23 diciembre 1986
Carlos Manglano y Gabriel Camuñas forman con Verstrynge un nuevo partido político 'Renovación Democrática'
Jorge Verstrynge y Carlos Manglano abandonan Alianza Popular, se pasan, como diputados, al Grupo Mixto y anuncian la creación de su nuevo partido Renovación Democrática
Hechos
- El 6.10.1986 los diputados integrados en el Grupo Popular del Congreso D. Jorge Verstrynge, D. Carlos Manglano, D. Gabriel Camuñas y D. Carlos Ruiz Soto anunciaron su baja en Alianza Popular y solicitaron su pase al Grupo Mixto.
- El 4.12.1986 los diputados D. Carlos Manglano y D. Jorge Vestrynge registraron la nueva formación política ‘Renovación Democrática’.
Lecturas
El 23 de diciembre de 1986 los diputados D. Jorge Verstrynge Rojas y D. Carlos Manglano, elegidos en la lista de Alianza Popular, pero que tras romper con este partido se pasaron al Grupo Mixto, informan al presidente del Congreso, D. Félix Pons Irazazábal, que ahora representan al partido político Renovación Democrática (RD), un partido fundado por ellos.
De los cuatro diputados de Alianza Popular que abandonaron el partido por la crisis producida tras la destitución del Sr. Vestrynge Rojas como secretario general, han surgido dos partidos, Renovación Democrática (con el Sr. Vestrynge Rojas y el Sr. Manglano) y el Partido Demócrata (PADE) en el que están D. Gabriel Camuñas Solís y D. Carlos Ruiz Soto.
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DESERCIONES Y TRÁNSFUGAS EN ALIANZA POPULAR
Los diputados D. Jorge Verstrynge (ex secretario general de AP), D. Carlos Manglano (ex presidente de AP en Valencia), D. Gabriel Camuñas y D. Carlos Ruiz Soto (ex presidente de AP en Madrid) sobre los que pesaba un expediente que tenía muchas probabilidades de acabar en expulsión han optado por no esperar y pasarse al Grupo Mixto para crear nuevos partidos.
El senador D. Luis Olarra sobre el que ya pesaba un expediente de expulsión de Alianza Popular, también ha confirmado que rompe todos los vínculos con el partido y que, como senador, pasa al Grupo Mixto.
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LOS PARTIDOS DE LOS TRÁNSFUGAS:
RENOVACIÓN DEMOCRÁTICA, será el partido liderado por D. Jorge Verstrynge y D. Carlos Manglano, que defiende dar un perfil renovador al Centro-Derecha y aproximar posturas con Convergencia i Unió en Catalunya y con el CDS del Duque de Suárez en el resto de España.
PARTIDO DEMÓCRATA (PADE), es el partido creado por D. Gabriel Camuñas y el senador D. Luis Olarra, que también ha roto con Alianza Popular tras ser expedientado. El partido cuenta con el apoyo del productor de cine D. José Frade.
EL PARTIDO DE MADRID, es el nombre de la formación que ha creado D. Carlos Ruiz Soto para idear la creación de un regionalismo madrileño. Mientras que Renovación Democrática y el Partido Demócrata no parecen tener claro si presentarse a las próximas elecciones municipales, el grupo del Sr. Ruiz Soto sí parece dispuesto.
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MARTÍN BEAUMONT TAMBIÉN SE VA
El ex presidente de Nuevas Generaciones de Alianza Popular y diputado regional en las Cortes de Castilla y León ha anunciado que también abandona el partido en un gesto de solidaridad con el sector crítico de D. Jorge Verstrynge y de oposición a las formas de D. Manuel Fraga Iribarne. El presidente de AP Málaga, Sr. Lorca Navarrete y su hermano también han abandonado la formación por idénticos motivos.
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¿JOSÉ RAMÓN LASUÉN, EL SIGUIENTE?
El diputado D. José Ramón Lasuén, también perteneciente al Grupo Popular (grupo parlamentario formado por Alianza Popular y el Partido Liberal), sigue de momento formando parte del mismo, aunque se han incrementando los rumores de que él también se está planteando pasarse al Grupo Mixto por discrepancias con el Sr. Fraga y que estaría más cómodo en el CDS del Duque de Suárez.
Memorias de un Maldito
1999
Fraga no se atreve a cesarme sin más y va a pedir el respaldo de la Junta Directiva Nacional. Nos veríamos, pues, las caras él y yo, pero en público. A pesar de que Fraga intentó limitar los daños parando in extremis la operación de la cruenta sustitución de Albor por Barreiro. Fraga ya no merecía gobernar en España y ya ni Madrid, había de limitarse a ser Lehendakari gallego.
