23 abril 1941

Grecia se rinde ante Alemania e Italia: Su primer ministro Alexandros Korizis, se suicida

Hechos

El 23 de abril de 1941 Grecia capituló.

Lecturas

En 1936 comenzó la dictadura de Metaxas.

El ejército griego capituló este 23 de abril de 1941  tras haber ofrecido una encarnizada resistencia a las tropas alemanas, que invadieron el país el 6 de abril.

El Reich justifico su invasión – coincidente con la ofensiva lanzada contra Yugoslavia – argumentando que los británicos habían desembarcado previamente en Creta y en Grecia continental.

La llegada de los soldados ingleses respondió a una petición de ayuda formulada por el presidente del Consejo griego, Alexandris Korisis, ante la masiva concentración de tropas alemanas en la frontera. A pesar de la eficaz resistencia que opuso, sobre todo en la línea defensiva Metaxas, el ejército griego ha sido aplastado por la maquinaria militar alemana. Ante la derrota, Korisis se suicidó el 18 de este mes; el hecho fue utilizado por la propaganda alemana para difundir, con sus métodos habituales, la falacia de que el presidente del Consejo había sido asesinado en la embajada británica en Atenas.

En 1946 volverá a ser restaurada la monarquía en Grecia. 

El Análisis

Grecia cae, pero no se rinde

JF Lamata

El 23 de abril de 1941 Grecia capituló ante las tropas del Eje. Tras meses de resistencia heroica contra la invasión italiana primero y contra la maquinaria alemana después, el país heleno sucumbió a la superioridad militar de Hitler y Mussolini. La rendición no solo marcó el inicio de una ocupación brutal que devastaría Grecia durante cuatro años, sino también un drama político: el rey Jorge II y su gobierno partieron al exilio, primero a Creta, luego a Egipto y más tarde a Londres, para mantener viva la legitimidad de la nación griega desde fuera de sus fronteras.

En medio de aquel caos destaca el trágico papel del primer ministro Alexandros Korizis. Nombrado tras la muerte de Ioannis Metaxás en enero de 1941, heredó la responsabilidad de encabezar al país en los momentos más oscuros de la guerra. Cuando la caída se hizo inevitable y el cerco alemán sobre Atenas era inminente, Korizis no soportó la presión: el 18 de abril, apenas cinco días antes de la capitulación formal, se quitó la vida en su despacho. Su muerte simbolizó el derrumbe de un Estado acosado por enemigos externos y atrapado por su propia fragilidad interna.

La ocupación que comenzaba ese 23 de abril sería una de las más duras de Europa: hambre, represión, deportaciones y la división política que incubaría la posterior guerra civil. Pero la caída no significó la desaparición de Grecia. Su rey y su gobierno en el exilio mantuvieron el hilo de continuidad institucional, mientras en la propia tierra ocupada empezaban a organizarse las primeras resistencias. Grecia capituló militarmente, pero en la memoria de Europa quedará que fue uno de los pocos países que osó decir “no” a Mussolini y resistir durante meses al poderío nazi.

J. F. Lamata