La cadena ANTENA 3 estrena el talk-show ‘El Diario de Patricia’ presentado por Patricia Gaztañaga y producido por Boomerang

La programación de los martes en cualquiera de las televisiones estatales es tan apasionante, tan intensa, tan inteligente y entretenida que la mejor manera que encuentro para expresar mi opinión con exactitud es la de poner aquí mismo el punto final y que el resto de la columna quede en blanco.

Lamentablemente, no me está permitido semejante desperdicio de papel, de modo y manera que aquí me tienen de nuevo, dispuesto a analizar mediante ejemplos lo que los programadores llaman por estas fechas la televisión ligera. Como si la que hay durante el resto del año fuera muy profunda y no supiéramos que ese término -ligero- no es más que una argucia para engañar a los espíritus simples y a los cabezas de cartón.

Anonadado aún por la emisión del último capítulo de Compañeros, apenas tengo fuerzas para recordar lo que pasó horas antes con un programa titulado El diario de Patricia; una graciosa referencia a la película de moda que, no obstante, tiene tanto que ver con ella como Francine Gálvez con la elocuencia, pongo por caso.

Bajo el enunciado general de Qué cosas tiene mi novio -otro monumento a la originalidad-, la que dicen es la estrella de la televisión vasca, Patricia Gaztañaga, se situó entre el público con micrófono en mano como si eso fuera suficiente para convertirse en Oprah Winfrey. Pues no, mire usted. Sobre todo, cuando lo que se plantea es algo tan fundamental y relevante como que un chaval ya no le dé tantos besos a su novia o que otro se queje de que ella quiere ponerse un pendiente en la lengua. Evidentemente, se impone un cambio de canal si no quiero tener pesadillas despierto.

No hay más suerte allí donde me dirijo. En La 2 topo con un Hércules que, de esmirriado que es, parece el presentador de Mamma mía; en TVE con El precio justo y en Tele 5 con un espectáculo sangriento que llaman Historias de hoy.

Por la noche, la tónica sigue igual de pánfila. Las discográficas imponen sus millones en una nueva gala de nombre ridículo -Hola, ola-, donde por fortuna la novia de Carlos Lozano, Mónica Hoyos, y Guillermo Moreno desentonan menos que el playback de muchos invitados. Eso sí, una mínima corriente de aire fresco llega con la reposición de Matrimonio con hijos y Doctor en Alaska -esta última como siempre en horario vampiresco-, pero ahí se acaba la alegría siempre y cuando uno no se entregue en cuerpo y alma a Crónicas marcianas o le guste el cine serie omega. En fin, qué martes tan delicioso. Como para dejarlo en blanco.