Fracasa el primer intento de MARIE CLAIRE por penetrar en el mercado español con Lorenzo López Sancho como director

EL TEXTO CON EL QUE SE PRESENTÓ MARIE CLAIRE EN ESPAÑA (1-3-1977):

Acudo a buscar vuestra amistad, amigas y amigos, amparada en el prestigio de una hermana mayor francesa MARIE CLAIRE, nacida en Paris hace algunos años y perdonadme que en esto siga la femenina costumbre de no puntualizar. Yo, ya veis, me llamo también MARIE CLAIRE y ESPAÑOLA es mi apellido, del que me enorgullezco. Haciendo honor a mi nombre, me propongo ser María y Clara. Vale tanto como decir María sincera.

Hace siglos, Ly Kin se consideraba muy ingenioso al escribir: «Cuanod una mujer te hable, sonríele y no la escuches». No le hagáis el menor caso. Los tiempos de la misoginia han pasado y también aquellos en que para presumir de humor, un hombre de talento un tanto frívolo, es decir femenino para su época, Sacha Guitry, se permitía murmurar que ‘las mujeres honestas son inconsolables de las faltas que no han cometido». Mi sinceridad, me obliga a decir que aspiro a mucho más que a una sonrisa y que, como las verdaderas mujeres de hoy, de lo que no me consolaría sería de no atreverme, a no cometer todas las faltas que sean necesarias para, brindaros el propósito de que nuestra amistad sea renovadora vivificante, confidencial y sincera en todos los aspectos, es decir, clara.

No nos avergoncemos de ser mujeres. De querer ser bellas y atractivas, y no renunciemos a utilizar con libertad nuestra onteñigencia, a abrir diálogo constante para el que no nos abanderaremos ni a las falsas honestidades tradicionales ni a la febriles renuncias a nuestra propia naturaleza que bajo especie de liberación, muchas mujeres a las que tendemos los brazos abiertos hacen de lo mejor y más auténtico que podemos ser: mujeres.

Intentaré que conmigo salgan todos los meses a vuestro encuentro con ideas actuales, renovadas y renovadoras cuantas mujeres y hombres tengan algo positivo que decir, algo que nos impulse hacia adelante y nos permita entrar con pie seguro en los jardines antes prohibidos que nos aguardan.

Perdonadme si hoy cedo a la tentación de pareceros un poco pedante, pero necesito recordar aquella inteligente afirmación de Ortega y Gasset en el prólogo al libro de una mujer, Victoria Ocampo, en el que afirmaba que la gigante cosecha de la Corte papal de Avignon y del Renacimiento procedía integra de la audacia genial con que unas damas de Provenza afirmaron una nueva actitud ante la vida.

Todo nuestro programa se quede en el propósito de ser, como ellas, pero en el dinamismo de nuestro tiempo, inspiradoras de una cosecha de libertad moral, de nueva comprensión, de maneras mejores.

En primer número nuestro, sea considerado como la encrucijada en la bifurcan algunos de los caminos que con vosotras y vosotros, nuestros amigos, os invitamos a recorrer en las páginas desde hoy y puntualmente, os brindamos.

MARIE CLAIRE.