14 febrero 2000

Estaba en el cargo desde el 16 de enero de 1987

Finaliza el mandato del francés Michel Camdessus como Director General del Fondo Monetario Internacional (FMI)

Hechos

El 14 de febrero de 2000 finalizó el mandato de Michel Camdessus como Director General del FMI, le reemplaza Horst Köhler.

Lecturas

El 14 de febrero de 2000 finalizó el mandato de Michel Camdessus como Director General del FMI, le reemplaza Horst Köhler.

06 Marzo 2000

Pelea en la cumbre

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Michael Camdessus, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante los últimos 13 años, abandonó anticipadamente su cargo a finales del año pasado. Hoy es el día en que los representantes de los principales países industrializados, los que mantienen la capacidad de decisión en el FMI, siguen sin ponerse de acuerdo sobre el candidato al puesto en el que recae parte de la responsabilidad en la vigilancia de la estabilidad financiera mundial.La tradición, sin respaldo formal alguno, establece que ese cargo lo ocupe un europeo, dejando a cambio la presidencia del Banco Mundial a un estadounidense. Los franceses lo han conseguido durante los últimos 22 años. Alemania ha querido ocupar ahora su turno proponiendo la candidatura de un antiguo funcionario del Banco Mundial y actual secretario de Estado en el Gobierno de Schröder, Caio Koch-Weser, respaldada formalmente, aunque sin entusiasmo, por los ministros de Finanzas de la UE. Pero no ha conseguido el visto bueno de Washington, socio mayoritario, que le considera falto de empuje político. Tampoco ha prosperado la iniciativa de un grupo de países en desarrollo a favor del actual director adjunto, el estadounidense Stanley Fischer. El tercero en discordia, el viceministro de Finanzas japonés, Eisuke Sakakibara, tiene un pedigrí mayor que el alemán, pero insuficientes apoyos a pesar de la simpatía de EEUU.

La Unión Europea reiteró el sábado, sin convicción, que se mantiene detrás de Koch-Weser. Washington, por su parte, afirma que está dispuesto a apoyar a un aspirante europeo, pero no menciona nombres. La solución a esta preocupante situación de interinidad va a depender en gran medida de la capacidad de los Quince para trasladar internacionalmente su supuesta unidad en asuntos económicos y financieros. Ello debería incluir la retirada del candidato alemán y la búsqueda de otro con atributos suficientes para encabezar la construcción del sistema de gobierno global que la economía mundial requiere.

27 Marzo 2000

Reformar el FMI

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Tras un penoso proceso de selección, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dispone ya de un director gerente, el alemán Horst Köhler, hasta ahora presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. La dimisión, en febrero, de Michael Camdessus, que ocupó el cargo durante los últimos 13 años, no tuvo correspondencia en la celeridad de los grandes para consensuar un candidato europeo, como exige la tradición. Las lógicas pretensiones alemanas de situar a uno de los suyos en una posición casi monopolizada por franceses tampoco se correspondió con el acierto en la selección del candidato inicial. Si alguna lección puede deducirse de este proceso es que han de cambiarse sus reglas.En sus decisiones básicas, el Fondo mantiene las líneas que presidieron su fundación y los largos años de la guerra fría, como agencia de uno de los bloques. De los más de 180 países que hoy lo integran, muchos participan en el proceso de globalización financiera y, en ocasiones, sufren sus consecuencias en mayor medida que los industrializados. Reclaman por ello el derecho a influir en la orientación del FMI y, desde luego, en sus decisiones para prevenir y gestionar las crisis. Importante es también la falta de coordinación de los europeos, inmersos en una dinámica de integración económica cada vez más explícita, pero manteniendo reflejos políticos del nacionalismo más rampante.

La tarea prioritaria que espera a Köhler es la legitimación misma de la existencia del FMI, cuestionada tanto por el Congreso estadounidense como por numerosas instituciones y operadores financieros. En ese empeño de legitimar la utilidad de la institución en una realidad bien distinta a la del último medio siglo, Europa debe contrapesar las pretensiones abolicionistas del otro lado del Atlántico. La reforma en profundidad del Fondo, atendiendo a la estabilidad financiera global y a su mayor coordinación con otras instituciones, debería presentarse como la prioridad inequívoca de su nuevo director.