1 noviembre 1979

Carlos Argos e Isabel Barroso se van con él

Félix Pastor Ridruejo dimite como presidente del partido unido de Alianza Popular semanas antes del III Congreso

Hechos

El 1 de noviembre de 1979 se hace pública la dimisión de D. Félix Pastor Ridruejo como presidente del partido unido de Alianza Popular (AP).

Memorias de un Maldito

Jorge Verstrynge

1999

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La cúpula de AP – Pastor, Argos, Piera, Barroso, Gallardon – iba lentamente preparando las maletas para el ingreso en la UCD o, en su caso, la disolución. Pastor y Argos se estaban desmoralizando. No contribuyó a levantarles el ánimo que con ocasión de las siguientes elecciones municipales, ni siquiera hubiera candidato de AP a la alcaldía de Madrid, por lo que se pasó a apoyar a José Luis Álvarez de la UCD.

Saltó la noticia radiofónica de la dimisión de Félix Pastor como presidente de AP, a la que siguió una llamada de Fraga en la que me ordenaba: “Vuelva usted para acá a la mayor velocidad posible, usted y yo nos haremos cargo de esta cosa”. En el viaje de vuelta Argos y yo nos enzarzamos en una bronca monumental en la que me comunicó: “Dimitiré en cuanto lleguemos a Madrid”.

Pastor se dirigió a mí para decirme: “Has calentado a Fraga (no era cierto, Fraga se había ido calentando solo) y has hecho mal”. Después, ambos abandonaron la sed en compañía de Isabel Barroso y de Guillermo Piera.

Cuando Fraga anunció la convocatoria de un Congreso Nacional de AP para terminar de racionalizar la situación legal del partido y también su deseo de postularse a la Presidencia, por lo que había que buscar un nuevo secretario general. Fraga se limitó a decirme: “Bien, hay que buscar un nuevo Secretario General. Espero sugerencias”. Cuando bajé a mi despacho, confirmé mi decepción. Dos días después me visitó la entonces presidenta de Ciudad Real, Consuelo García Balaguer para explicarme que la mayoría de los presidentes provinciales apoyaban mi candidatura a la Secretaría General y que se lo comunicarían a Fraga. Una semana después en un despacho rutinario con Fraga éste me dijo: “Han llegado siete cartas pidiendo su candidatura a la Secretaría General, ¿lo está moviendo usted? “No lo estoy moviendo, pero estaba al corriente”.

En definitiva Fraga me tenía que agradecer de alguna forma el no haber cedido a las presiones de Argos y de Pastor y, finalmente porque tampoco abundaban los candidatos, no sólo porque para ocupar este puesto había que trabajar como un negro si se deseaba tener éxito, sino porque ante la opinión pública AP carecía de futuro.

11 Noviembre 1979

Fraga se lo monta

Francisco Umbral

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O sea que aquella mañana llegó Fraga subido en la formidable y espantosa máquina de Alianza Popular.-Un militante de base, como usted, no debiera utilizar la formidable y espantosa máquina para venir a la oficina -le reprendió Félix Pastor Ridruejo, que todavía era presidente de algo-. Debiera usted venir en autobús.

-Los autobuses, los microbuses, los carrilsólobuses y los medios de comunicación y transporte en general están orquestados por un Ayuntamiento rojo a cuyo carro de fuego jamás me subiré, porque según Donoso y blablablá -se enrollaba don Manuel.

-Le pierde a usted la grandeur, don Manuel, como a De Gaulle, que acaba de quedarse viudo de su viuda. No se trata de venir en carro de fuego a la oficina, para cuatro que somos aquí en Alianza, sino de tomar el bus, que eso hace democrático.

-Es que el bus apesta de pasotas y abortistas. Todos los pasotas venían abortando en el bus, mayormente por los frenazos. La calle es mía, pero tendré que acabar viniendo a esta oficina de salvar España subido en Donoso Cortés.

-Usted no repara en subirse encima de quien sea, don Manuel.

-Y usted me está pareciendo un revisionista, esta mañana. Hale, ya no es usted baranda, Pastor, que me he cansado de jugar a ser base. Ahora voy a ser el presidente interino de usted.

-Bueno -dice Pastor Ridruejo-, la política tiene sus reveses. Me pondré yo ahora de base interina, ya que no tenemos otra, pero le advierto, don Manuel, antes de retirarme a mis bases, que ha dejado usted mal aparcada la formidable y espantosa máquina.

-Que le den las llaves a Areilza, que le tengo uniformado de embajador/ abrecoches (son dos gremios que van casi iguales), y que lo aparque por su sitio.

-El conde dice que si usted le ha tomado por el portero de Bocaccio -redarguye Félix Pastor.

-Pues que me lo aparque Ruiz-Gallardón.

-Está en la guerra civil, de enviado especial.

-Esto es un mal rollo, Pastor. Tendré que ir esta tarde a las Cortes politicastras y caducas, a hablar para los cuarteles.

-Pues vaya usted a los cuarteles directamente, don Fraga.

-No me falte al respeto, Pastor, que parece usted Umbral y yo no soy el de la Cierva.

En estos párrafos estaban, largando cantidad, cuando llegó la grúa de Tierno, llena de grímpolas y gallardetes soviéticos, a multar a don Manuel y llevarse la formidable y espantosa máquina.

-¡Rojos, rojos, la calle es mía! -y don Manuel les daba a los gruarios con el portafolios, macizo de Balmes.

-No se ponga así con el Municipio frentepopulista, don Manuel -templaba gaitas Félix Pastor, desde la base.

-Me pongo como me sale de donde me rasco. Lo dije, lo dije: ya está aquí la horda antiespañola y la canalla moscovita.

-Son sólo los chicos de la grúa, don Manuel.

Fraga (a los reporteros de calle que han acudido a informar del caso): «La Casa de la Villa y el Kremlin han orquestado una campaña contra mi formidable y espantosa máquina de Alianza. Pero me trae flojo la carga y descarga democrática. La calle es mía y aparco donde quiero. Para algo soy presidente interino de mí mismo.» (Y posa napoleónida para nadie.)