13 septiembre 2012

Ariza cree que Apezarena busca defender los intereses de 13TV contra INTERECONOMÍA TV

El dueño de Intereconomía, Julio Ariza, acusa a EL CONFIDENCIAL DIGITAL de Apezarena de ‘echar basura’ contra él y Mario Conde

Hechos

El 13.09.2012 D. Julio Ariza publicó un artículo a página completa en LA GACETA.

Lecturas

El 10 de septiembre de 2012 el periódico El Confidencial Digital que dirige D. José Apezarena Armiño publica un reportaje que acusa al Grupo Intereconomía de D. Julio Ariza Irigoyen de presentar apoyar el nuevo partido político que está preparando D. Mario Conde Conde, Sociedad Civil y Democracia, para presentarse a las próximas elecciones al parlamento de Galicia frente al Partido Popular.

Como respuesta el editor de La Gaceta, D. Julio Ariza Irigoyen el 13 de septiembre de 2012 publica un artículo de página completa en su periódico contra el director de El Confidencial Digital, D. José Apezarena Armiño, al que acusa a este de estar publicando informaciones para perjudicar a Intereconomía TV por su condición de tertuliano del nuevo canal 13TV, competidor directo de Intereconomía TV.

D. José Apezarena replicará desde su digital el 14 de septiembre de 2012 ratificando su información sobre el apoyo de Intereconomía al Sr. Conde Conde (el exbanquero es tertuliano habitual de Intereconomía desde septiembre de 2008).

10 Septiembre 2012

La especial intimidad de Julio Ariza, presidente de Intereconomía, con Mario Conde, promotor de un partido político

EL CONFIDENCIAL DIGITAL (Director: José Apezarena)

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La intensa presencia en Intereconomía Televisión está proporcionando a Mario Conde, condenado a veinte años por estafa en el ‘caso Banesto’, una plataforma política de primera magnitud, y entre un electorado muy específico.

El ex banquero está tratando de convertirse en referente para un amplio sector de españoles, sobre todo en la derecha, con un discurso aparentemente racional e incluso ético, en una línea regeneracionista.

Tan fuerte protagonismo es reflejo de la decidida apuesta que ha hecho por él Intereconomía, el grupo que preside Julio Ariza, quien, a su vez, ha tomado el mando ‘ideológico’ de la televisión al asumir en persona los contenidos de los informativos.

Estos movimientos se producen, además, cuando Mario Conde ha dado el paso de entrar en política, con la puesta en marcha de un nuevo partido, Sociedad Civil y Democracia, que concurrirá a las elecciones en Galicia, donde incluso podría provocar la pérdida de la mayoría que ahora tiene el PP.

La entrega de Intereconomía al servicio de los intereses de Mario Conde tiene muchas claves, incluyendo las dificultades económicas que sufre el grupo, que, entre otros problemas graves, ha tenido que aplicar un ERE que ha dejado en la calle a 160 trabajadores.

Pero, según le cuentan a El Chivato, otra clave es la sintonía personal que se ha establecido entre los dos principales protagonistas, que va más allá del simple interés económico o político.

Le habían contado a El Chivato, y así lo había escrito, que, como muestra de esa especial cercanía, Julio Ariza y Mario Conde comenfrecuentemente en el pazo que el ex banquero tiene en Galicia. Pues bien, no es así. De fuente directa le llega que el presidente de Intereconomía ha estado una sola vez en el pazo, hace más de un año, y que no comieron allí.

13 Septiembre 2012

Apezarena, Mario Conde y yo

Julio Ariza

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Si no afectara a la honorabilidad de las personas y al prestigio de un Grupo de Comunicación, el nuestro, el último y patético intento de José Apezarena en su página web por echar basura sobre Intereconomía resultaría incluso divertido. Desde luego, este venenoso trabajo de sicario –“La especial intimidad de Julio Ariza, presidente de Intereconomía, con Mario Conde, promotor de un partido político”– es menos significativo por lo que dice que por lo que da por supuesto.

Estamos ante un caso clínico de autoproyección que da por descontada, como algo que ni siquiera hace falta mencionar, la penosa sumisión de los medios al poder político. Como dicen en mi tierra: “Nadie piensa más que en lo que hace”. Y es lógico, en este sentido, que el señor Apezarena sea incapaz de imaginar siquiera que un Grupo pueda operar, expresarse y llegar a sus lectores, espectadores y oyentes sin hacerlo bajo el padrinazgo interesado de algún partido, arropado en alguna bandera partidista.

No nos atrevemos a determinar si el señor Apezarena acata el encargo de sus superiores –en cualquier sentido de la palabra– o se mueve por animosidad personal enloquecida al perpetrar este sucinto cúmulo de insinuaciones maliciosas, falsedades descaradas y pura maledicencia. Sí podemos, en cambio, afirmar con absoluta tranquilidad que todo es falso. Nos gustaría, por ejemplo, que no hablara de oídas, siguiendo el briefing que le hayan pasado nuestros enemigos, y que en su lugar hubiera frecuentado nuestros medios antes y después de la fundación del partido de Mario Conde. Podría comprobar en carne propia que Mario –del que me precio de ser amigo personal, confío en que eso no sea todavía un delito– tiene en Intereconomía la voz que ha tenido desde hace ya años, ni más ni menos.

