8 mayo 1996

Éxito de ANTENA 3 TV con el programa ‘Sorpresa Sorpresa’ de Isabel Gemio

10 Mayo 1996

Llega Mary Poppins

Javier Valenzuela

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Aquí no hay trampa ni cartón. Vamos a vivir emociones tan intensas que nos hace falta un médico. ¿Cómo va eso, doctor? Y usted, señora, ¿qué necesita? ¿Un piso? Pues mire lo que tengo aquí: ¡las llaves de un piso! ¡No llore! Aquí estamos para hacer feliz a la gente. (Isabel Gemio se dirige a un matrimonio maduro de los muchos que componen el público). Y a ustedes, ¿qué les hace infeliz? ¿Han perdido su perro? ¿Cómo se llamaba? ¿Chico? ¿Por qué no le llaman? Pero más fuerte, ¡más fuerte! ¡Miren lo que viene por ahí¡ ¡Chico! ¡Fantástico! ¡Ay, qué fantástico! Esto no estaba planeado, pero no me lo pierdan más. ¡Qué maravilloso es ver a la gente feliz!(Clamor del público. Entra en escena Bertín Osborne). Pero, bueno, bueno, quién viene por aquí. ¡Bertín Osborne! ¡Menuda sorpresa! ¡Esta sí que no me la esperaba! (Gemio se enjuga el sudor de la frente con el dorso de la mano). Ahora, una historia, con olor a azahar y alegría, de un amor correspondido. La siguiente pareja quería casarse otra vez. ¿Qué hemos podido hacer por ellos? Vámonos a Cádiz, ¡que esto no se pué aguantá! (Un vídeo muestra cómo la pareja de Cádiz se casa por segunda vez, bajo el madrinazgo de Gemio y con sevillanas rocieras). ¡Qué bonito, qué bonito!

(A Conchi le ha dado un ataque de histeria cuando Gemio se le ha acercado con el micrófono). Conchi, quiero que se tranquilice, que sólo van a ocurrir cosas agradables. No quiero que le pase nada, porque si no, me muero yo. Confie en mí. ¿Desde cuando no ve a sus tres hijas? (Conchi balbucea entre sollozos). ¡Veintiún años! ¿Y donde las dejó? ¡En Oporto! (Suena un fado). ¡Pues mire quién viene por ahí! (Aparecen las hijas y se funden con la madre en un largo abrazo). ¡Impresionante, impresionante! (El público se seca las lágrimas con pañuelitos de papel). ¡Ay, qué emoción!

Vamos a irnos ahora a un bar de la carretera de Andalucía. Ahí está Carlos, un estudiante de Informática de Almería, que no sabe lo que va a ocurrir. (Conexión en directo con el bar. Carlos mira alucinado un monitor de televisión desde donde le habla Gemio. Se establece un diálogo. «¿Te gusta mucho Marta Sánchez?», pregunta Gemio. «Sí», responde el muchacho. «¿Es ella tu pasión?» «Sí». «¿Por ella mueres?» «Sí». Aparece en el bar Marta Sánchez, escotadísima, que besa a Carlos. Él llora). (Unas chicas, culitos respingones en braguitas al aire libre, bailan Supercalifragilísticoespialidoso) ¡El ballet maravilloso de Marcello! ¡Quién fuera una Mary Poppins para hacer realidad los sueños! Vamos a ver a este señor. Usted trabajó en muchas películas norteamericanas de las que se rodaban en España en los sesenta, ¿no? ¿Con quién? ¡Con Sofía Loren! Pues mire la sorpresa que le tenemos preparada: ¡Sofía Loren! (Aparece Sofía. El veterano de las películas le enseña a hacer una tortilla de patatas. La tortilla se cae al suelo. «¡La mía tortilla!», exclama Sofía). !No pasa nada! ¡Es una de las cosas extraordinarias del directo!

Llega Plácido Domingo; a la refugiada bosnia Shura le traen a su madre desde un campamento de Tuzla; Gemio suda la gota gorda, pero su energía parece inagotable. ¡Es Mary Poppins, los Reyes Magos y Papa Noel juntos! Uno lleva tres horas delante del televisor y ya no puede más, pero uno no pertenece a esos privilegiados que componen las audiencias millonarias, como la que siguió (4,6 millones de media) el miércoles el estreno en Antena 3 de Sorpresa, sorpresa. ¡Qué noche, qué noche!

08 Marzo 1997

Los disgustos de Isabel

Antonio Albert

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Dos horas y media tardó Isabel Gemio en desprenderse de, un collar de bisutería que golpeaba su micrófono. Pajares, el técnico de sonido, se lo agradeció en directo. Ya estaba bien. Mientras tanto, Isabel se quejó de sus subidas y bajadas por las escaleras, forzó a la duquesa de York para que se marcara un bailecito, le quitó la palabra a una sensible argentina de origen judío, le robó parte de su sueño a un adolescente empeñado en ser presentador de televisión, confesó sin pudor que se prepara a fondo las entrevistas, río con la risa de la falsa moneda cuando Rody Aragón bromeó con sus vacaciones cubanas y estrenó look para el primer Sorpresa sorpresa (Antena 3, miércoles a las 21.30) de la tercera temporada.El espacio es un claro exponente de formato de éxito, una fórmula eficaz que funciona más allá de la labor y presencia de su conductora. A pesar de ello, toda la espectacularidad y, sobre todo, todas las emociones parecen supeditadas a la figura de Isabel Gemio. Si los verdaderos protagonistas de las sorpresas son el público anónimo invitado al plató, ¿por qué es la presentadora quien eclipsa todas y cada una de las apariciones?

Presentar un programa de estas características debe ser un acto de generosidad, nunca de soberbia. Nadie le niega a la Gemio el valor de horas en directo, pero no es la audiencia quien debe pagar los cambios de humor de una profesional que, mal que le pese, está en función del programa, nunca al revés. Los conflictos internos que se mascaban no tenían que repercutir ni en el tono ni en el ritmo del programa. Sería de agradecer que Gemio continuara con las sorpresas, pero no con los disgustos.