21 febrero 2005

Asegura que 'el amigo de los socialista' quiere apoderarse de todo el espacio mediático español convirtiendo a Silvio Berlusconi en un mendigo

El Eurodiputado del PP, Luis Herrero, lanza una andanada contra el Grupo PRISA y Jesús Polanco, durante una sesión parlamentaria

Hechos

El 21.02.2005 D. Luis Herrero Tejedor diputado del Partido Popular Europeo realizó una intervención sobre la compañía mediática Grupo PRISA y su presidente D. Jesús Polanco.

Lecturas

 

En una intervención en el parlamento de Estrasburgo el 21 de febrero de 2005 el eurodiputado del Partido Popular D. Luis Herrero-Tejedor Algar realizó un alegato contra el Grupo PRISA, grupo de comunicación de España acusando a su presidente, D. Jesús Polanco Gutiérrez, de querer tener una posición de monopolio en España que iba a convertir a Berlusconi en un mendigo.

El 22 de febrero de 2004 D. Luis Herrero aseguró desde el programa ‘La Mañana’ de la Cadena COPE de su colega D. Federico Jiménez Losantos, que tras su intervención había recibido amenazas.

LIBERTAD DIGITAL (digital controlado por el Sr. Jiménez Losantos y del que el PP es accionista minoritario defendió al eurodiputado).

El 23 de febrero los diarios EL PAÍS y CINCO DÍAS (ambos del Grupo PRISA) publicaban una nota donde un anónimo ‘portavoz’ del Grupo PRISA, desmentía los argumentos de D. Luis Herrero:

«PRISA califica de mentiras las acusaciones de los portavoces del PP»

Un representante del Grupo PRISA declaró ayer que «el eurodiputado del PP y antiguo locutor Luis Herrero o miente o hace gala de una ignorancia pueril en su doble condición de parlamentario y periodista». Herrero aseguró el lunes ante el Parlamento Europeo: «El Gobierno de mi país promueve una ley que permitirá que un amigo de los socialistas, Jesús de Polanco [presidente del Grupo PRISA], controle la mitad de toda la radio española. Un señor que, además, tiene el monopolio de la televisión por satélite y que ahora persigue una ración adicional de la tarta publicitaria analógica».

La aseveración de que el proyecto de ley para el impulso de la televisión digital terrestre «permite a un operador controlar la mitad de la radio española es una falacia cuando no una estupidez», agregó el portavoz de PRISA.

Hay que tener en cuenta que la radio pública posee el 66% de las frecuencias existentes en España, frente al 34% de las privadas. En segundo lugar, el proyecto de ley al que se refería Herrero establece una limitación a los operadores privados en el sentido de que sólo podrán tener la mitad de las licencias de una demarcación, y en ningún caso más de cinco. Las grandes demarcaciones, como las ciudades de Madrid o Barcelona, cuentan cada una con más de 25 licencias de radio privada, de modo que un operador -cualquiera que sea- sólo podrá tener el 20% de las mismas, como máximo. En cuanto a las localidades pequeñas, señala el mismo portavoz, son numerosos los casos en los que cuentan con dos o tres licencias que, en la actualidad, pertenecen a veces a un solo operador, situación que no podrá repetirse en el futuro si la ley se aprueba.

«Las declaraciones del europarlamentario», según el mismo portavoz, «indican un total desconocimiento de la situación del sector, dato que sorprende en una persona que, como él, ha dedicado muchos años de su vida profesional a expresarse a través de la radio de la Conferencia Episcopal, bien es verdad que con moderado éxito de audiencia».

En cuanto a la situación de la televisión por satélite en España, a la que también hizo mención el eurodiputado, PRISA recuerda que «es conocido de todos que hubo una fusión entre las dos plataformas existentes, después de un ataque sin precedentes desde el Gobierno del PP a la empresa Sogecable. Fruto de esa fusión es la actual plataforma, que opera sometida a los controles de la competencia europeos y españoles, y en la que el primer accionista de referencia es la compañía Telefónica y su presidente [Rodolfo Martín Villa] lo es representando a Telefónica».