Es cierto, sin embargo, que antes el señor Conde no dio indicios de querer entrar en política y, ahora que lo ha hecho, se ha convertido en personaje invisible para la Prensa afecta al régimen. Que nosotros no hayamos pasado por ese aro, que no nos hayamos plegado a los deseos de quienes querrían hurtar al público su existencia, indudablemente noticiosa, debe dejar estupefacto al señor Apezarena.

En un entorno informativo sano, la postura de Intereconomía de contar con la presencia de Mario Conde antes y después de su iniciativa sería la natural, seguida por amigos y enemigos. En el pútrido lodazal en el que a veces nos movemos, Mario es una no persona orwelliana. Mientras hicimos una durísima oposición al Gobierno Zapatero, sencillamente siguiendo lo que creemos y anunciamos abiertamente, se nos tildó de apéndice del Partido Popular. Ahora que nadie puede seguir creyendo que lo seamos, se nos adjudican hipotecas políticas con el proyecto de Mario Conde. Este modo de pensar no dice nada sobre nosotros, y sí mucho de quienes se mueven en este simple esquema de poder.

Mantener la presencia de Mario Conde, después de tres años ininterrumpidos, en El Gato al Agua sólo puede ser sinónimo de apoyar a su partido político para mentes que se limitan a proyectar sus miserias y que conciben la información como propaganda al servicio de su patrocinador. No es el caso de Intereconomía ni va a serlo nunca. Mala suerte. He dicho que soy amigo de Mario, y lo reitero.

Quien me conoce sabe que no elijo a mis amigos por razones económicas ni movido por afinidades ideológicas, hace años que aprendí a no instrumentalizar la amistad; asociar un sentimiento tan noble con colaboración o sumisión en un proyecto político nos parece tan grave como sostener, por ejemplo, que el hecho de que el señor Apezarena sea miembro numerario del Opus Dei le convierte en mero vocero de tan digna Institución. Y en nuestro caso ni siquiera hay un compromiso explícito de obediencia.

Por entrar en lo concreto, he disfrutado de la hospitalidad de Mario en su casa de Orense hace dos años una vez en mi vida pero, casualmente, no he vuelto a hacerlo desde que se lanzara a la palestra política. Otro tiro al aire.

Sabemos bien que una calumnia de esta naturaleza está inspirada por personajes, parásitos de obispos y cardenales, empeñados en hacer la guerra sucia con el dinero de las parroquias y de los fieles a un Grupo de Comunicación cuyo ideario coincide milimétricamente con la visión antropológica de la doctrina de la Iglesia. Mientras ellos mismos se prestan a pactos, sin recato alguno, con periódicos que viven de las páginas de prostitución.

Comprendo que haya muchas personas vinculadas a la información política o a otros estamentos de la sociedad que sientan un cosquilleo en el estómago ante el crecimiento de Intereconomía, la notoriedad de su marca y la extraordinaria fidelidad de nuestros lectores, oyentes y telespectadores. Por eso el artículo de Apezarena no merecería otra respuesta que un despectivo silencio si no estuvieran en juego, con el Grupo Intereconomía, un proyecto empresarial y la ilusión y el modo de vida de centenares de profesionales que no tienen la culpa de que este señor no puede entender qué es la libertad ni aunque le golpeara en la cara.

Señor Apezarena, créame, no apueste usted al 13, ¡trae mala suerte! Y, por cierto, y sobre todo, no se pierda usted la película Tadeo Jones, ¡es buenísima!

14 Septiembre 2012

A qué tiene miedo Julio Ariza

José Apezarena

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“Apezarena, ¿vamos a entrar en una guerra?”

Fue la primera llamada telefónica directa que, hace algún tiempo, recibí de Julio Ariza, presidente de Intereconomía. Motivo: una contundente respuesta que yo había firmado en EL CONFIDENCIAL DIGITAL en contestación a un ataque desde LA GACETA lleno de descalificaciones personales

Al recibir aquella llamada, le respondí: “Por mi parte no hay ninguna guerra”. Cosa que era y sigue siendo verdad.

Entonces, Ariza pasó a disculparse por la arremetida contra mí, con palabras parecidas a estas: “Son las cosas de Carlos Dávila (entonces director de LA GACETA). Es un estilo con el que no estoy de acuerdo. Que no me gusta. Te pido disculpas”.

Y ahí quedó todo. Hasta ayer.

Porque ahora he merecido la atención preferente de Julio Ariza, con mención expresa de mi nombre, en una “Carta del Editor” publicada el jueves por La Gaceta. Llamada en portada y una plana entera en página 3 contra mi persona. Titular: “Apezarena, Mario Conde y yo”. ¿Qué ha ocurrido ahora?

El lunes publicó El Confidencial Digital, del que soy editor, en la sección confidencial El Chivato, un texto que hablaba de Julio Ariza y de Mario Conde.

Aunque puede leerse íntegro, procedo a resumirlo. Decíamos.

