1 marzo 1998

LA BANCA defiende que el 'agujero' de Banesto fue una invención inventada por el Banco de España de Mariano Rubio y Luis Ángel Rojo para entregar los activos de Banesto a Emilio Botín

Josep Manuel Novoa crea la publicación LA BANCA como una herramienta de ataques al Banco Santander y de defensa al Banesto de Mario Conde

Hechos

En marzo de 1998 se publica el primer número de LA BANCA, una publicación editada por D. Josep Manuel Novoa Novoa.

Lecturas

LA BANCA está creada por una empresa llamada DEFCON de D. Josep Manuel Novoa Novoa, cuyos enemigos consideran que puede ser el anagrama de ‘Defensa de Mario Conde’, cosa que el Sr. Novoa Novoa (exgerente de EL CORREO CATALÁN pujolista).

El organigrama de LA BANCA tiene al propio D. Josep Manuel Novoa Novoa como editor, a D. Amador Contreras Casas como ‘Presidente de Honor’, a D. Pau Valero Riera como ‘Director’, a D. Fernando Moreno Pardo como responsable de la ‘Dirección Jurídica’. Hay un Consejo de Redacción formada por D. Josep Manuel Novoa, D. Antonio Panea y D. Fernando Moreno. Y la Redacción está formada D. Eulalia Tamames y D. Josep María Estapá. Su principal accionista, según la revista era el propio Sr. Novoa, al que luego se sumó D. Josep Junyent.

UN ENEMIGO CLARO: EMILIO BOTÍN.

Las portadas de LA BANCA dejaban claro cuál era el enemigo de la publicación: el Banco Santander y su presidente, D. Emilio Botín, así como el resto de sus directivos con D. Alfredo Sáenz a la cabeza. El otro gran enemigo era el Banco de España, su Gobernador D. Luis Ángel Rojo, considerado un mero esbirro al servicio del Banco Santander. El principal objetivo de LA BANCA era demostrar que la intervención de Banesto realizada por el Banco de España el 28 de diciembre de 1993 para destituir a D. Mario Conde y a toda su directiva se hizo, según la publicación, basada en falsedades con el objetivo de entregar Banesto al Sr. Botín.

LA BANCA dio amplio eco a las denuncias de D. Rafael Pérez Escolar (exconsejero de Banesto en la etapa de D. Mario Conde) contra D. Emilio Botín y D. Alfredo Sáenz.

DEMANDA PÍRRICA

El Banco Santander demandó a LA BANCA por atentar contra su honor y la publicación condenó a la publicación a pagar 1 euro de indemnización al banco. Una condena tan pírrica que la publicación la consideró un triunfo moral.

LA TEORÍA DEL BANCO DE VALLADOLID

La publicación LA BANCA también defendió la teoría de que la intervención del Banco de Valladolid realizada durante el Gobierno de D. Adolfo Suárez fue una conspiración contra el presidente de esta entidad D. Domingo López Alonso, la versión que siempre mantuvo este, que utilizó esta publicación para reafirmar su tesis.

 

 

19 Febrero 1999

Banesto y el bucle del agujero ficticio

Jesús Cacho

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Junta General de Banesto, martes 16 de febrero. Una mesa imponente, impresionante Sáenz con su estado mayor, allá arriba, separado del mundanal, rodeado de sus fieles, Menéndez, Merodio, Cantarero, Corral, triunfador Sáenz cerrando el círculo de la triste historia de un banco grande devenido en mínimo por la incapaz arrogancia de unos y la rapaz voracidad de otros, final de ciclo, the end, se acabó, Banesto definitivamente sano… ah, pero, ¿alguna vez estuvo enfermo? ¿Fue tan grave el achaque como para voltear ahora campanas de gloria, o todo fue una tormenta en tubo de ensayo por importe de 605.000 ficticios millones de pesetas?

No estaba a la vera de Sáenz, reina por un día, el nuevo jefe operativo de la Cosa Fusionada, Angel Corcóstegui, que se había buscado un oportunísimo viaje a Barcelona para no asistir, de modo que la plática de Sáenz hablando de brillantes planes de futuro parecía el ejercicio en el alambre del trapecista dispuesto a caer en la red del que realmente va a partir el bacalao, retórica vacía de un poder que ahora anida en otros lares.