«Por otra parte, en los informativos de la radio propiedad del episcopado español se aseveró ayer, repetidas veces, que el señor Herrero había sido amenazado por PRISA, empresa que fue calificada en antena de ‘banda mafiosa». El portavoz de este grupo negó que nadie del mismo «haya proferido a nadie amenazas de ningún tipo, ni en público ni en privado», y dijo que solicitaría una rectificación a la emisora, y la consiguiente reparación, si sus responsables no eran capaces de demostrar lo contrario.

Respecto a un comentario del presidente del Partido Popular, D. Mariano Rajoy, que ayer adujo en rueda de prensa que el europarlamentario «no ha dicho nada que vaya en contra del programa electoral del PP», el portavoz se preguntó «si la difamación, la injuria y la mentira forman, efectivamente, parte de dicho programa». «Estamos acostumbrados a las manipulaciones de la COPE», -agregó- «pero ahora parece que el PP quiere reabrir la guerra de medios en este país y sumarse a esas actitudes incalificables.»

Finalmente, el mismo portavoz señaló que, «desde su etapa como vicepresidente del Gobierno, el señor Rajoy cuenta con toda la información pertinente sobre la situación del sector radio y las cuestiones relacionadas con la plataforma digital. Él sabe mejor que nadie que su eurodiputado no dice la verdad».

04 Septiembre 2006

Federico, ¡más caña!

Francesc P. Burguera

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Es lo que le pide el eurodiputado del PP, Luis Herrero, en reciente artículo, al locutor de la COPE, el sin par Federiquín. El otrora periodista convertido ahora en político europeo, nos anuncia que Jiménez Losantos «estará en boca de muchos» durante la temporada que empieza. Hablarán de él dos clases de personas: «en las antípodas de sus planteamientos ideológicos, los que quieren verle mediáticamente muerto, porque lo deploran, y los que estando cerca de su ideario, porque le acusan de encarnar a la fiera canina que asusta a los votantes de la derecha civilizada». Por lo visto, lo que quiere Luis Herrero es que Losantos continúe asustando a los votantes de la derecha civilizada. Derecha representada por el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, para quien Herrero pide a Federiquínque le de más caña de la que le ha venido propinando hasta ahora.

Hace unos años, cuando Losantos empezó sus andanzas ante los micrófonos, alguien que le conoce bien me dijo: «Federico, ante un micrófono, puede convertirse en un peligro público». Y no se equivocaba. Para el PP, desde luego, lo está siendo. Como dice Herrero, desde las filas de la derecha ya hay muchos que le acusan de «encarnar a la fiera canina que asusta a los votantes de la derecha civilizada». Es decir, la que representan en el PP personas como Ruiz Gallardón, contra quien Luis Herrero le pide a Losantos que le de más caña. Pero no sólo a Gallardón. También a Mariano Rajoy. Dice Herrero que Losantos pertenece a lo que él llama periodistas «asilvestrados». «¿Que sacude demasiado a Mariano Rajoy? Algo habrá hecho para merecerlo. El día que Losantos deje de comportarse así, lo prometo, seré yo quien le sacuda a él». (¡!). Y así está el patio mediático de la derecha. Según el eurodiputado del PP, los periodistas se dividen en tres clases. Están los «asilvestrados»: «Son los que pasan de las órdenes y de las opiniones del poder y sólo responden a convicciones propias», y cuyo ejemplo paradigmático sería Losantos. Otra clase son los que «siempre se ponen a las órdenes del que manda, cualesquiera que sean sus opiniones. Son mercenarios a los que no hace falta decirles como tienen que abrir el telediario». Y después, «los periodistas que no están a las órdenes del poderoso, pero sí a muchas de sus opiniones. No se arrodillan ante los comisarios políticos, exhiben su independencia con críticas racheadas, pero cuando les conviene se apresuran a escoltar las opiniones de turno por puro utilitarismo. Sólo aspiran a ser cada vez más influyentes y dosifican la crítica para alcanzar ese objetivo». Son los que tratan de nadar y guardar la ropa. Para mí, el periodismo español cuenta con dos ejemplares punteros de este tipo: Emilio Romero, durante el franquismo, y Pedro J. Ramírez, en este régimen.

