29 noviembre 2016

El Papa Francisco asciende al obispo de Madrid, Carlos Osoro, a cardenal arzobispo y le impone el birrete

Hechos

El 19 de noviembre de 2016 el Papa Francisco impuso el birrete cardenalicio a monseñor D. Carlos Osoro en la basílica de San Pedro.

20 Noviembre 2016

Un ministerio de amor

Ramón Pérez-Maura

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«Yo, Carlos, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, prometo y juro, de ahora en adelante y mientras viva, permanecer fiel a Cristo y a su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Apostólica Iglesia Romana, a San Pedro en la persona del Supremo Pontífice y a sus sucesores canónicamente elegidos, a permanecer siempre en comunión con la Iglesia Católica…» La bella basílica romana de Santa María en Trastevere, fundada en el siglo III por el Papa Calixto III, tiene desde ayer un nuevo titular, nacido en 1945 en Castañeda, provincia de Santander: Carlos Osoro Sierra. Porque ayer, en la basílica de San Pedro, el Papa creaba cardenal a Osoro, dándole la titularidad de esa iglesia.

En el consistorio se leyó del Evangelio según San Lucas (6, 27-32) el pasaje en el que Cristo proclama: «Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid al os que os maldicen, orad por los que os insultan. Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra, y al que te quite la capa déjale que se lleve también tu túnica. Al que te pida algo dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Y haced con los demás como queréis que los demás hagan con vosotros. Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los pecadores se portan así!». Y este espíritu ha de marcar el ministerio del nuevo cardenal español, en la senda que siguió Santa Teresa de Calcuta: «Las buenas personas merecen nuestro amor; las malas lo necesitan».

Quienes ayer teníamos el privilegio de acompañar a don Carlos y le conocemos a él y a su obra pastoral desde hace década sabemos que el suyo es un ministerio del amor, un ministerio en el que prima querer a los demás, escuchar, intentar comprender. Pero un ministerio en el que la comprensión no implica ningunear las enseñanzas de Cristo. Los católicos debemos amar porque si no es imposible difundir la palabra de Dios. Y en ello, don Carlos Osoro está en plena comunión con Francisco, el Papa que ayer le impuso el birrete cardenalicio.