30 octubre 1996

Angel Colom (PI): "Me quedé fuera porque no quería tener que escuchar a alguien hablando en castellano"

‘Espantada’ en el Parlament de Catalunya de diputados de CiU, ERC y PI para no escuchar al parlamentario Julio Ariza (PP) por hacer su intervención en castellano

Hechos

  • El 30.10.1996 los diputados de CiU, ERC y PI abandonaron el Parlament de Catalunya ante una intervención en castellano del diputado del PP D. Julio Ariza.

Lecturas

El 30.10.1996 los diputados de CiU, ERC y Partido per la Independencia (PI) abandonaron el Parlament de Catalunya en el momento en que tomó la palabra el diputado del Partido Popular, D. Julio Ariza Irigoyen, y decidió hacer su intervención en castellano, idioma que no se usaba en el parlamento desde la existencia de diputados andalucistas en la legislatura 1980-1984.

El Sr. Ariza Irigoyen, que no había avisado de su intención, pertenece dentro del PP catalán al sector crítico del Sr. Vidal Quadras, enfrentado al sector del actual presidente del PP catalán D. Alberto Fernández Díaz, que respalda la estrategia del Sr. Aznar de pactar con el Sr. Pujol.

Las frases:

«Ni me había dado cuenta de que estaba hablando en castellano. Pero he decidido volver a hacerlo en el futuro. No puedo creer que diputados de CiU hayan abandonado el hemiciclo» (D. Julio Ariza, PP)

«Reconozco que hubiera prefirido que el diputado Ariza se hubiera expresado en catalán» (D. Juan María Pujals, CiU, consellier de Cultura)

COLOM: «NO QUIERO TENER QUE ESCUCHAR EL CASTELLANO»

Angel_Colom_1995 El diputado del Partido per la Independencia (PI), D. Angel Colom, ex secretario general de ERC, fue de los pocos que explicó claramente los motivos por los que había estado ausente del congreso durante la intervención del diputado D. Julio Ariza: «No quería tener que escuchar una intervención en castellano».

APOYOS A LOS DIPUTADOS DE LA ESPANTADA EN LAS TERTULIAS CATALANAS

Tanto en la tertulia de COM RÁDIO (emisora de la Diputación de Barcelona) como en la de CATALUNYA RADIO (emisora de la Generalitat de Catalunya) se apoyó la actitud de los diputados en el Parlament por considerar que era una respuesta adecuada a una provocación. Eso sí, en ambas emisoras se reconoció que el incidente podía ser interpretado como un acto de rechazo al castellano, pero aseguraron que si esto se producía sería culpa de ‘lecturas desafortunadas’ provocadas por «los medios de Madrid». En otra emisora catalana, RADIO TELE TAXI se recomendó que se extremara la prudencia.

ESCASOS PRECEDENTES EN EL PARLAMENT

Hasta ese momento muy pocas veces se había usado el idioma castellano en el Paralment de Catalunya (constituido en 1980) a pesar de que en el reglamento figura como idioma co-oficial. Incluso el líder del PP, Sr. Vidal-Quadras, defensor absoluto del uso del castellano, en el Parlament se ha expresado siempre en catalán. Sólo lo habían hecho hasta el momento los diputados D. Cipriano García (comunista del PSUC) y D. Carlos Cigarrán (PSC) en la década anterior. Durante la primera legislatura, los diputados del PSA – Partido Andalucista, encabezados por el Sr. Sánchez Acosta utilizaban el castellano en representación de la población andaluza de Catalunya.