Sucede, sin embargo, que Herrero se equivoca al colocar a Losantos entre los periodistas que él llama «asilvestrados». Y se equivoca porque toma a Losantos como periodista, cosa que no es. El señor Losantos es un agitador que disfruta agitando al personal. Un agitador y un excelente actor. Porque lo que hace ante el micrófono, cada mañana, es puro espectáculo. Una función teatral en la que él protagoniza los monólogos y sus tertulianos hacen de coro complaciente. Un actor, eso sí, ilustrado y listo. Sabe que su forma de actuar gusta a la audiencia de la COPE y por eso aumenta. Lo que supone mayores ingresos para la empresa y, por la tanto, para él. Una forma de actuar que hasta sus hijos le reprochan. Pero cuando alguno le pregunta: «¿Y no puedes decir eso de otra manera?», su papá le responde: «Ya, e ibas a estudiar tu en una universidad americana si yo lo digo de otra manera». Así lo explicó Losantos en reciente entrevista en El Mundo. Más claro agua. El «periodismo» repleto de gritos, insultos e improperios deFederiquín en la COPE con el fin de ampliar su audiencia, busca el dinero como las televisiones basura con sus programas «del corazón».

Así las cosas, el eurodiputado Luis Herrero insiste y no duda en animar al locutor de la COPE a seguir dando caña a diestro y siniestro, sea a Ruiz Gallardón o a Mariano Rajoy «si algo ha hecho». A seguir con su periodismo «bronco y COPERO». Eso sí, a Zaplana y a Acebes ni tocarlos. Deben ser el futuro de la derecha «herrero-losantiana». ¡País de coña!

24 Febrero 2005

PP-Polanco: los malos tratos hay que denunciarlos

Federico Jiménez Losantos

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No es que los precedentes invitaran a pensar en el heroísmo. Si Aznar no se atrevió a denunciar a Polanco por su nombre ni siquiera cuando tras hartarse de llamarle asesino había echado a patadas de La Moncloa al PP y recurrió al eufemismo del Poder Fáctico Fácilmente Reconocible, era poco probable que Rajoy exhibiera un ímpetu legionario para denunciar el alarde de prevaricación del Gobierno ZP que constituye la llamada Ley Polanco. Pero una cosa es que Rajoy no vaya más allá que un Aznar de retirada y otra, bien distinta, que no aproveche la ocasión de hacer oposición en serio y de hacerse respetar por Polanco, que al final es más importante que estar bien todos los miércoles en el Parlamento.
Rajoy ha contado, tras el malhadado referéndum del 20F con una ocasión de oro para decir “aquí estoy yo”; y, sin alzar siquiera la voz, demostrar que se atreve a lo que ni Aznar se ha atrevido. Se la sirvió Luis Herrero con su denuncia de la concentración de Poder en manos de Polanco y su valerosa defensa de la libertad en el Parlamento Europeo, que lo ha convertido en el héroe cotidiano de una derecha harta de tanto bucrócrata cobardón. Y se lo puso todavía mejor el Gobierno confirmando al otro día la denuncia de Herrero con la fechoría del Canal+ y el Jefe de la Cabila de la SER amenazando a tres dirigentes populares con campañas de desprestigio personal y político si no desautorizaban a Luis Herrero. No se han atrevido a desautorizarlo, aunque Rajoy ha estado tibio tirando a frío en su defensa. Pero es que ni se han atrevido a denunciar esas amenazas contra ellos desde la SER. Pues como bien dicen los ministros y ex-ministros del Interior, los malos tratos hay que denunciarlos. Si no se denuncian, sólo se consigue envalentonar al matón y correr peligro de muerte. Claro que cuando uno está muerto de miedo, falla el valor. Para eso debería estar el partido, que tiene una ocasión de oro para poner a Polanco en su sitio por bastantes años. No se atreven. Luego, que no se quejen.