Monitorizando el tinglado, ojo avizor, Luis Abril, el hombre que se va a encargar de la comunicación del nuevo BSCH. Que Emilio Botín haya consentido que Corcóstegui ocupe ese puesto clave con un hombre de su confianza (otro ex Vizcaya, a quien ya quiso fichar para el BCH hace poco más de un año) podría indicar dos cosas: que se ve tan sobrao de mando que no le importa que su nuevo segundo maneje la imagen del BSCH, o que realmente ha tirado la toalla y acepta que un día un menestral Corcóstegui reemplace en la Presidencia al apellido Botín. De momento, las relaciones entre Abril y Sáenz se han enfriado, literalmente congelado, a consecuencia del salto protagonizado por el primero. Cuentan que Sáenz, en su círculo íntimo, califica el cambio de «traición».

Final del saneamiento de Banesto. Cierre del bucle que empezó un 28 de diciembre del 93. El milagro Sáenz está servido. Sin embargo, algunas sombras parecen empeñadas en cuestionar tan aparentemente meritoria labor, sombras como fantasmas que vagan por los tribunales -de momento, con escaso éxito- poniendo en solfa el prodigio y asegurando que el agujero de Banesto fue, cuando menos, artificialmente inflado, y que la nueva gerencia recuperó la mayor parte de los supuestos fallidos, y casi siempre por partida doble.

La intervención de Banesto diagnosticó que los males del banco se debían a un agujero, provocado por créditos dañados, que cuantificó en 605.000 millones de pesetas, que sólo el tiempo, auténtica prueba del nueve, determinaría si eran realmente incobrables. Para ayudarlo a salir del atolladero, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) (además de conceder un crédito de 315.000 millones de pesetas) compró a Banesto activos dañados por importe de 285.000 millones de pesetas, que en el mismo acto revendió al banco al precio de una peseta (en unos casos) o al fijado como valor efectivo por el propio banco (en otros).

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Una filial para enmascarar el saneamiento

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Para gestionar esos créditos recomprados, Banesto utilizó una filial constituida en 1974 y a la que previamente cambió de nombre y de objeto social. En pleno verano del 94, el banco traspasó por primera vez activos (hasta 315.000 millones contabilizados a 30 de septiembre) a esa filial, SCI Gestión. Posteriormente, Banesto decidió legalizar la operación pidiendo autorización al Banco de España para crear una sociedad, no consolidable, a la que cedería los activos dañados, solicitud que el BE atendió en noviembre de dicho año.

El 31 de diciembre del pasado año, el proceso culminó con la disolución de SCI Gestión, una sociedad que ha servido como artificio para evitar que el posible recobro de créditos dañados dejara en evidencia la real dimensión del agujero, desacreditando las causas de la intervención que acabó con Mario Conde.

Lo más grave, con todo, es que Banesto ha recuperado, a veces por partida doble o incluso triple (por la venta al FGD; como receptor de los activos de SCI Gestión, y por la amortización posterior de los préstamos por los deudores) gran parte de los activos que consideró dañados a la fecha de intervención.

Así, según escritura de fecha 31 de mayo del 94, ante el notario de Madrid Antonio Pérez Sanz, el FGD adquirió un crédito de la empresa Grúas Andaluzas S.A. por importe de 75.549.880 pesetas, que en el mismo acto revendió a Banesto por 1 peseta, asumiendo con dinero público una pérdida de 75.549.879 pesetas. Pues bien, el 15 de diciembre de 1995 y ante el notario de Murcia Antonio Yago, Grúas Andaluzas pagó a Banesto principal, más intereses y costas.

En la misma escritura figuran dos créditos contra los ayuntamientos de Illueca y de Lora del Río, que el FGD compró por 30.494.027 y 134.331.176 pesetas, respectivamente. Simultáneamente el Fondo los revendió a Banesto por 8.757.117 y 43.331.176 pesetas, asumiendo unas pérdidas de 112.734.910 pesetas, que meses después, con dinero público de ambas corporaciones, Banesto volvió a recobrar.

