21 junio 1997

El jugador Ronaldo abandona el Fútbol Club Barcelona

21 Junio 1997

Ronaldo, la estrella más fugaz

Alfredo Relaño

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Parece que no hay remedio y que Ronaldo se va. Se trata de una estrella, pero de una estrella fugaz, la más fugaz de todas. Con 20 años ya ha pasado por el PSV Eindhoven y el Barcelona y ahora pone proa hacia el Inter. Culo inquieto se llama la figura. O voracidad de sus agentes, que cuanto más le mueven, más se pueden quedar entre los dedos.

El movimiento de Ronaldo supone un cierto grado de desafío a la FIFA, que a algunos les hace pensar que estamos ante un nuevo caso Bosman. Yo no lo creo. Ni Ronaldo puede correr el riesgo de estar parado, como hizo Bosman, aunque sea unos meses (Bosman llegó a estar años) ni la FIFA puede permitirse una nueva derrota ante los tribunales. Y la derrota sería segura.

Hay tiempo para que las partes en conflictos, Barça e Inter, alcancen un acuerdo que no deje a ninguno de los dos en mal lugar. El Barça lo tiene fácil: en el peor de los casos – conformarse con los 4.000 millones – podrá decir que ha hecho un buen negocio. Fichó a Ronaldo por 2.500 millones y un año y casi 50 goles después lo vende con una enorme ganancia. En cuanto al Inter se ha dejado el IVA de los 4.000 millones para estirarse un poco más si es preciso, en un gesto de fingida buena voluntad.

En todo caso, la marcha de Ronaldo sería un problema para el Barça, pero no ‘el’ problema. El problema es otro. Un profundo conocedor del Barça razonaba así: “¿Quién es el mejor jugador del mundo? “Ronaldo”, se contestaba. “¿Quién ha ganado la Liga?” “El Madrid”, volvía a responderse. Y sentenciaba: “¿De qué vale entonces tener al mejor si no hay organización?” Pues eso. Me figuro que si el Barça tuviera una buena organización, Ronaldo no estaría rabiando por irse. Estaría feliz en su superclub, en una ciudad inmensamente agradable y en una Liga no superada por ninguna otra.

Alfredo Relaño