El ministro de Defensa, Narcís Serra, expulsa del ejército al Coronel Amadeo Martínez Inglés por reiterada indisciplina

El ensañamiento de los responsables del Ministerio de Defensa hacia el coronel Martínez Inglés ha culminado con su expulsión del Ejército por lo que consideran «conductas gravemente contrarias a la disciplina militar». Muchas cuestiones son las que llaman la atención en este caso, y una de ellas es que no se le concediera al militar expulsado la baja en el Ejército cuando informó que pretendía dedicarse a la política, y ahora se decida hacerle pasar por la expulsión en una decisión que parece más un enrabietamiento del responsable del Ministerio, Narcís Serra, que una decisión imparcial. Una decisión, además, ejemplificadora de lo que en la vida civil se conoce por la prepotente frase de Alfonso Guerra de que quien se mueva no sale en la foto. El «movimiento», en este caso, no ha ido más allá de la exposición de algunos criterios sobre la organización del Ejército que incluía su profesionalización, una propuesta, por lo demás, defendida desde algunas concepciones políticas legalmente reconocidas, y defendible dentro del vigente marco constitucional español. Narcís Serra debe explicar la dureza de la sanción adoptada hacia un militar de talante demócrata, que, además, contrasta con la condescendencia habida hacia otros oficiales críticos con el sistema de libertades y que mantienen sus empleos en las Fuerzas Armadas.