es lo que el pérfido Hermoso nos hurta con su cita incompleta del diario Libération.

Tampoco se molesta en acudir a una revista del gremio, Studio CineLive. Después de que el crítico Xavier Leherpeur cuenta por encima su intrincado argumento, dice así: “…un mínimo decoro nos obliga a interrumpir esta visita guiada para dejar al espectador aventurarse en esta ramificación novelesca, en esta nebulosa que une dos épocas. Llevada a la cumbre del éxito por una realización cuyo rigor en la ejecución y la belleza gráfica encuentran una prolongación emocional en la excelente actuación de un casting de excepción. Una maravilla de inquietante sensualidad y de turbadora ambigüedad”.

En Les Inrockuptibles, el crítico Serge Kaganski escribe: “….Más allá de esta excelencia cosmética a la que nos tiene acostumbrados, ciertamente admirable pero finalmente al alcance de cualquier equipo técnico curtido, el cineasta manchego inventa sobre todo momentos cinematográficos que quedan impresos de modo perdurable. Nos referimos a la escena en que Lena rompe con su marido (se refiere al personaje de José Luis Gómez, no es marido exactamente) doblando una proyección que él está viendo sin sonido, o al momento en que Lena está en la cama con un hombre escondido bajo las sábanas cuya identidad ignoramos (preludio de una escena de una audacia increíble, en la que el desprecio juega con la muerte), o al último beso de los enamorados en una pantalla de cine que se desmorona…”.

En L’Express, Eric Libiot escribe: “…Almodóvar teje una tela venenosa, trágica, pasional, de una increíble densidad dramática, servida por una mágica Penélope Cruz, que merece todos los premios del mundo y los más vivos besos.
Algo ha pasado, y desafía las leyes de la crítica… de nuevo, como en “Hable con ella”, “Los abrazos rotos” atrapa sensaciones y emociones que yo pensaba que era el único que compartía conmigo mismo…”.

Podría seguir mostrando comentarios laudatorios, tanto franceses como de americanos ilustres, Variety, Time, NY Times, Indiwire o los británicos Evening Standard, The Guardian, etc pero creo que lo anterior ilustra con creces las aviesas intenciones de Borja Hermoso al citar algunas respuestas francesas negativas a “Los abrazos rotos”.
Como dice al principio Libération puede que yo esté ciego. El mundo ha cambiado (de acuerdo, hasta qué punto!) y mi cine también. Mucho! Afortunadamente. Pero si yo represento al director ciego, Borja Hermoso representa a un mediocre aprendiz del villano de la película. Un hombre, el personaje que interpreta José Luis Gómez, que no duda en escoger las peores tomas de “Chicas y maletas” impulsado por los celos y la falta de escrúpulos, para reducir la película a escombros.
Él no lo consigue. Y con respecto a mí, Borja Hermoso sólo se ha puesto en evidencia.

7.

A estas alturas me pregunto, ¿es posible que el diario El País no encuentre a nadie mejor para enviar al festival de Cannes, el festival de cine más importante del mundo? Alguien que ame de verdad el cine, que no se queje de los horarios ni de los camareros franceses, que se excite ante la mera posibilidad de poder ver la última película de Coppola, de Tarantino, Jane Campion, Resnais, Park Chan-Wook, Ang Lee, Haneke, Lars Von Trier, etc., aunque alguna le decepcione, por supuesto. Alguien que disfrute viendo antes que ningún otro cinéfilo las películas de la próxima temporada, que en algunos casos ni siquiera llegarán a nuestras pantallas. Alguien que no reconozca que es subjetivo y prejuicioso (Boyero, dixit). Alguien que si bien no debe estar obligado a hablar bien de las películas de su país, al menos no debería esforzarse denodadamente por hundirlas.
Alguien capaz de ver hasta el final la última película de Abbas Kiarostami (en el último Festival de Cine de Venecia, Boyero tuvo el cinismo de reconocer que no llegó a ver entera la película del director iraní, que se salió antes, sin que ello le impidiera escribir la crítica. Que nadie me venga diciendo que esto es libertad de expresión. Con razón, aquella hazaña mereció la sanción de varios intelectuales, encabezados por el nada sospechoso Víctor Erice, para el cual el gesto del crítico fue un verdadero insulto). Alguien que diga la verdad de lo que ve, de lo que oye, de lo que lee. Es muy sencillo, alguien que disfrute viendo cine y no machacando todo aquello que no es sino la proyección de sus propios fantasmas. Y si sabe adjetivar y no hace gala de un estilo literario macarra y amarillista, pues mucho mejor.

