6 mayo 1988

La nueva revista semanal competirá directamente con TIEMPO, revista que Lago había dirigido hasta hacía apenas un año

Julián Lago funda la revista TRIBUNA de Actualidad tras romper definitivamente con el Grupo Zeta

Hechos

Editada por Tribuna de Medios Informativos S. A. empresa propiedad de D. Vicente Montiel, salió a los quioscos en mayo de 1988 la nueva revista TRIBUNA, dirigida por D. Julián Lago.

Lecturas

En mayo de 1988 se publicó el primer número de la revista Tribuna, propiedad del Grupo Semana a través de su filial Tribuna de Ediciones de Medios Informativos, con Vicente Montiel Rodríguez de la Encina como presidente y Antonio Gil Amaya (ex directivo de Zeta) como consejero delegado. Sus principales accionistas son la familia Montiel (76%) mientras que el resto de capital está dividido entre Julián Timoteo Lago San José, Antonio Gil Amaya y Manuel Benavides. El primer director de Tribuna es Julián Timoteo Lago San José, ex director de la revista Tiempo (1982-1986) del Grupo Zeta con la que ahora competirá.

Uno de sus primeros números (30 de mayo de 1988) está dedicado sobre ‘los oscuros negocios’ de Javier de la Rosa Martí, socio del Grupo Zeta.

D. Julián Lago había sido uno de los principales lugartenientes del Grupo Zeta de D. Antonio Asensio durante años, tanto en INTERVIÚ, como en EL PERIÓDICO de Catalunya, pero – por encima todo – en la revista TIEMPO. Puesto que INTERVIÚ tenía ese punto rosa de los desnudos en portada, la revista TIEMPO dirigida por el Sr. Lago venía ocupar el papel de semanario serio y, bajo la batuta de D. Julián Lago, había logrado el liderazgo de los semanarios políticos desbancando a CAMBIO16.

En mayo de 1987 el presidente de Zeta, D. Antonio Asensio, decidió reemplazar al Sr. Lago por el Sr. Oneto al frente de TIEMPO (el Sr. Oneto era, precisamente, ex director de CAMBIO16, de donde había salido tras un serio conflicto laboral con el Grupo16). Teóricamente el Sr. Lago fue ascendido al ser cesado de la dirección de TIEMPO para asumir el cargo de ‘jefe de publicaciones’ del Grupo Zeta. Pero la realidad es que en poco menos de un año el Sr. Lago abandonó el Grupo Zeta para fundar su propia revista:  TRIBUNA de Actualidad, de la mano del empresario D. Vicente Montiel (propietario, entre otras cosas, del diario deportivo AS). Con esa decisión el Sr. Lago declaraba la guerra a su antigua casa, puesto que TRIBUNA sería competidor directo de TIEMPO.

UN COMENTARISTA PRO-MARIO CONDE

D. Julián Lago ha decidido fichar como uno de sus comentaristas estrella a D. Jesús Cacho, considerado uno de los periodistas más cercanos al presidente del banco Banesto, D. Mario Conde, al que suele presentar como alguien valiente y heroico que se enfrenta ‘al sistema’ de los banqueros tradicionales.

06 Marzo 1992

"Yo no hubiera salido del Grupo Zeta si no llega a ser por las concesiones de las televisiones privadas"

Julián Lago

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«Yo no hubiera salido del Grupo Zeta si no llega a ser por las concesiones de las televisiones privadas. Me marché sin vocear, estoy acostumbrado a vivir con dignidad. Tuve una relación absolutamente fuera de lo normal con Asensio y tengo muy buenos recuerdos de él. Al grupo le entró la fiebre del holding y empezaron a conspirar los desocupados que tenían despacho. Venía Antonio y me decía ‘mira, Julián, que me dice Felipe «yo que le he hecho a Julián, que me está tocando los…» Me consta que Felipe no tuvo nada que ver con mi salida, pero sé que hubo quien creyó interpretarle y sé, desde luego, que Guillermo Galeote brindó con champán. No quiero hacer sangre de esto, pero mientras fui director Asensio se enteraba de la portada cuando la revista estaba en el quiosco. Las interferencias empezaron cuando lo de la OTAN»

El imperio del Zorro

Santiago Miró

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Antonio Asensio, ansioso por poseer la tan soñada televisión, trata de complacer los deseos del poder socialista que se siente incomodado ante un TIEMPO dirigido por Julián Lago. Y un día, el presidente de Zeta, le comenta, un tanto molesto:

– Julián, que vengo de hablar con Felipe, y e ha enseñado tu último editorial subrayado. “Pero ¿qué le he hecho yo a Julián?”, se ha quejado. “Si era amigo mío. Pero joder, qué palo me está pegando”.