-Que la intensa presencia de Mario Conde en Intereconomía Televisión le está proporcionando una plataforma política de primera y entre un electorado muy específico.

-Que refleja la decidida apuesta que ha hecho por él Intereconomía, cuyo presidente, Julio Ariza, ha asumido los contenidos de los informativos.

-Mario Conde ha creado un nuevo partido, Sociedad Civil y Democracia, que se presentará en Galicia, donde puede provocar al PP la pérdida de la mayoría.

-Hay muchas lecturas, incluyendo las dificultades económicas que sufre el grupo, que  ha tenido que aplicar un ERE que ha dejado en la calle a 160 trabajadores.

-La clave es “la sintonía personal que se ha establecido entre los dos principales protagonistas, que va más allá del simple interés económico o político”.

Y el último párrafo afirmaba que ambos protagonistas habían comido varias veces en el pazo de Mario Conde.

A primera hora de la tarde recibí una llamada de Julio Ariza, la segunda. Me encontraba fuera de Madrid desde el viernes, me enviaron el recado y le telefoneé. El presidente de Intereconomía dijo, en síntesis:

“Apezarena, habéis publicado que he comido varias veces con Mario Conde en su pazo. No es verdad. Solamente he estado allí una vez, hace año y medio, y no comimos en el pazo”.

De lo que se afirmaba en el resto del artículo, ni media palabra: ninguna queja o puntualización.

Le respondí que iba a comprobar lo de las comidas y en su caso corregirlo, pero él tampoco mostró demasiado interés ni planteó rectificación: “Te lo digo (lo de las comidas) para que tú lo sepas”.

Como, insisto, me hallaba fuera de Madrid, llamé a ECD, y me contaron que la fuente de El Chivato es una persona de la confianza personal de Julio Ariza dentro de Intereconomía, conocedor y testigo directo de su relación con Mario Conde.

Se cambio el último párrafo de El Chivato (como se puede leer ahora) para recoger la versión de Julio Ariza.

Tres días después, el jueves, el artículo de Julio Ariza en La Gaceta a toda página. Un texto lleno de acusaciones, de juicios de intenciones y descalificaciones personales (me llama “sicario”). Aunque esta vez las firma el propio editor, con lo que aquella atribución al ‘estilo de Carlos Dávila’ queda muy entre paréntesis.

Hace referencia a mis circunstancias personales y vitales y, la verdad, son bastante conocidas. Pero es que me dicen, desde dentro del grupo, que a Ariza “le pone a cien” que en El Confidencial Digital se hable de Intereconomía y de La Gaceta, porque piensa que responde a una “ofensiva del Opus”. Pues vale.

La pieza contiene también algunas imputaciones bastante peregrinas. Como cuando habla de calumnia “inspirada por personajes parásitos de obispos y cardenales, empeñados en hacer la guerra sucia con dinero de las parroquias y de los fieles a un Grupo de Comunicación” fiel a la doctrina de la Iglesia.

A la vista de todo ello, no puedo menos que deducir que esas treinta líneas de El Chivato han dado en el clavo. Concluyo que han tocado un asunto extremadamente delicado para Intereconomía, vital: la significativa presencia de Mario Conde junto con las dificultades económicas del grupo. Si no, no se entiende tal desbarre, con la firma del editor.

Me parece que Julio Ariza tiene miedo a que algo así se instale en la opinión pública, y eso podría estar detrás de su desmesurada reacción.

A la vez, afirmar que por ese Chivato está en juego el futuro de Intereconomía me parece una exageración. Si el grupo sufre problemas, habrá que culpar a la gestión económica realizada, a la ubicación ideológica y a decisiones periodísticas, pero no a esas treinta líneas.

No tengo nada contra Intereconomía ni contra LA GACETA. Véase el último ejemplo. Y para esas informaciones contactamos regularmente con sus portavoces y altos cargos. Porque en El Confidencial Digital se escribe sobre todos los grupos y medios de comunicación, sin haya un seguimiento especial al que preside Ariza.

Al final, Julio Ariza me aconseja que no apueste por “el 13”. Evidentemente se refiere al canal 13 Televisión, 13TV, del que soy tertuliano. Deducir por ello que tal es mi apuesta mediática sería tanto como concluir que lo es LA SEXTA porque soy tertuliano de Al Rojo Vivo, o TELECINCO por las numerosas veces que me llama, o ETB, o TELEMADRID, donde me han invitado, o que es ABC PUNTO RADIO porque tengo una sección diaria en el programa de Isabel San Sebastián.

Lo que me lleva a deducir que aquí aparece otro ‘miedo’ de Julio Ariza: le preocupa mucho la competencia que 13 Televisión plantea a Intereconomía.

En fin, que, habida cuenta de que lo del mal estilo no era asunto exclusivo de Carlos Dávila, y vistas las afirmaciones de Julio Ariza hablando de ‘obediencias’ y de “parásitos de obispos y cardenales”, a lo mejor está llegando el momento de solicitar a quienes me conozcan, a quienes me lean, a quienes me crean, sean muchos o sean pocos, que se planteen dejar de comprar La Gaceta y de ver Intereconomía. A lo mejor.