Según consta en escritura de 31 de mayo de 1994, el Fondo adquirió dos créditos contra Levitt-Bosch Aymerich S.A. por importe de 254.685.031 y 1.605.047.476 pesetas, que simultáneamente revendió a Banesto por 1 peseta, asumiendo unas pérdidas de 1.859.732.505 pesetas. Pues bien, estos riesgos fueron pagados íntegramente el 17 de junio de 1994 por la firma Casas de Batllori, que había comprado la empresa deudora.

En escritura de fecha 21 de julio del 94, el Fondo se hizo propietario de un crédito contra Comuna S.A. por importe de 211.415.521 pesetas, que simultáneamente revendió a Banesto por 20.015.521 millones, con una pérdida de 191.400.000 millones. Con posterioridad (21 de abril del 95), Banesto cobró, según consta en escritura pública, garantizando la totalidad de la deuda más intereses. Como en los casos anteriores, Alfredo Sáenz se cobró dos veces.

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¿Devolverá Botín dinero al FGD?

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Son botones de muestra de lo que podría muy bien ser calificado como una gran estafa y/o una monumental malversación de caudales públicos. Naturalmente, no recobra Banesto sino SCI Gestión, aunque con personal de Banesto, puesto que los tres empleados, tres, con que contaba esa gestora nunca hubieran podido hacer frente a tan pantagruélica labor. Pero Banesto tuvo buen cuidado en ocultar a los deudores que ya no era titular legítimo de los créditos que judicialmente reclamaba, al haberse producido su cesión y venta a SCI Gestión, lo que ha motivado un sin fin de demandas judiciales, muchas de las cuales lleva el abogado alicantino Antonio Panea.

¿Dónde estaba el Banco de España? En todas las operaciones de saneamiento emprendidas con anterioridad por el FGD se incluía una cláusula de salvaguardia que obligaba al banco apoyado a devolver las cantidades en exceso que lograra recuperar. En el caso Banesto no se hizo nada parecido. Se entregaron 285.000 millones y todo el mundo se lavó las manos. Angel Rojo hizo más: echó el cierre al propio FGD, seguramente para hacer desaparecer testigos incómodos o por aquello de que muerto el perro, se acabó al rabia.

Esta es la verdad del agujero Banesto y de la gran hazaña de su saneamiento. Ya el Tribunal de Cuentas, a finales de septiembre pasado, dio un tirón de orejas al Banco de España, al que reprochó su falta de verificación de esta crisis. Lo cierto es que el señor Botín tendría que devolver al FGD no menos de 100.000 millones de pesetas. ¿Alguien le obligará a hacerlo? Silencio. Recitan los altavoces: «Sáenz cierra con éxito el plan de saneamiento». La verdad oficial es tan fuerte que anula la realidad.

El 21 de noviembre del 94, Botín regaló a los administradores de Banesto 6 millones de acciones, que han llegado a alcanzar un valor de 15.000 millones de pesetas (3.020 las de Sáenz). Botín siempre paga con largueza.

01 Marzo 1999

La tapadera del agujero

Josep Manuel Novoa

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El Banco de España, según su propio reglamento, no está facultado para exigirle a una entidad bancaria que devuelva las quinientas pesetas que reclama un usuario de los servicios de banca, pero, en cambio, sí tiene la facultad de destituir al consejo de administración de un banco. Quien puede lo más, puede lo menos. No deja de ser un síntoma de la incongruencia que domina la casa, pero ¿quién controla al Banco de España? Nadie absolutamente nadie.

Es a partir de este descontrol donde se genera el núcleo de las irregularidades que invaden la actuación de la cúpula de esta institución. Mariano Rubio y Luis Ángel Rojo han aplicado una incongruente receta para el tratamiento de lo que llaman ‘crisis bancaria’, movilizando cuantiosos fondos públicos y desarmando a los accionistas de estos bancos de sus legítimos derechos.

Una entidad bancaria no deja de ser una sociedad mercantil anónima. El Código de Comercio ya tiene establecido el mecanismo para salvaguardar los intereses de las partes cuando la insolvencia de una entidad es transitoria, recurriendo a la suspensión de pago o, si es definitiva, a través de la quiebra. Lo único que debe de garantizar el Estado es el depósito de los clientes, por algo se llama Fondo de Garantía de Depósitos en Entidades Bancarias, la institución creada para tal efecto, para garantizar los depósitos de los clientes ante posibles crisis.

