Juan Balansó reprocha al Duque de Cádiz, Alfonso de Borbón Dampierre, que siga presentándose como aspirante al Trono

Las manifestaciones de don Alfonso de Borbón a una revista madrileña no valdrían más que el piadoso silencio que como primo de Su Majestad el Rey su persona me merece. Desde un punto de vista histórico, si cabe, empero salir al paso de los confusionismos que deliberadamente introduce y puntualizar lo siguiente.

1- D. Alfonso de Borbón no es miembro de la Familia Real española (si no un pariente más del Rey), pues su padre, el Infante Don Jaime, renunció a la sucesión dinástica, por sí y por sus descendientes, cuando aún era soltero y no había perjuicios a terceros. En consecencia, don Alfonso y don Gonzalo de Borbón Dampierre no han sido desposeídos de ningún derecho, sino que nacieron ya sin él. Su propio abuelo, Alfonso XIII, lo manifestó explícitamente e incluso ordenó, siendo presidente de la Sociedad de Protectores del Almanaque Gotha, que se inscribiesen estos nietos con el tratamiento de ‘Excelentísimos señores’ en las páginas del prestigioso anuario, para dejar bien sentado que no les correspondía por nacimiento el ‘Alteza Real’. Por otra parte, la actual Constitución española, en su artículo 57, reconoce a Don Juan Carlos como ‘heredero legítima de la dinastía histórica’ ratificando si cabe, con ello, las renuncias de los hijos mayores de Alfonso XIII. La ambigua postura del duque de Cádiz resulta a estas alturas tan ridícula como inadmisible.

2- Don Alfonso de Borbón tampoco es jefe de ninguna Casa de Borbón, por la sencilla razón de que la existencia de tal ‘Casa Real’ no pasa de ser una entelequia. Se puede hablar de Casa de Francia, de Casa de España, de las Dos Sicilias, Parma, Luxemburgo o Brasil, cuyos jefes son descendientes de Hugo Capeto, fundador de la raza capetina entronizada en Francia en el siglo X y que tantos Monarcas ha dado a la historia. Pero los Borbones – como los Valois, los Angulema, los Orleans – no pasaron de ser más que una de las ramas de la descendencia de Hugo Capeto que ocuparon el Trono. Podría hablarse, en todo caso de ‘familia Borbón’, pero la jefatura familiar, suponiendo que pudiese ser hoy tomada en serio como dignidad distinta a la jefatura dinástica, jamás ha dado preferencia a la rama mayor. Pongamos un ejemplo: el finado duque de Windsoe primogénito de su familia, fue, tras su explícita renuncia, un simple súbdito del a segunda rama de la Familia Real británica representada por su hermano Jorge VI y más tarde por su sobrina Isabel II. Y, desde luego, jamás tuvo la ocurrencia de titularse ‘jefe de la Casa Windsor’…

3- Deliberadamente no quiero entrar en el tristísimo tema del Toisón de Oro inventado para el Infante Don Jaime y que tanto ridículo internacional le suscitó. Pero sí quiero advertir al duque de Cádiz que obra en mi poder la documentación Kucharski que puede ser publicada y que pone en evidencia las especulaciones de que en tan variados órdenes y por tantas gentes sin escrúpulos fue víctima su desgraciado padre, en cuyo descargo siempre podría aducirse su condición de disminuído, circunstancia que no concurre en su hija.

Juan Balansó.