El emir Ibn Saud toma el control de Arabia

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Abdalaziz III ibn Saud, emir de Nayd e imán de los wahabíes, se ha convertido en el hombre fuerte de Arabia, tras su triunfo militar contra los turcos en Hasa, Hail, La Meca y Yidda.

El príncipe, nacido en Riyad en 1889, heredero de una antiquísima casa real, ha terminado por imponerse a los hachemitas, considerados por su pueblo como ‘hereditariamente cobardes’. La reconquista, emprendida hace más de 20 años, ha pasado por diferentes etapas, y a menudo ha dependido del juego de influencias entre el Imperio Otomano y el Imperio Británico en Arabia. En la última etapa, ibn Saud aprovechó con habilidad las dificultades de los turcos en los Balcanes, para lanzarse a la reconquista del país. El monarca ha contado, a lo largo de estos veinte años con el apoyo con el apoyo de un ejército cuya oficialidad está formada por wahabies, religiosos-guerreros que heredan el compromiso de difundir la doctrina de Mahoma con el sable y la palabra.

Riyad, un oasis situado en pleno corazón del Nayd, y donde sus antepasados reinaron anterirormente, se convertirá sin duda alguna en capital del nuevo reino que establecerá el monarca