7 octubre 2013

El TSJM considera que decretó prisión preventiva contra Blesa sin suficiente argumentación para ello

Elpidio José Silva expulsado de la carrera judicial al ser condenado a 17 años de inhabilitación por prevaricación en el caso Blesa

Hechos

El 7.10.2013 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) condenó a 17 años y medio de inhabilitación al juez Elpidio Silva por su actuación en la instrucción del caso Blesa

Lecturas

El 7.10.2013 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) condenó a 17 años y medio de inhabilitación al juez Elpidio Silva por su actuación en la instrucción del caso Blesa, que llevó en dos ocasiones a la cárcel al expresidente de Caja Madrid, D. Miguel Blesa. El tribunal considera que Silva, ahora en situación de excedencia, decidió mandar a prisión a Blesa por “motivaciones insólitas”. Según la sentencia, el magistrado actuó con “absoluta falta de competencia” y adoptó resoluciones que son “un disparate jurídico”.

28 Diciembre 2013

No hay piedad para Miguel Blesa

Luis Pineda

Leer

“Hoy, Miguel Blesa está en la calle, mientras que el juez que le investigó está pasando una dura época. Pero el camino es largo y la historia, poco a poco, se irá conociendo”

Les agradecería que dedicasen unos segundos a leer en voz alta las siguientes palabras: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, entidad fundada por el padre Francisco Piquer en 1702 y que durante siglos acompañó y financió a los españoles hasta que Miguel Blesa consiguió acabar con ella.

Miguel Blesa, el fiscalista amigo de José María Aznar que cumplió su sueño de ser banquero, y ya se sabe que no hay peores enemigos de los bancos que los banqueros advenedizos. Quizá ésta sea una de las primeras conclusiones de la crisis financiera que se ha llevado por delante al 50% del sector financiero español.

Blesa se subió a una pirámide histórica en el año 1996 y, después de 14 años de gestión, consiguió dilapidar todo su patrimonio histórico. Algo que ni siquiera habían conseguido los trágicos acontecimientos históricos ocurridos en este país. La Caja siempre había sobrevivido.

El chico de Linares se creía que era algo más que un banquero. Además, se ponía de apellido ‘banquero de inversiones’, nada menos; es decir, de la misma calaña que los que en Wall Street casi se llevan el mercado financiero por delante. Donde ponía el ojo, ponía la bala, fuese un ‘bicho grande’ que le permitía obtener un premio o fuese una empresa por la que, generalmente, pagaba un sobreprecio, como en SOS, en el City National Bank of Florida, NH Hoteles e, incluso, en la propia Iberia, a punto de desaparecer también por su nefasta habilidad de cargarse todo lo que tocaba.

En Valencia, la gente se manifiesta por el cierre de Canal Nou, pero ¿por qué no se manifiestan los miles de clientes que han perdido a Caja de Madrid como su referencia? La quiebra de Caja Madrid es mucho más dañina y dolosa que el cierre de un canal de televisión que daba de comer a un grupo de amiguetes del poder establecido.

Claro que Blesa también daba de comer a muchos amigos, partidos políticos, sindicatos, medios de comunicación y muchos otros estómagos agradecidos, como se está demostrando con los correos electrónicos que se han podido leer estos días en la prensa. Todo un amplio espectro social agradecido a Miguel Blesa.

El hombre del Vega Sicilia, del Château d’Yquem, de los vinos “sublimes”, tenía gustos caros: Ferrari, travesías en veleros, viajero incansable por África y América, bien fuera para cazar un león, para ver un apartamento en Nueva York, o para comprar una empresa o un banco donde fuese.  Cazo en Rumanía… pues me compro un banco; navego en Miami… pues me compro otro banco.

El ‘amiguísimo’ de Esperanza Aguirre, a la que acabo traicionando para echarse en brazos de Alberto Ruiz-Gallardón, quien le garantizaba su continuidad en la presidencia de la Caja. El mayor deudor de la Caja salió en defensa de Miguel Blesa, como lo ha hecho ahora en su proceso penal.

Su gran sueño era emular a su antecesor: Jaime Terceiro quien, con un crédito de Barclays con garantía de la Caja, se montó una universidad para su mayor gloria y prestigio.

Pero Blesa no pertenece al mundo universitario. Él quería algo más a lo grande: su jubilación pasaba por Florida. Para eso se compró una casa por 10 millones y un banco que le hubiese gustado presidir algún día.

Blesa siempre fue como alguien que se sube a un escenario sin saber cantar ópera. Era, como su amigo Alberto, un verso suelto; él quería el poder. El poder de las dadivas, del lujo, de los favores debidos y, por supuesto, de los amores.

Pero no dejó nada para los demás; simplemente, liquidó la Caja. Por favor, vuelva a repetir conmigo en voz alta: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid.

Pero para Blesa no hay piedad, ni siquiera se la merece. Hay que buscar el dinero donde lo tenga y restituir parte del patrimonio de la Caja.

Hoy está en la calle, mientras que el juez que le investigó está pasando una dura época. Pero el camino es largo y la historia, poco a poco, se irá conociendo.

POSDATA: No es rencor, ni tampoco venganza; es patriotismo. Un pueblo como el español no debería consentir que nos hayan robado las Cajas Generales de Ahorro Popular, que me hubiese gustado que mis nietos hubiesen conocido.

Luis Pineda.