8.

Esta es la crónica más desagradable que he escrito en mi vida. Lo peor es que antes de llegar a Cannes ya había previsto lo que iba a ocurrir. A quienes en su momento hice partícipe de esta premonición saben de lo que estoy hablando.
No pretendo que nadie me apoye, ni me conteste. El mío es un gesto aislado, personal y privado, aunque desgraciadamente lo que antes he descrito afecta a todas las personas que han trabajado conmigo.
Con esto no inicio un diálogo, mucho menos pretendo crear polémica. He permanecido mucho tiempo callado y estoy harto. Vivimos en un país libre. Los críticos y los periodistas no son intocables. Ningún ciudadano debe serlo.

P.D.
“Los abrazos rotos” se estrenó en Francia al día siguiente de su pase por el festival, en el que como saben no consiguió galardón alguno. Hasta el domingo incluido, ha sido la segunda película más vista en París, compitiendo con algunos blockbusters americanos y un estreno local muy esperado, “Venganza”, protagonizada por el ídolo francés Johnny Halliday, dirigida por el oriental Johnnie To, que también compitió en el festival.

Doy detalles:

1. Noche en el Museo 2 (1ª semana. 85 salas)
140.461 espectadores. Cuota de mercado: 18,60%

2. Los abrazos rotos (1ª semana.72 salas)
105.242 espectadores. Cuota de mercado: 13,46%

3. Ángeles y demonios (2ª semana.88 salas)
105.200 espectadores. Cuota de mercado: 13,45%

4. Millenium (2ª semana. 96 salas)
71.155 espectadores. Cuota de mercado: 9,10%

5. Confesiones de una compradora compulsiva (1ª semana. 45 salas)
60.411 espectadores. Cuota de mercado: 7,72%

6. Star Trek (9ª Semana. 47 salas)
34.838 espectadores. Cuota de mercado: 4,45%

7. Venganza (1ª semana. 46 salas)
21.262 espectadores. Cuota de mercado 2,72%

Hasta la próxima.
Pedro Almodóvar

 

27 Mayo 2009

Defensa de Carlos Boyero y Borja Hermoso

Comité de Redacción de EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Hemos leído con tristeza los ataques descarnados de Pedro Almodóvar contra nuestros compaeros Carlos Boyero y Borha Hermoso en su blog. Pone en duda que las críticas de Boyero sean tales y tilda a Hermoso, redactor jefe de Cultura de EL PAÍS, como su «escudero». Aparte de las referencias de mal gusto, muy respetables para su blog y otras salidas injustificadas de tono, el señor Almodóvar se permite el lujo de comparar a EL PAÍS con la COPE y la Conferencia Episcopal además de atreverse a poner en duda a quien debe enviar nuestro periódico al festival de Cannes.

El Comité de Redacción de EL PAÍS quiere defender y apoyar sin fisuras a nuestros compañeros y también las decisiones que ha tomado el periódico en este sentido. Olvida Almodóvar mencionar la cantidad de páginas que se han dedicado antes del estreno a su película, ‘Los abrazos rotos’. Desde EL PAÍS SEMANAL y las páginas de Cultura, la información y los despliegues que se han dedicado no le han debido parecer suficientes. Tampoco los artículos elogiosos que le han brindado Gustavo Martín Garzo y otros columnistas y colaboradores. Se centra exclusivamente en las opiniones de Boyero y algunos comentarios de Hermoso en su blog.

Debe saber el señor Almodóvar que la crítica es libre. Que el mismo derecho que é tiene para filmar lo que le da la gana, la opinión que tengan los críticos y el público sobre él es igual de soberana. Se permite el lujo el director de preguntar si nuestro periódico no encuentra a nadie mejor para enviar al festival de Cannes. No es él quien goza de ese criterio, ni de ese poder – pese a los muchos que despliega – de la misma forma que no somos nosotros quienes elegimos el reparto de sus películas.

