Esther Koplowitz compra el 28% de acciones de su hermana Alicia en FCC

Más de 136.000 millones de pesetas puestos sobre la mesa por Esther Koplowitz fueron el poderoso argumento que convenció a su hermana Alicia. Esta aceptó finalmente ceder su participación del 28% en Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), con lo que Esther controla ya el 56% del grupo empresarial fundado por su padre.

El aspecto más llamativo, aunque relativamente anecdótico, de la transacción es la enorme fortuna en efectivo que ha ido a parar a las manos de Alicia. Parte de esa astronómica suma sería repartida entre sus hijos y otra cantidad significativa podría ser destinada a obras de caridad.

Lo sustancial de la compraventa es que, en un país donde buena parte del tejido industrial fue sacado a subasta en la década de los 80, una mujer como Esther Koplowitz apuesta su patrimonio para consolidar un proyecto empresarial y dar continuidad a la gestión del mayor grupo constructor del país.

A nadie se le escapa lo que hubiera supuesto que ese 28% hubiera ido a parar a Vivendi, Bouyghes u otro gigante europeo del sector, que, a largo plazo, se habría hecho con la mayoría de FCC.

Todo indica que el caballero blanco de Esther Koplowitz ha sido el BCH, que concederá un importante préstamo para financiar la compra de la participación de su hermana. El BCH es el mayor accionista de Dragados, la otra gran constructora española, por lo que el banco que preside Amusátegui podría tener un papel crucial en una futura reordenación del sector.

¿Es la operación de ayer el preludio de una fusión entre FCC y Dragados? De momento la integración es sólo una posibilidad entre otras, pero, eso sí, con una lógica indiscutible si ambos grupos pretenden tener una proyección en la Europa del euro.