8 octubre 2007

El diario EL MUNDO vuelve a atizar a PRISA alineándose indirectamente con Zapatero y LA SEXTA

Cebrián (PRISA) acusa a ‘los brujos visitadores’ de LA SEXTA de querer ocupar el espectro mediático con su influencia en Zapatero

Hechos

El 8.10.2007 D. Juan Luis Cebrián pronunció una conferencia sobre la situación de los medios de comunicación en el Foro Vodafone.

Lecturas

JUAN LUIS CEBRIÁN (CEO DE PRISA) DENUNCIA A LOS ‘BRUJOS VISITADORES’ DE LA MONCLOA


JOSÉ MIGUEL CONTRERAS (CEO DE LA SEXTA) «PARA CEBRIÁN ES AMIGUISMO TODO LO QUE NO LE FAVORECE A ÉL»:


LOS PRESUNTOS ‘BRUJOS VISITADORES’

miguel_sebastian D. Miguel Sebastián, Jefe de la Oficina Económica de la Moncloa.

contreras D. José Miguel Contreras (Consejero Delegado de LA SEXTA y socio fundador de Globomedia)

ferreras D. Antonio García Ferreras (Director General de LA SEXTA y ex director de la Cadena SER).

miguel_barroso D. Miguel Barroso (Ex Secretario de Estado de Comunicación y pareja de Dña. Carme Chacón)

14 Octubre 2007

Cebrián contra los brujos visitadores

Casimiro García Abadillo

Leer
Fuentes solventes no ocultan el «malestar» de Zapatero con el discurso de Cebrián, pronunciado, dicho sea de paso, en presencia de un atónito José Blanco, su mano derecha en el partido

Zapatero nunca ha tenido química con Cebrián. Desde el principio. Ya en su primer encuentro, nada más ser elegido secretario general del PSOE, las cosas no funcionaron. El nuevo líder socialista no soportó el aire de superioridad del ex director de EL PAÍS, su arrogancia.

Antes de ganar las elecciones de 2004, el secretario general del PSOE dio un giro radical a la política de su partido; que no sólo afectó a la tradicional relación de compadreo con PRISA, sino -más relevante- que supuso romper con los viejos asuntos ligados con la guerra sucia. Vera y Barrionuevo se quedaron sin el paraguas económico del partido para su defensa y sin su respaldo moral, para disgusto de Felipe González.

Zapatero hizo su equipo y prescindió de la vieja guardia, lo que en los cuarteles generales del imperio Polanco fue interpretado como una prueba de «inmadurez». De hecho, en las elecciones de 2004, Cebrián no daba un duro por la victoria del PSOE.

Con el tiempo, las cosas no han ido a mejor, sino todo lo contrario. La prueba más evidente del enconamiento en la relación entre el consejero delegado del Grupo PRISA y el presidente del Gobierno se produjo el pasado lunes. En una agria intervención pública, Cebrián llamó «brujos visitadores de La Moncloa» a los amigos de presidente; léase los promotores de Mediapro, LA SEXTA y PÚBLICO. No contento con ello, también lanzó sus dardos contra Miguel Sebastián, ex asesor económico del presidente, al que acusó, sin dar su nombre, de querer cambiar la propiedad del BBVA y de Endesa. Y por último, arremetió, también sin nombrarlo, contra una persona de su círculo más íntimo, Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación, a quien endosó los «fallos» en la política de comunicación del Gobierno.

Los que le conocen bien saben que Zapatero soporta mejor las críticas a sí mismo que las andanadas contra sus amigos. Por esa razón, fuentes cercanas al presidente piensan que la intervención de Cebrián fue calculada para hacerle el mayor daño posible.

Fuentes solventes no ocultan el «malestar» de Zapatero con el discurso de Cebrián, pronunciado, dicho sea de paso, en presencia de un atónito José Blanco, su mano derecha en el partido.

«Si Zapatero gana las próximas elecciones, a Cebrián no le va a ir muy bien», señalan en las cercanías de Moncloa.

La gran duda es si el consejero delegado de PRISA informó con detalle de su intervención a Ignacio Polanco, presidente del grupo, o bien actuó por su cuenta. El hijo del fundador del imperio mediático es persona poco dada a las salidas de tono aunque, por supuesto, está muy preocupado por los efectos en la cuenta de resultados de la guerra del fútbol, que ha hecho caer las acciones de Sogecable (la sociedad que explota los derechos de los clubes).

Los bancos de inversión estiman que los daños infligidos a Sogecable por la refriega con Mediapro (que ha tenido lugar al principio de temporada, cuando se captan la mayoría de nuevos abonados) pueden suponer un recorte del 30% en su beneficio operativo. A los precios actuales, el mercado de la televisión de pago sólo es rentable para un monopolio, posición que PRISA creía asegurada, y más con el PSOE en el Gobierno.

