22 octubre 2022

Elecciones Italia 2022 – La coalición de las derechas liderada por Giorgia Meloni, tachada de neofascista, La Liga de Salvino y Foza Italia de Berlusconi toma el poder

Hechos

El 22.10.2022 Dña. Giorgia Meloni toma posesión como primera ministra de Italia.

27 Septiembre 2022

Alianza prohibida

Luis María Anson

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«Las derechas democráticas italianas han quebrado la alianza prohibida y se han entendido con Giorgia Meloni destrozando a la izquierda de “lo políticamente correcto’'»

Pedro Sánchez le ha dicho a Alberto Núñez Feijóo: «Te mereces el anatema descalificador. Tú no te puedes aliar con la extrema derecha, aunque Vox sea un partido constitucionalista que defiende la libertad de mercado y la propiedad privada. Pero yo sí, yo sigo siendo un demócrata, aunque me alíe con el comunismo totalitario, con los podemitas de extrema izquierda, con los separatistas catalanes anticonstitucionalistas y con los bilduetarras herederos del terrorismo de Eta». Y los alfiles que juegan al sanchismo sobre el tablero de los medios de comunicación han agrandado el anatema del presidente del Gobierno repitiéndolo hasta la náusea.

El PSOE sigue siendo demócrata, a pesar de estar mantenido en Moncloa por la extrema izquierda comunista y podemita y por los partidos anticonstitucionales ERC y Bildu. El PP dejará de ser demócrata si, tras las elecciones, completa la mayoría parlamentaria con los escaños de Vox.

La pirueta dialéctica resultaría insostenible para la razonabilidad política si no fuera porque, semana tras semana, a lo largo de muchos meses, Pedro Sánchez o sus compinches han reiterado la afirmación, sin prescindir de su atroz fórmula de alianzas que le permite gobernar con extremistas totalitarios y secesionistas anticonstitucionales, los cuales, sin respetar la ley, pugnan por fraccionar cinco siglos de unidad de España. Y se ha extendido la especie sanchista de la alianza prohibida, cuando bastaría con una campaña seria del Partido Popular para que cambiaran las tornas y hasta las ranas del estanque del Retiro clamaran por destruir semejante incongruencia.

Ahí está, en fin, la Italia democrática que ha votado ser gobernada por los partidos de la derecha democrática –Berlusconi y Salvini– encabezados por Giorgia Meloni, líder del partido más extremista. A mí no me gusta la fórmula. Recuerdo que en las postrimerías de la dictadura de Franco escribí, el 22 de febrero de 1972, un artículo en la tercera del ABC verdadero que se titulaba Organizar la moderación. Pero sobre mi posición personal está la objetividad del mundo liberal conservador, arrollada por Pedro Sánchez y sus aliados políticos y mediáticos. Las derechas democráticas italianas han quebrado la alianza prohibida y se han entendido con Meloni para distorsionar a los sectores «políticamente correctos» que se mantenían en medio del desgobierno y la incapacidad política.

22 Octubre 2022

Una coalición frágil e inestable para Italia

EL MUNDO (Director: Joaquín Manso)

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ITALIA entra en una nueva era de incertidumbre con el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, que ayer al fin bautizó su frágil coalición ante el presidente Sergio Mattarella. La primera mujer al frente del país desde su reunificación en 1871 toma las riendas de un Ejecutivo inestable y sembrado de minas ya desde el principio gracias a dos aliados, Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, convertidos en caballos de Troya que amenazan con dinamitarlo desde dentro. La sucesión de incendios que la primera ministra ha tenido que apagar para llegar a la jura de hoy presagia un escenario de inestabilidad política que se suma a la económica, con una recesión similar a la alemana y derivada de la crisis energética asomando ya por el horizonte y que disparará aún más el coste de la vida en el país con mayor deuda pública de la Unión Europea después de Grecia.

Las sonrisas de los presuntos socios de Meloni reemplazaron ayer a las muecas de disgusto de las semanas previas a la forja de una coalición poco fiable y que han obligado a la premier a disciplinar a Silvio Berlusconi y dar un portazo a su plan de hacerse con el ministerio de Justicia (en un momento en el que el ex primer ministro del bunga-bunga aún tiene cuentas pendientes con los tribunales). No ha sido el peor encontronazo entre ambos, que ha tenido lugar a cuenta de la guerra de Ucrania. En plenas negociaciones para formar Gobierno, la prensa filtró unos audios en los que Berlusconi se deshacía en elogios hacia Vladimir Putin, preciándose de ser «el primero de sus cinco mejores amigos» y dando cuenta de un intercambio de vodka por lambrusco que ha puesto en el disparadero la política exterior italiana en un momento en el que Europa contempla con aprensión la llegada al poder de los herederos del posfascismo. No sólo eso, el ex Cavaliere también exculpaba al presidente ruso de la guerra de Ucrania -asegurando que «es un hombre de paz»- y achacaba la responsabilidad a la «resistencia» de Volodimir Zelenski, que «mandó al diablo los acuerdos de 2014».

Meloni -que ganó las elecciones por un 26% de los votos frente a los pobres resultados de sus compañeros de viaje, apenas un 8% cada uno- tuvo que salir a defender su militancia en el bando atlantista y a lanzar la advertencia de que «Italia nunca será el eslabón débil de Occidente», sino un miembro «con pleno derecho, y con la cabeza alta, de Europa y de la Alianza Atlántica», descartando la entrada en su Ejecutivo de ningún miembro que no respetara esta premisa. Los exabruptos de Berlusconi llegaron a poner en duda el nombramiento como ministro de Exteriores del ex presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani -número dos de Forza Italia-, que finalmente se confirmó ayer. En una señal de tranquilidad para los mercados, Meloni nombró en Economía a Giancarlo Giorgetti, representante del ala moderada y europeísta de la Liga y ex ministro de Draghi. Aún así, la coalición nace lastrada por dos figuras explosivas en un momento en el que Italia necesita una mano firme para corregir el rumbo de la crisis.