En la Junta los presidentes provinciales sólo pedían explicaciones y razones plausibles, nada más. De hecho, cuando los cinco diputados que estábamos dispuestos a irnos de AP – Carlos Ruiz Soto, Gabriel Camuñas, Carlos Manglano, Gonzalo Robles y un servidor – vimos como Alfonso Osorio, Antonio Hernández Mancha, Arturo García Tizón, Jorge Fernández, José Manuel Romay y Fernando Suárez no se atrevían a pedir como yo había previsto que la Junta Directiva Nacional declarase no válido mi cese – aun cuando el primero y el último multiplicaron las declaraciones públicas lamentando el cese en cuestión – poco más podía yo exigirles a los presidentes provinciales y regionales aparte de un poco de información y, una vez cesado, un serio esfuerzo de democratización interna de su partido. No hubo ni eso; sólo de nuevo el terror producido por un Fraga amenazador e histérico, exigiendo que mi cese fuese ratificado por votación… a mano alzada, nominal, “para ver una a una las caras de cada traidor”.
La existencia de Fraga de ver qué votaba cada cual produjo en mí una mezcla de asco y de lástima. Fraga había sido mi profesor de Derecho Constitucional Comparado en la Facultad de Políticas, y si bien no es cierto que él fuera quien me llevó a la democracia como ya he dicho, sí que es verdad que bajo su enseñanza descubrí y aprendí los fundamentos del llamado Estado Democrático de Derecho, entre los cuales hay uno básico que dice que no hay democracia sin lo elemental: el voto igual, libre y secreto. Temblando de indignación, así lo expliqué públicamente, di cuenta de mi inmensa decepción ante el Fraga profesor, además de ante el Fraga político, y abandoné la sala acompañado de Camuñas y Manglano. El impacto de la presión de Fraga y sus mamporreros fue tal que incluso Ruiz Soto vaciló a la hora de seguirnos. Y Gonzalo Robles quedó clavado en el asiento. Ruiz Soto reaccionó muy pronto como un caballero, lo que desencadenó, por cierto de inmediato que se le prohibiese físicamente la entrada en Génova 13; no así Robles, actual delegado del Plan Nacional sobre la Droga, que pasó a pedir dos millones de pesetas – a pedir dos kilos ¿a quién? ¿quién aceptó la petición? ¿Para qué? ¿De dónde saldría el dinero? – por seguirnos en nuestra huída. Cuando, contra mi voluntad se aceptó su petición, elevó la cuantía a cinco millones, pues nos dijo a varios, entre otros a un servidor, que su señora estimaba que la cantidad era insuficiente y que pedía tres millones de pesetas más. ¡Así es el mundo, sí señor! Me negué en redondo aun cuando sabía que esa negativa me costaría cara. En fin que en saliendo los cuatro mosqueperros, o sea, los cinto citados menos el tal Robles, de la sala no se produjo en la reunión de la Junta Directiva Nacional ante un Fraga iracundo y colocado de sanguínea indignación, ningún alud de protestas, sino antes bien, una avalancha de adhesiones a Fraga. Así somos aquí: ¿Conocen ustedes muchos dictadores o reyezuelos derrocados en este país? No, aquí los dictadores mueren en la cama, bajo las alabanzas y el incienso. Tampoco inventamos la guillotina. Sólo una vez muertos los tiranos es cuando nos hemos atrevido.
El inefable Gonzalo Robles pedía más dinero y, por lo demás, ningún otro diputado de AP se atrevía a dar el paso final. Camuñas era un ultraliberal no sólo en lo político; Ruiz Soto era medio populista; Manglano creía incompatible su ascendencia familiar militar con cualquier evolución hacia la izquierda y luego estaba yo…
Yo cada vez me sentía más socialista, aún cuando debía disimularlo pues casi nadie lo hubiese entendido.
No supe callarme, pero las etapas fueron duras: así cuando pedí el voto por Rodríguez Sahagún para la alcaldía de Madrid en las siguientes municipales, Mario Conde, que venía desde septiembre financiando – en teoría sin condiciones – nuestro pequeño grupo de huidos, optó por cortarme el grifo. Posteriormente me explicaría que él había apostado por mí para lanzarme a la cabeza de AP. Cuando me negué a rectificar mi petición de voto, sencillamente se quitó de en medio y optó por apoyar a… Hernández Mancha, dándome muestras de una visión política cutre.
A su vez cuando me declaré con prudencia socialdemócrata, pues, sencillamente me quedó solo, únicamente Manglano siguió conmigo, creo que sobre todo por fidelidad personal. El pequeño partido que montamos, Renovación Democrática, tuvo una existencia efímera, aun cuando no le faltaron copiosos ofrecimientos de militancia.