01 Noviembre 1996

ATIZA CON ARIZA

Jaime Campmany

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Hablar catalán los catalanes y hablar catalán en Cataluña es la cosa más natural del mundo, tan natural como hablar español los españoles y hablar español en España. En Cataluña y en todo tiempo, se ha hablado catalán o castellano con toda naturalidad. (Aprovecho para decir entre paréntesis que a mí, de Pirineos para abajo y del Estrecho para arriba, desde la raya de Portugal y Finisterré hasta el volante  mediterráneo y las isla adayecentes, me gusta llamar castellano al español. Más allá de nuestras fronteras, es natural que al idioma que habla el común de los españoles

(…)

Esos parlamentarios catalanes que han abandonado la sala porque el diputado del Partido Popular Julio Ariza ha hablado en castellano, merecen al menos tres de aquellas famosas carcajadas del poeta clásico, ese al que yo llamo siempre el puñetero estevado, o sea, don Francisco de Quevedo. Tres risas para ellos, ja, ja, ja. Que un catalán se sienta ofendido por oír hablar castellano en España, es tan estúpido como que un castellano se ofenda por oír hablar catalán en Cataluña. Y los que han entendido el discurso de Ariza como una provocación han hecho todo lo que podían y sabían hacer para convertir el ‘vaso de agua clara’ de la lengua catalana, que decía Pemán, en un vaso de aceite de ricino

Detrás o debajo de esas actitudes sólo se halla una incapacidad política y una escasez de talento: la incapacidad política de quienes tienen que hacer del odio o del recelo al español y a lo español su razón de ser y la justificación de su posición política, por la sencilla razón de que no se les ocurre otro programa mejor. Son tontos en dos idiomas.

Jaime Campmany

01 Noviembre 1996

Incidente en el Parlament

Pedro J. Ramírez

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Si no fuera por el hecho de que hacía al menos ocho años que nadie utilizaba el castellano en ese foro, habría sido disparatado que Julio Ariza, parlamentario del PP catalán de tendencia vidalquadrista, considerara que un método adecuado para mostrar su descontento por la alianza entre Aznar y Pujol era subirse a la tribuna… y tomar la palabra en una de las dos lenguas oficiales de Cataluña. Pero lo verdaderamente surrealista fue que el uso de tan temible arma secreta produjera los efectos que pretendía. En efecto, una veintena de parlamentarios de CiU -secundados por las dos ramas de la escindida ERC, unidas para la ocasión- abandonaron airadamente la sala de plenos. Los demás diputados -incluyendo a otros de la propia CiU- se quedaron en su escaño. Los que se fueron alegaron que se habían sentido «incómodos» por la situación. Angel Colom precisó que él se había salido… para no tener que escuchar a alguien que hablaba en castellano. ¿Se paseará Colom por las calles de Barcelona? Están llenas de gente que habla en castellano. La ley dice que los dos idiomas son oficiales en el Principado. Pero, además de la ley, está el sentido común. La sensatez. El seny, si se prefiere.

26 Febrero 1997

ELEGÍA DE LA CATALUÑA CON 'Ñ'

Julio Ariza

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¿Qué consejo daría a los jóvenes catalanes para enfrentarse a su realización nacional?

‘Que dejen de sentirse españoles en cualquier aspecto’, responde Joan Triaduú, conocido ideólogo nacionalista (Revista ‘Debat nacionalista’, otoño 1996).

‘Que aquellos catalanes que se sientan tan españoles como catalanes se inclinen definitivamente por la catalanidad’, concluía en una conferencia el señor Joaquín Triadú, hijo del anterior y actual secretario general de la Presidencia de la Generalitat’.

Estos son los objetivos, esto es lo que el nacionalismo coloca en su frontispicio y esto es lo que refuerza el señor Pujol en su política intracatalana. Que Jordi Pujol esté contribuyendo de forma positiva a la gobernabilidad de España en ningún caso va a evitar que pongamos en negro sobre blanco aquellas cosas que su gobierno haga mal. Se hace una política, no para una Cataluña o una España abstractas, sino para unos catalanes y unos españoles muy concretos; se hace política para todos los catalanaes y para todos los españoles.

Nervio central, gozne, quicio esencial de este proyecto político nacionalista es la imposición del catalán como lengua hegmónica en Cataluña y como única lengua oficial del gobierno catalán.