Afirma el señor Almodóvar que vivimos en un país libre, que los críticos y los periodistas no son intocables y ninguna persona debe serlo. Estamos de acuerdo y si él pretende con esa campaña obsesiva que ha fraguado contra nuestros compañeros y contra este periódico que ellos lo sean, lamentamos su poder ofrecerle esa satisfacción. Es mejor que se aplique el cuento de su propia frase. Él tampoco es intocable, ni el cine español, por el mero hecho de serlo, tampoco debe gozar de ese doble rasero que se le ha aplicado desde los medios de comunicación hasta ahora y que no le deja madurar artísticamente en muchos sentido.

Este periódico ha apoyado históricamente al señor Almodovar y su magnífica trayectoria. Ha rodado algunas de sus películas en nuestra redacción, algo de lo que nos enorgullecemos. La pataleta no engrandece su figura. Su deber es seguir intentando ofrecernos no sólo buenas películas, sino obras maestras como las que se cuentan en su filmografía. El nuestro, ofrecer a nuestros lectores la opinión que éstas no merecen, le guste o no al director.

Comité de Redacción de EL PAÍS.

28 Mayo 2009

SEGUNDA CRÓNICA

Pedro Almodovar

www.pedroalmodovar.es

Leer

A través de mi directora de prensa recibo un email del Comité de Redacción de EL PAIS. Horas más tarde nos enteramos que este comité es el que se ocupa de representar a los periodistas de El País frente a la dirección del periódico, en temas de criterio, deontología profesional, etc. y que es la primera vez que actúa en un caso como el que nos ocupa.
Lo primero que quiero aclarar, por si alguien no ha leído mi blog con atención, es que yo “NO CARGO CONTRA LA INFORMACION DE CINE DE EL PAIS” como titula hoy el periódico. El título, o encabezamiento con letras mayúsculas, de la carta que yo recibí era y es otro: “DEFENSA DE CARLOS BOYERO Y BORJA HERMOSO”.
Adjunto la carta que recibió Deborah Palomo, mi directora de prensa, de ese modo pueden compararla con la que aparece en el periódico. Para el que desconozca el significado de la palabra CORPORATIVISMO, esta burda DEFENSA es su mejor ejemplo. (PINCHAR AQUÍ PARA LEER)

Hemos recibido infinitas muestras de solidaridad en mi oficina de El Deseo, la mayoría de periodistas indignados (muchas gracias a todos, no era ese mi propósito).

La carta del Comité de Redacción supone una torpeza enorme por parte de quienes la escribieron y de quienes permitieron que me la enviaran. Me reservo para el final la calificación que merece el hecho de que hoy salga publicada en el periódico. Además de hacerlo con un título distinto, sensacionalista y falso. Pero esto es lo menos importante. El contenido, la manipulación y no querer entender lo que digo en mi blog es lo que cuenta, y no tengo otra alternativa que reaccionar. Maldita la gracia que me hace, porque desde el principio todo este asunto para mí era una cuestión moral: acusar al periodismo que utiliza en beneficio propio su tribuna para agredir, insultar y denigrar aquello que por razones personales rechazan, por encima de cualquier sentido ético o profesional.

No se trata de que yo no soporte críticas negativas, por Dios! (No pongan más cortinas de humo, la carta está llena). Podría rellenar hasta rebosar un basurero público con todas las malas críticas que he recibido a lo largo de mis diecisiete películas. Y me las he comido todas.

Nos enteramos también de que este comité cesó ayer!, por llegar al final de su mandato, y que probablemente esta infame carta fuera su última tarea como tal comité. Esto nos coloca en una situación paradójica: me veo obligado a protestar por el contenido chapucero de una carta enviada desde un comité de redacción que, a la hora de recibir nuestra rotunda respuesta, estará compuesto por cinco miembros distintos, que presumo inocentes. El equipo anterior debió sentir una necesidad imperiosa de escribirla y mandármela apurando el último momento de su mandato.

1.

Comienza la carta “con tristeza por los ataques descarnados” de P.A (me resumo, estoy harto de ver mi nombre en cada línea) contra nuestros compañeros…”

¿Cómo califican los miembros de este comité ágrafo las palabras que sus Boyero-Hermoso suelen utilizar conmigo (Ver mi blog)? ¿Creen que debería sentirme halagado? Por favor!… No me hagan repetirme!

2.

El comité continúa hablando de mis referencias de mal gusto…

¿Dónde encuentran el buen gusto de Boyero cuando para informar sobre el homenaje que me hicieron en Cannes en el año 2004 titula a su artículo “Indigestión almodovariana” y continúa con algo mucho peor?
¿Es elegante al terminar su crítica del 2009 resumiéndola como una “masturbación mental”?
3.