En el derecho concursal ya están establecidos los mecanismos de actuación salvaguardando la equidad del procedimiento, el Fondo de Garantía sería un acreedor más. Los interventores, síndicos y comisario están sujetos a un procedimiento judicial para resolver la transitoria o definitiva insolvencia. ¿Por qué demonios el Banco de España prescinde de este procedimiento más que inventado? La respuesta está en lo que puede acreditarse en la intervención del Banco de Valladolid, sin olvidarnos de la más reciente en Banesto que de ‘agujero’ nada de nada.

Josep Manuel Novoa

01 Julio 1999

La Banca no es Conde, ni se esconde

LA BANCA

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Desde la información publicada por el semanario TRIBUNA que en estas páginas dimos cuenta, en la que se nos vinculaba editorialmente en la cuerda de Mario Conde, las conjeturas, término empleado por TRIBUNA, no han hecho más que crecer.

Coincide esta rumorología con la información que en LA BANCA se está difundiendo sobre la situación patrimonial y tributaria del Banco Santander, hoy BSCH. Hay quien especula que se debe a una confrontación de titanes, Conde versus Botín. Desde LA BANCA y de una vez por todas, queremos dejar las cosas en su sitio. LA BANCA no es Conde, ni se esconde.

Las dos negaciones son ciertas. Mario Conde es un protagonista de la información, y como tal, así lo contemplamos. Si desde esta publicación, nos hemos posicionado en sostener que la intervención de Banesto por el Banco de España deja mucho que desear, es porque argumentos no nos faltan. Han sido precisamente argumentos documentales los que han apuntalado nuestra posición. Somos conscientes que este posicionamiento es a contracorriente, pero así y todo, no nos hemos escondido, hemos dado la cara y la seguimos dando.

Si no está Conde, ¿quién está detrás de LA BANCA?. Esta pregunta nos ha sido mil veces formulada, y la respuesta siempre ha sido la misma ‘nosotros’: gente sin ninguna alcurnia y con alguna prosapia, simple y llanamente, gente normal y con pretensiones de querer saber. Ningún misterio. Quizás para aquellos que están interesados en saber quien hay detrás del papel que se escribe, esta realidad les suponga una decepción.

No nos rodea ningún halo y no es falsa modestia, nos hemos considerado siempre, en el sector de la comunicación los últimos de la fila, sin ninguna pretensión más allá que la de hacer lo mejor posible nuestro trabajo. Vivimos, mejor dicho, nos ganamos el sueldo, del resultado de la venta de los ejemplares publicados.

El día en que los lectores no tengan más interés en lo que publicamos, LA BANCA se habrá acabado, y a ‘nosotros’ nos quedará el activo de una experiencia sensacional.

Mientras tanto y para posicionarnos, quizá lo debiéramos haber dicho antes, dejaremos en lugar visible, por debajo de nuestra cabecera, una leyenda, anticipando que no es cosecha propia, sino que ha sido extraída de la Memoria de la Fiscalía Anticorrupción, pero que por su idoneidad desde hoy nos apropiamos de ella. Dice así “Es necesario avanzar hacia un orden económico y social justo, en el que políticos y funcionarios, lejos de patrimonializar el poder, actúen exclusivamente en favor de los ciudadanos”.

Las batallitas o duelos de titanes nos traen sin cuidado, no somos moneda de cambio, sólo pretendemos avanzar por un cambio social justo. LA BANCA no es de Conde ni se esconde.

01 Agosto 1999

El peaje del pillaje

Josep Manuel Novoa

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Desde estas páginas hemos sostenido unos argumentos sobre lo acontecido con la intervención de Banesto por el Banco de España. Cierto es que hemos desgastado páginas y páginas sobre el tema, no obstante, es el hecho más destacado de la historia financiera de este país. En definitiva, hemos procurado establecer la exposición de las ideas basadas en documentos que las sostienen.