El primero en clamar por un armisticio en esta cruel escaramuza, en la que se juegan miles de millones de euros y que podría llevarse por delante a uno de los dos contrincantes, o incluso a los dos, fue Felipe González cuando, durante el acto en homenaje a Jesús Polanco, habló de las consecuencias del «fuego amigo».

PRISA y el PSOE se necesitan. Ese es el drama. El partido de Zapatero difícilmente ganaría unas elecciones con EL PAÍS, la SER y CUATRO jugando claramente en su contra. «Cada editorial crítico con la política de Zapatero de EL PAÍS» -se jactan en Miguel Yuste- «supone la pérdida de muchos votos para los socialistas».

Pero, en su contrario, PRISA también necesita al PSOE. O, más exactamente, que el PSOE gobierne. Sería aburrido hacer la lista de favores que los socialistas han hecho al grupo que durante muchos años capitaneó una bicefalia empresarial (Polanco) e ideológica (Cebrián).

El problema para Zapatero tiene difícil solución. Debe tratar bien a EL PAÍS, cuyo máximo defensor en el Gobierno es el ministro Rubalcaba, aunque no el único. Y, por otro lado, necesita desligarse de esa dependencia, para lo cual le viene muy bien contar con un grupo que le toque las narices, como ahora ocurre con sus amigos de Mediapro.

¿Se van a arreglar las cosas? No es probable. Es verdad que el auto dictado el pasado día 9 por el Juzgado número 36 de Madrid supone un cese de hostilidades que da un respiro a Sogecable, pero en Mediapro están seguros de que se van a reproducir.

Cebrián, al igual que subestimó a Zapatero, ha ninguneado a Jaume Roures, un outsider que juega a ser el niño terrible del panorama mediático español.

En previsión de tiempos peores, en PRISA preparan ya su arma de destrucción masiva contra Roures y los suyos. Hasta ahora no han hecho más que utilizar fuego de artificio. Se ha hablado en sus medios de la insostenible situación financiera de Mediapro (cuyos «compromisos de pago por derechos superan 70 veces sus fondos propios», según titular de EL PAÍS) o de su enrevesada estructura accionarial, radicada en un paraíso fiscal («una productora catalana con acento holandés», según bautizaba CINCO DÍAS a Mediapro).

Sin embargo, el poderoso Grupo PRISA aún no ha echado mano de material pesado. «¿Quién le aconsejó a Juan Abelló entrar en el capital de Imagina -sociedad cabecera del grupo de Roures-? ¿Por qué los bancos están dispuestos a financiar la compra de derechos por unos 3.000 millones de euros a una sociedad en pérdidas? ¿Se han pagado comisiones a algunos presidentes para lograr la cesión de derechos de sus clubes?

En Mediapro no se inmutan. Consideran que las dudas sobre su situación patrimonial forman parte de la «basura» que destila el grupo competidor.

Los más prudentes apuestan por una etapa de paz hasta las elecciones de marzo. Parece evidente que ni a Mediapro ni a PRISA les interesa que pierda el PSOE.

Sin embargo, torpezas como la cometida por Cebrián el pasado lunes no hacen sino echar por tierra los esfuerzos de los que claman por atizarle al PP y a Rajoy, y «después, ya veremos».

Pero también es cierto que Cebrián es consciente de que, si gana Zapatero, sus días al frente del Grupo PRISA están contados.

Y ese es un factor ya de por sí desestabilizador, que juega en contra de los que, como el ministro del Interior, claman por la paz mediática, al menos hasta el próximo mes de marzo.

El pasado 2 de septiembre, EL PAÍS publicó una larga entrevista con el presidente. El director del diario le preguntó por la guerra del fútbol. Zapatero le contestó: «Rubalcaba no me permitiría que dijera que entiendo de fútbol. Por tanto, voy a decir que no entiendo mucho de fútbol, más que nada porque, si no, Rubalcaba me dará duro. Y de derechos de fútbol entiendo menos. Yo lo único que deseo es que los intereses de los ciudadanos que quieren ver el fútbol se respeten y que haya paz. Ese es mi deseo».

Conociendo lo que conocemos, no me dirán que la respuesta no tiene retranca.

Casimiro García-Abadillo

El Análisis

OJO A LA REFERENCIA DEL BBVA

JF Lamata

Lo más interesante de la intervención de D. Juan Luis Cebrián no fue que aludiera a los ‘brujos visitadores’ en un discurso que no dejaba de ser una declaración de guerra oficial a Mediapro/Imagina/LA SEXTA que venía adelantada por el reportaje de EL PAÍS sobre ‘Fuego Amigo’.

Lo más interesante es que como ejemplo para atacar al zapaterismo incluía el intento de cambio accionarial en el banco privado BBVA. Es decir, una alusión directa al intento de Sacyr Vallehermoso de quedarse con el banco de D. Francisco González. El Sr. Cebrián estaba insinuando claramente que aquella operación había sido diseñada por el zapaterismo (acaso por D. Miguel Sebastián). Lo cual no deja de ser digno de reflexión.

J. F. Lamata