Continúa la carta : “…Otras salidas injustificadas de tono… donde se permite el lujo de comparar a El País con la COPE y la Conferencia Episcopal, además de atreverse a poner en duda a quién debe enviar nuestro periódico al festival de Cannes..”

Nunca me atrevería a comparar a El País con la COPE!!, y tampoco lo he hecho ahora! Revisen el blog, por favor! Cuando menciono a ambos medios me refiero a la responsabilidad editorial, o sea, de la misma manera que los Obispos comparten responsabilidad con los contenidos de los programas de su emisora, la dirección de El País es responsable subsidiaria de lo que aparece en el periódico. Eso no tiene nada que ver con comparar a El País y a la COPE!!!

Respecto a lo de “poner en duda a quién debe enviar el periódico a Cannes”, yo no lo pongo en duda, estoy rotundamente en contra. En mi blog “sugiero”, visto el resultado tendencioso del dúo Boyero-Hermoso, cómo debería ser el enviado ideal, algo por supuesto totalmente arbitrario por mi parte: cero prejuicioso, apasionado por el cine, madrugador de buen humor, inquieto por ver lo último de la producción mundial, que vea las películas enteras, aunque no le gusten, para poder decir después que no le gustan. Esto es nuevo: “que no sea tan visceral. De un crítico se espera frialdad, contención, rigor. La visceralidad es muy buena para los actores, pero un crítico no debe ser visceral, y mucho menos hacer gala de ello. Al igual que en los actores es una virtud, en un crítico la visceralidad es un defecto”. También apuntaba que si fuera posible que su escritura, la del enviado ideal, no guardara relación con el estilo macarra de la extraña pareja, pues mucho mejor.

Con esta pregunta/sugerencia, lanzada al cielo estrellado de Cannes, sólo estaba soñando en voz alta.

4.

Sigue diciendo el comité: “Olvida Almodóvar la cantidad de páginas que se han dedicado antes del estreno a su película, “Los abrazos rotos”. Desde el País Semanal y las páginas de Cultura…”

Imposible olvidarlo. Esas páginas son el fruto de una estrecha y emocionante colaboración entre mi productora y el periódico, desde hace mucho tiempo, yo diría que desde su fundación. Y en el caso de L.A.R. ¿cómo voy a olvidar que un periodista de El País estuvo en Lanzarote, asistiendo invitado al rodaje, en exclusiva, con libre acceso a técnicos, actores, y a mi propia persona, para después escribir un artículo a fondo, algo que no le hemos permitido a ningún otro periodista de otro medio escrito nacional o extranjero? ¿Cómo voy a olvidarme del espléndido reportaje que apareció en el suplemento dominical, donde convocamos a todos los artistas (algo muy difícil de conseguir, después del rodaje, y en la que los medios más importantes estaban interesados), incluyendo una entrevista a corazón abierto con mi admirado Angel Harguidey? Claro que no lo olvido, pero todo esto es fruto de una relación que data de muy antiguo, y que nació por mutua afinidad, de la que esas páginas son el resultado. También hemos colaborado en la nueva etapa de elpais.com. Hemos llegado a producir materiales audiovisuales exclusivos para que figuraran colgados en su web. ¿Que esta inversión nos interesaba como material promocional? Por supuesto. Y también se beneficiaba el periódico de ello.

Respecto a su mención a un artículo elogioso de Martín Garzo sobre mi película… resulta tan soez! ¿Pretenden que me calle porque el escritor vallisoletano Martín Garzo, cinéfilo confeso, exprese lo que le parece mi película, aunque esto contradiga la no-crítica de Boyero?! ¿Realmente quieren decir que por el hecho de haber sido “tan generosos conmigo” yo debería mantener la boca cerrada? ¿Insinúan que nos pueden comprar con un “artículo elogioso”?

5.

Continúa la carta: “Debe saber el Sr. Almodóvar que la crítica es libre… y que la opinión que tengan los críticos y el público sobre él es soberana….”

