Escándalo en Podemos al descubrirse que Juan Carlos Monedero cobró 400.000 euros de Venezuela y otros países por sus asesorías y lo declaró a Hacienda a través de una sociedad instrumental

PODEMOS le ha cogido el gusto a presentar como «ataques de la extrema derecha» y «campañas de la casta» lo que no son más que lógicas preguntas sobre las muy lucrativas actividades de sus dirigentes. Así lo hizo cuando, al corregir un «olvido» en su declaración de bienes ante el Parlamento Europeo, Pablo Iglesias reconoció que había facturado varios miles de euros a través de su productora, La Tuerka, pese a que estaba registrada como asociación cultural sin ánimo de lucro y pese a que no tenía ningún trabajador en nómina. Volvió a pasar cuando este periódico desveló que el número dos del partido, Íñigo Errejón, cobraba 1.825 euros mensuales por una beca hecha a medida para él, pese a que incumplía sistemáticamente las 40 horas semanales de trabajo estipuladas por contrato. Y ha vuelto a suceder ahora en un asunto mucho más turbio.

Juan Carlos Monedero cobró en 2013 425.150 euros de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, a través de otra empresa uninominal y sin empleados constituida específicamente para librar facturas: Caja de Resistencia Motiva 2. Juan Carlos Monedero, un profesor de Políticas sin formación económica acreditada, alega que los citados gobiernos solicitaron su colaboración para desarrollar un trabajo colectivo con el fin de acuñar una moneda común bolivariana. El cofundador de Podemos justifica su fichaje para este proyecto –del que nadie ha oído hablar– en que tenía experiencia previa como asesor del Banco Central Europeo para quien, según dice en su curriculum, habría elaborado informes sobre el impacto de la introducción del euro en España. Sin embargo, se niega a mostrar los informes que dice haber elaborado, tanto para el regulador europeo como para los gobiernos americanos, arguyendo que «son secretos». También dice que todo el dinero recibido por su trabajo sobre la proyectada moneda bolivariana, 295.025 euros después de impuestos, lo destinó a financiar La Tuerka. Pablo Iglesias dio ayer por zanjado el asunto y Monedero añadió que si sale ahora a la luz es para tapar la excarcelación de Bárcenas. Sin embargo, sobran razones para exigirle que pruebe con algún documento el origen y la licitud de esta pequeña fortuna, principalmente, porque hoy ya sabemos que Monedero ha mentido: el organismo que preside Mario Draghi asegura que el profesor de la Complutense nunca ha colaborado con ellos. La aclaración esbozada por el cofundador de Podemos adolece ya de una primera falsedad.

Si al presidente de Extremadura, José Antonio Monago, se le pidió que mostrara cada una de las facturas de sus viajes a Canarias, más razón hay ahora, que sabemos que Monedero no ha dicho la verdad sobre su relación con el BCE, para reclamarle el mismo grado de transparencia que él pide a los demás. Es muy difícil –por no decir imposible– encontrar un trabajo colectivo de asesoramiento tan bien remunerado como el que apunta Monedero; él es politólogo pero no es un reputado economista ni un experto financiero y lamentablemente existen ejemplos pasados en nuestro país de tramas de financiación irregular amparadas en supuestas asesorías. De hecho, así funcionaban Filesa, Malesa y Time Export. Podemos recurre a las mismas tretas que los viejos partidos cuando, en lugar de dar explicaciones convincentes, intenta matar al mensajero y denuncia confabulaciones. La sombra de la sospecha se cierne sobre Podemos antes de tocar poder.

ERA INEVITABLE que Monedero, segundo de Pablo Iglesias II, terminara posando de empresario. Y era de cajón que el One de Podemos elogiara la actividad del Two. Es tradición comunista la de defenderse a muerte… hasta que se matan. Barrunto en Monedero un nuevo Bujarin y temo que Tania Sánchez pase a la historia de esta pandilla no como la fiel Nadezda Krupskàia sino como Inés Armand, la amante eterna y sórdidamente oculta de Lenin. Se rumorea que el Leninín de la Complu escenificará pronto un alejamiento sentimental de Tania Sánchez para no salir a diario en la tele como abogado de atracos municipales, defendiendo la honorabilidad de lo indefendible. Así, como Castro, Hitler y otros líderes carismáticos, Iglesias aparecería ante las masas como amante tan sólo de la Revolución, señora exigente pero que favorece las fantasías erótico-adoptivas del género femenino –y masculino– cuando contempla a diario a ese hombre frágil, en camisa, tirando a tísico, que trabaja mucho, duerme poco y al final de su jornada se acuesta solito, sin cálido edredón ni tierno enredón.

Pero sea breve alejamiento electoral o fatal apartamiento definitivo en su asalto al Poder, lo de Pablo y Tania no es tan novedoso como lo de Monedero (hijo), que según Iglesias es el modelo de empresario con que sueña. Resulta que la empresa de su lugarteniente (que se inventó para el CV un trabajo en el Banco Central Europeo) recibió más de 400.000 euros dizque por crear una «moneda única bolivariana» para Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Venezuela. Pero ni presenta facturas, ni pagó el IVA, ni tiene más empleado que el propio Monedero, que sería, en homenaje a Lafargue, el empresario-antiempresario. Si Amancio Ortega adoptara el MDB (Modo de Producción Bolivariano), Zara cerraría sus tiendas, despediría a cien mil empleados y sería el símbolo de la NEPP o Nueva Economía Política Podemista, que mejora mucho la NEP leninista, engañifa de la Cheka a los kulaks. Un EMP (empresario modelo de Podemos) sería su único empleado y, tras despedirse a sí mismo, cantaría La Internacional: «¡Es el fin de la opresión!». Claro: una empresa sin obreros acaba con cualquier forma de explotación de la clase obrera. ¡Al comunismo por el paro! ¿Y luego? Lo ha dicho Maduro al presentar su nuevo plan económico: «Dios proveerá».