Muy amigo de sus amigos, salvo cuando tiene que elegir entre el poder y la amistad, Asensio tiene muy claro hasta donde puede llegar el afecto. Para mantenerse en el terreno del juego del Gobierno de González, sabe que el último obstáculo es quitar de en medio a Julián Lago. Su protegido hasta el momento colisiona con sus intereses político-empresariales. Y le dice que hay que acercarse a Felipe y que tiene que garantizarle su neutralidad porque, de lo contrario, no iban a poder sacar el periódico.

Hasta que consigue cambiar el nombre de Julián Lago, como director de TIEMPO, por el de Pepe Oneto, sugerido por el primero, Asensio no se siente tranquilo. A cambio, nombra a Lago nuevo director general en junio de 1987. Este pretende coordinar todo el grupo editorial. A la espera del prometido diario madrileño.

A Julián no le perdonan que haya triunfado en TIEMPO, que sea un poco chulo y que pretenda que nunca haya estado arrodillado ante nadie. Se entera de que el día que sale de TIEMPO, en Ferraz descorcharon una botella de cava. Y Pepe Oneto le comenta tartamudeando.

– Eh, eh, eh, oye: Hay, hay, hay unas relaciones muy malas… con contigo y con el Gobierno. Y… no lo entiendo, no lo entiendo… He estado con Javier Solana y no le gusta tu postura crítica.

– Pepe, joder. Yo no he hecho ni más ni menos que contar lo que he creído y lo que he visto con mis propios ojos.

– Pues haz, haz lo que hago yo: le mando una carta a-a-a Felipe González pidiéndole disculpas….

La respuesta de su sucesor a Lago le parece de una villanía escandalosa.

En contra de lo que Asensio le había prometido, Lago se da cuenta de que el proyecto del diario no está materializado y empieza a sospechar que le han engañado.

Erviti llama a Julián Lago para anunciarle su última propuesta. Sentado a la mesa de su despacho y acompañado de Oneto, de Carlos E. Rodríguez y de Carlos Luis Álvarez, que ha sido nombrado asesor de la presidencia por consejo de la Moncloa, Erviti ha decidido que Julián no debía escribir en TIEMPO por ser un elemento de confrontación con el Gobierno. Le dicen que no puede seguir abriendo la revista.

En noviembre de 1987 Lago habla por fin con Antonio Asensio dispuesto a aclarar la situación. Le indica que tiene grandes ideas para PANORAMA. Pero Lago se niega a salvar el muerto de PANORAMA, que había seguido por una promesa suya de dirigir el periódico. Y que, por lo tanto, se sentía engañado. A partir de ahora, no tenían nada que hablar. Le entrega una tarjeta de su abogado para que se ponga en contacto con él y se marcha definitivamente de Zeta.

– Oye, que eso sigue en pié – le advierte Erviti, en un intento último para retenerlo – porlo menos del puesto de consejero.

– Mira José Luis, lo que yo no hago es bajarme los pantalones.

Juan Tomás de Salas le ofrece justo en aquel momento la dirección de CAMBIO16. Pero, prácticamente nombrado, se encuentra con la oposición de Manolo de la Concha. En sus escritos a la beautifule people, Lago le había criticado y el consejero de CAMBIO16 se opone al nombramiento. Pero a los quince días, le piden que haga la revista TRIBUNA que empieza en 1988 con ciento diez millones de la familia Montiel.

El Análisis

LA VERSIÓN POÉTICA Y LA VERSIÓN SIMPLONA

JF Lamata

¿Por qué echó el Sr. Asensio a D. Julián Lago al frente de la revista TIEMPO? La versión poética es que el presidente del Gobierno, D. Felipe González, no soportaba las presiones de D. Julian Lago y presionó para que lo decapitaran. Esta versión es mantenida por el propio D. Julián Lago y también por D. Santiago Miró en su libro ‘El Imperio del Zorro’.

Luego está la versión de que el Sr. Asensio y el Sr. Lago se enfrentaron porque el Sr. Lago había intentando controlar el Grupo Zeta desde Madrid aprovechando que el Sr. Asensio residía en Barcelona, lo que había dado pie a serios enfrentamientos que culminaron con su ese. Esta segunda versión es algo menos poética y algo más simplona.

¿Con cuál de las dos versiones se quedan ustedes? Yo lo tengo muy claro.

J. F. Lamata