El ’ya lo dijimos’ puede parecer una letanía. Pero ya lo dijimos en la edición de LA BANCA del mes de julio del pasado año, el diagnóstico de la situación de Banesto es erróneo y l oes interesadamente. El déficit patrimonial de Banesto, háganse como se hagan las cuentas, siempre da el mismo resultado, entre 150.000 y 160.000 millones de pesetas. Este ‘agujero’, para seguir con la misma terminología de los interventores designados por el Banco de España, podría ser perfectamente asumido por las reservas del banco. Aquí paz y allá gloria. Los accionistas habrían perdido lo que tenían que perder, y después de un ejercicio bien otro.

Pero la solución aplicada fue diseñada por los tiburones, el agujero al por mayor y los fondos públicos la panacea. El ¿Qué me pasa doctor? Tuvo como respuesta, está Ud. Muy mal. Y así con un diagnóstico de estar por casa y de un plumazo, muerto el perro muerta la rabia. El botín da para todos, a los funcionarios públicos se les recompensa con el 1% del capital del banco, pero la generosidad está condicionada a un silencio y complacencia a lo que se les diga por un plazo de 10 años. Hasta entonces no pueden hacer suya la parte del botín.

Sería ingenuo el creer que con esta ‘mordida’ a los que tienen que diagnosticar, Emilio Botín remata el ‘pelotazo’. Esto es sólo parte del pillaje, mejor dicho, del peaje. En lista de espera podrían estar toda una pléyade de influyentes: lo que lo aprueban políticamente, los que miran para otro lado,  los que quieren su parte en el festín, los mariachis, los que tocan el violón, a todos ellos don Emilio les podría tener que rendir tributo de complicidad que garantiza el silencio.

A estos, que por lo dicho son tropa, don Emilio les ‘aparta’ por compromisos el 24% del capital de Banesto. El 1% de los Sáenz and family, es el chocolate del loro (una tableta que vale 15.000 millones). Los del pellizco del 24% es otra historia. Para no indigestar, ya que el atracón es de categoría lo dejaremos para otra ocasión. Prometemos explicarlo.

Josep Manuel Novoa

02 Diciembre 1999

La realidad disfrazada

LA BANCA

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Con anterioridad a la intervención de Banesto por el Banco de España, hubo otra intervención sonada, que fue la de Banca Catalana. El diagnóstico de la inspección del banco emisor fue el mismo: desequilibrio patrimonial de la entidad intervenida. Pero, para igual diagnóstico, la receta fue diferente. Mientras que en Banca Catalana se redujo el capital social a una simbólica peseta y se ofreció la oportunidad a los accionistas de participar en una ampliación de capital, en la intervención de Banesto no se hizo así.

El Plan de Saneamiento de Banesto que se presentó a los accionistas, partía de la premisa de una dicotomía, ‘lo tomas o lo dejas’, que es el equivalente de ‘apruebas el Plan o vamos a la quiebra’. Bajo esa tesitura no había alternativa, el ‘plan’ estaba aprobado incluso antes de exponerlo a la Junta General de Accionistas porque además Sáenz representaba a más de 80% de capital con derecho a voto.

Es consecuencia, un plan de salvamento sustituyó al de saneamiento. A partir de este momento se cerraron las puertas para la ortodoxia y nada de los que se hizo tuvo como referente la anterior intervención de Banca Catalana.

La realidad empezó a ser disfrazada, los créditos calificados de ‘dañados’ se sustrajeron de la contabilidad del banco, bajo la cortina de una sociedad instrumental rescatada de las participadas, de nombre SCI Gestión, con el fin de obtener la autorización por el Banco de España de que no consolidara.

En este marco de oscuridad total, los créditos “dañados” lo dejaron de ser, no sin antes haber recibido una subvención estatal por 285.000 millones de pesetas.

La Corporación Industrial y Financiera de Banesto, otro de los pilares donde la intervención sustentaba parte del ‘agujero’ de los 605.000 millones de pesetas, fue desinvirtiendo participaciones hasta vaciar sus activos. El criterio contable fundamentalista de haber aplicado una minoración al valor de las participaciones sólo duró un ejercicio.

En definitiva, 121.000 millones de pesetas desaparecieron del balance de la Corporación y nunca más volvieron a él. Así y todo acabaron aflorando en la Memoria del Banco Santander 423.000 millones del fondo de comercio que Banesto había generado en tal sólo cuatro años de su presunta quiebra.