¿Qué hace el gobierno de Jordi Pujol mientras sujeta con una mano la lengua castellana y con la otra a los que pudieran, desde Cataluña, darle una razonable pero contundente respuesta a aquellos de sus planteamientos tristemente excluyentes? Pujol, mientras esto hace no respeta el mismísimo Estatuto de Autonomía de Cataluña, pone a Cataluña a su servicio mientras aparenta actuar al servicio de Cataluña.

El Estatuto de Autonomía en su artículo 3.3 prevé expresamente: «La Generalidad promoverá el uso normal y oficial de las dos lenguas en condiciones de igualdad’. Esto es la Ley. Esto es lo que la Ley prevé y lo que la Ley dicta. Pero, ¿cuál es la realidad que desde el poder pretende configurar el proyecto nacionalista?

La realidad en Cataluña es que muchos de nuestros hospitales y centros sanitarios no tienen rotación bilingüe sino sólo en catalán. Si un paciente solicita que le entreguen en castellano el protocolo o las instrucciones para una operación quirúrgica se le dice que, desde la Consellería de turno, les tiene ordenado entregarlo únicamente en catalán. No hace muchos días se recogía en Prensa la queja, como tantas y tantas, de un barcelonés que solicitaba que las llamadas por megafonía se hicieran en castellano, tras constatar que había gente que así lo requería:

«La respuesta fue incomprensible y vergonzosa. Siguieron las llamadas en catalán».

Como incomprensible resulta evidenciar que las dos televisiones autonómicas públicas emitan exclusivamente programación en catalán.

La propuesta del Reglamento del Consorcio de normalización lingüística ‘para el uso de la lengua catalana en los Ayuntamientos de Cataluña’, prevé en su artículo 7: ‘Sólo se harán impresos bilingües cuando alguna circunstancia especial lo recomiende…’ Esto también es realidad en Cataluña.

La realidad es que existen no pocos museos en Cataluña que exponen la leyenda de sus obras de arte en catalán e inglés, para satisfacción de los visitantes de Zaragoza o de Ávila.

Los padres catalanes de niños catalanes no pueden, en la práctica, escolarizar a sus hijos entre los 3 y 8 años en lengua castellana, salvo con un intento llamado ‘atención individualizada’, que consiste en  en convertir a su hijo en una especie de ser extraño. Después de sortear al director del centro educativo, el inspector escolar de turno, con suerte, en horas no lectivas, le harán una explicación en castellano al alumno, y éste ya estará señalado por todos como un ‘tipo raro’. Ellos, estos padres y estos alumnos, también son seres reales en nuestra tierra.

Es una realidad catalana de hoy que un padre puede hacer inmersión lingüística para sus hijos en francés (Liceo Francés), en inglés (St. Peter´s o St. Paul), en alemán (Colegio Alemán) y en cualquier centro; sin embargo, en castellano esto es simple y llanamente imposible.

El castellano en Cataluña no existe en las Consellerías de la Generalitat, en la mayor parte de sus publicaciones. En los Ferrocarriles Catalanes y en la empresa pública catalana se olvida. El castellano se debilita enormemente en su uso en la Universidad. En algunas carreras es ya prácticamente testimonial. ¡Y todo esto es ‘garantizar el uso normal y oficial de las dos lenguas en condiciones de igualdad!’.

Lamentable o tristemente el nacionalismo separador y excluyente entiende la defensa de los derechos de los catalanes catalanoparlantes a costa de la conculcación de los derechos de los catalanes castellano-parlantes. Como la brillante muestra de intolerancia con la que me obsequiaron ante mi intervención en castellano en el Parlament de Catalunya, cuando unos cuantos diputados nacionalistas abandonaron el Pleno pidiéndome a gritos que no escandalizara a unos jóvenes que en ese momento asistían desde la tribuna a la sesión parlamentaria.

Derechos individuales, insisto, que defendemos y que dimanan del texto jurídico más importante de la configuración social de Cataluña, su propio Estatuto de Autonomía.