¡¿Quién ha dicho lo contrario?!. El público, por el mero hecho de haber pagado 7 euros, es libre de insultar al director porque no le haya gustado la película, pero un crítico aunque piense lo mismo no puede expresarlo en los mismos términos! Un crítico debe argumentar cada una de sus aseveraciones, para eso le pagan, y profundizar en ellas, teniendo en cuenta que son muchos los equipos que intervienen en una película que , como profesional especializado, debe saber valorar y destacar. Que además del director, existe un técnico que crea la luz y el color (el alma, en definitiva, las películas se hacen a base de luz), un montador (el auténtico creador de la narración), un diseñador de arte, todo lo que se ve se debe a este equipo, un músico que se inventa atmósferas y melodías que, como un sastre sonoro, deben pegarse a la piel de la historia narrada como el mejor de los vestidos.
No considerar ninguno de estos aspectos caracteriza la crítica y el espíritu de Carlos Boyero.

No pongan en mi boca palabras que no he dicho. Yo no critico a los críticos, ni a las personas, que no les gusten mis películas. No divido al mundo entre los que hablan bien de mí y los que hablan mal. En mi blog puntualizo claramente mi rechazo a la no-crítica de Carlos Boyero, y a sus comentarios sobre la proyección de prensa, y la posterior rueda de prensa a las cuales no acudió. Y creo que soy exhaustivo mostrando lo que ocurrió con el mismo crítico hace cinco años. Esto es otra absurda cortina de humo que ya me aburre puntualizar.

6.

El Comité de redacción de El País sigue diciendo: “Afirma el Sr. Almodóvar que vivimos en un país libre, que los críticos y los periodistas no son intocables y ninguna persona debe serlo. Estamos de acuerdo y si él pretende con esta campaña obsesiva que ha fraguado contra nuestros compañeros y contra este periódico que ellos lo sean, lamentamos no poder ofrecerle esa satisfacción. Es mejor que él se aplique el cuento de su propia frase. Él tampoco es intocable, ni el cine español, por el mero hecho de serlo, tampoco debe gozar de ese doble rasero que se le ha aplicado desde los medios de comunicación hasta ahora y que no le deja madurar artísticamente en muchos sentidos”

Yo iba a responder a esto, aunque la primera parte no la entendía, pero descubro estupefacto, después de leer la versión que el periódico publica en su versión digital, que todo este párrafo ha sufrido bastantes cambios. Lean y comparen. El anterior es el que aparece en la carta que adjuntamos, la que recibí ayer a las dos de la tarde. Y esta es la versión corregida en su versión digital: “Afirma el Sr. Almodóvar que vivimos en un país libre, que los críticos y los periodistas no son intocables y ninguna persona debe serlo. Estamos de acuerdo y si él pretende con esta campaña obsesiva contra nuestros compañeros y contra este periódico que ellos no lo sean, lamentamos no poder ofrecerle esa satisfacción. Es mejor que se aplique el cuento de su propia frase. El tampoco es sagrado.”

Como pueden comprobar desaparece toda mención al cine español, al doble rasero que no le deja madurar artísticamente…
Y añade que no soy sagrado.

La verdad es que nunca llegué a entender cuando dicen que “no me pueden ofrecer la satisfacción de que Boyero-Hermoso no lo sean…” el qué, intocables, o tocables?
No lo entiendo.

A lo de ayer, yo les respondería que respecto a que yo sea intocable, tengo testimonios de lo contrario desde hace décadas. Si no que les pregunten a su dúo favorito, verdaderos especialistas en mi tangibilidad.

En su última versión han cambiado esto por lo de que yo “no soy sagrado”. ¿A qué viene este cambio? ¿Sagrado, yo? Me parece una idiotez que me lo recuerden. Pero me pregunto, ¿es El País sagrado? ¿Será este carácter sacro la base de su furibunda DEFENSA SIN FISURAS?
7.

Sigue la carta:…”La pataleta no engrandece su figura..”

Lo siento, pero no se puede empequeñecer a las trece páginas de mi blog diciendo que son una pataleta. En esas páginas denuncio hechos minuciosamente explicados, documentados y demostrados. ¿No creen que para ser “una simple pataleta” se están Vds. tomando demasiadas molestias, publicando su infame “Defensa” en la sección de Cultura de El País, cuyo Jefe casualmente es el aludido Borja Hermoso? ¿Cómo debería llamársele a una “Defensa de Boyero y Hermoso” (el título de la carta que a mí me llegó ayer) que se publica en la sección de la que este último es el jefe?

¿No será que están utilizando, de nuevo, la tribuna de que disponen en su propio beneficio?

Me temo que sí. Y esto es justo lo que denunciaba en mi anterior CRÓNICA NEGRA.

Pedro Almodóvar