Contra lo que pretenden Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, no es ninguna anécdota que el profesor Juan Carlos Monedero se haya embolsado 425.000 euros a través de una empresa interpuesta, con la que eludió la gestión y el cobro en su universidad de un trabajo para los Gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua —como es el procedimiento habitual utilizado por sus colegas para llevar a cabo otros trabajos y proyectos de investigación—. Los dirigentes de un partido que tildan de corruptos a los demás han de ser escrupulosos con el manejo del dinero y el respeto a las normas, lo mismo —por cierto— que con el modo de presentar el currículo académico: dos centros académicos de Alemania y México negaron ayer tener constancia de la vinculación reclamada por el profesor español.

No se pagan 425.000 euros a cualquiera por un proyecto de investigación en la universidad. Y es un abuso intolerable presentar como un gesto patriótico que Monedero pague impuestos en España, lo mismo que hacen habitualmente millones de ciudadanos. (Claro, peor habría sido la rufianada de llevárselo a un paraíso fiscal). A medias entre enternecedor y falaz queda el argumento de que Monedero emplea el dinero para construir “una sociedad más libre”, cuando parece que financia el programa televisivo La Tuerka. Y aunque tienen todo el derecho a apoyar a los medios de comunicación que les convengan, equiparar la construcción de un partido a la causa de la libertad recuerda el estilo de Jordi Pujol, que en algunos momentos ha pretendido justificar importantes irregularidades, o se ha declarado víctima de persecuciones sin cuento, alegando la causa de la libertad de Cataluña. Envolverse en estas nobles banderas para justificar trapisondas, corruptelas y corrupciones es propio de gente rancia y atrasada, no de los demócratas europeos en pleno siglo XXI.

No es fácil predecir un resultado electoral brillante a quienes reproducen algunos de los rasgos más característicos de esas minorías que escapan a las normas por cualquier intersticio o truco legal. Y que dan explicaciones confusas cuando se sienten pillados o las aplazan todo lo posible. Tampoco basta con esperar a que la Universidad Complutense complete su “información reservada” sobre Monedero: es él quien tiene que explicarse.

La regeneración de la democracia no consiste en quitar a partidos que han albergado a grandes corruptos para sustituirlos por otros de fachada resplandeciente y oscura trastienda. Así no se genera confianza en la honorabilidad de los administradores del dinero público, al contrario, se perpetúa la doble moral. Empieza a ser irritante que pidan a la ciudadanía que les lleve en volandas al Gobierno del Estado, presentándose como campeones de una España limpia, y tapar así todas las explicaciones pendientes.

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El cofundador y número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, no ha despejado las dudas que se han suscitado sobre su patrimonio y el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Desde que EL PAÍS dio a conocer que Monedero había tenido que pagar 200.000 euros a Hacienda para evitar una sanción fiscal, el dirigente de Podemos ha ofrecido datos sobre los saldos de sus cuentas, pero la información hecha pública no despeja las incógnitas abiertas. En particular, las que hacen referencia a la procedencia de ese patrimonio y su relación con la financiación del partido.

En su comparecencia pública, Monedero mostró depósitos por valor de 205.769 euros en cuatro cuentas bancarias. Una de ellas, con un saldo de 138.000 euros, está a nombre de la sociedad Resistencia Motiva-2, a través de la cual, supuestamente, facturó y cobró 425.000 euros en 2013 por unos trabajos de asesoría realizados para los Gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia tres años antes. Recurrir a una empresa instrumental para pagar menos impuestos no deja en buen lugar a un dirigente que pide el apoyo de los ciudadanos para barrer con una escoba el sistema de partidos, al que responsabiliza de la corrupción y el deterioro de la democracia. ¿Y qué es eso de que quien pretende gobernar en España no puede mostrar ciertos trabajos mientras Venezuela no se lo permita?

El hecho de haber presentado una declaración fiscal complementaria indica que el propio Monedero era consciente de la naturaleza evasiva de las operaciones que había realizado. Y aunque la regularización pueda evitarle males mayores, no deja de ser un síntoma de una manera muy poco escrupulosa de proceder por parte de quien asegura velar por los intereses de los ciudadanos. Así lo entienden muchos de los seguidores y simpatizantes de Podemos, que en sus foros internos piden que Monedero sea apartado del proyecto.

Una formación que pretende erigirse en el azote moral del resto de fuerzas políticas no puede permitirse una duda tan palmaria sobre la ética de uno de sus principales dirigentes, sobre todo cuando ni siquiera ha empezado a gestionar el poder. Ha reaccionado con aires de vieja política, presentándose como víctima de una conspiración, al amparo de torpezas del ministro Montoro. Esa estrategia puede minar la confianza de muchos ciudadanos en Podemos y resulta incompatible con los principios que ese partido político dice defender.