Defendemos desde el Partido Popular y hemos defendido que debemos generar unas condiciones sociales en Cataluña de tal naturaleza que cuando vengna a visitarnos a nuestra tierra, su tierra, cualquier español, de cualquier otra parte de España, pueda sentirse como en su casa, porque su casa es.

Esto hará que nuestra virtudes de catalanes, que no son pocas, puedan asumirse y admirarse de forma natural y hasta entrañable desde cualquier rincón de España. Eso hará que puedan venir los mejores catedráticos de Sevilla o Salamanca, los mejores profesionales de Oviedo o de Murcia, los mejores jueces de Orense o de Santander, sin tener que renunciar a la potenciación del uso y la dignididad de la lengua catalana en todos los ámbitos.

Esto es lo que defendemos y queremos seguir defendiendo sin que eso signifique quebrantar ni la más mínima posibilidad de acuerdo con aquellas fuerzas políticas que quieran contribuir a la gobernabilidad del conjunto del país. Sin renunciar un ápice a mantener el diálogo, a aunar y suavizar criterio, a p´racticar una política de puertas abiertas, a encontrar fórmulas de mutuo y enriquecedor apoyo.

Como ha dicho tantas veces brillantemente Alex Vidal-Quadras, es más inteligente y más provechoso mirar al frente que estar constantemente encorvados sobre nuestro propio ombligo. Es mejor y más constructivo hablar más de todo lo que nos une que de aquellas cosas que nos separan. Y todo por el bien de los más, sin olvidar ni soslayar la protección de los menos.

Una defensa hecha, con espíritu positivo, sin ir contra nadie, con moderación y afán de entendimiento. Con el gesto sereno y la palabra mesurada, pero con convicción

Durante siglos hemos convivido y conviven desde el respeto, desde el pluralismo con equilibrio y armonía la Catalunya con ‘y’ y la Cataluña con ‘ñ’. Dos caras de una sola realidad rica y vigorosa en la que han cabido Josep Pla, Eugenio d´Ors, Jacinto Verdaguer o el Padre Balmes, Eduardo Mendoza, Baltasar Porcel… En la que el catalán y el castellano han moldeado juntos una manera de ser, de sentir, de pensar. Una manera de ser, sentir y vertebrar España, la ‘Espanya con y’ y la ‘España con ñ’, que llora la ‘elegía de la Cataluña con ñ’.

Julio Ariza

El Análisis

PROBLEMA APLAZADO

JF Lamata

«¡No hay ningún problema lingüístico en Catalunya! ¡Mentiras de los fachas de Madrid!». Sin duda durante muchos años importantes sectores de la política nacional deseosos de no molestar a los siempre útiles votos de los diputados catalanes se apresuraban a negar la existencia de cualquier problema lingüístico en la Comunidad catalana.

Si bien es cierto que en años venideros sectores anti-nacionalistas exagerarían ese problema hasta extremos absurdos – «en Catalunya te persiguen por hablar castellano, te marginan…etc» – no es menos absurdo pretender negar el problema lingüístico en aquella comunidad en la que su Estatuto marca que es una comunidad bilingüe con dos idiomas con los mismos derechos (el castellano y el catalán), pero las principales fuerzas políticas consideraban que su única lengua es el catalán «como elemento definitorio de la entidad del pueblo catalán» y, por tanto, había que potenciar esa lengua en inevitable perjuicio del castellano.

Lo más curioso es que aunque la ‘espantá’ de diputados de CiU y ERC de 1996 demostraba el repudio que una parte de ellos sentía hacia el castellano, el Partido Popular miró para otro lado e ignoró aquel incidente. CiU era su aliado afín de cuentas. Diez años después, el PP pondría el grito en el cielo por la defensa del castellano en Catalunya. Claro, para ese momento CiU ya no era su aliado y ERC lo era del PSOE. ¡Grandes principios los del PP, que varían según las alianzas de cada momento!

J. F. Lamata