6 junio 1982
Es el segundo diputado del PCE que abandona el partido por discrepancias con Santiago Carrillo, tras Ramón Tamames
La diputada Pilar Brabo rompe con el PCE y se pasa al Grupo Mixto denunciando que el partido con Carrillo no es democrático

Hechos
En junio de 1982 la diputada del PCE, Dña. Pilar Brabo, anunció que abandonaba este partido y que, como diputada, se pasaba al Grupo Mixto.
Lecturas
Alineada con el sector crítico del PCE la diputada Dña. Pilar Brabo fue una de las expulsadas del Comité Central del partido a instancias de la dirección en noviembre de 1981. Ahora se consolida su ruptura final al abandonar la formación por la que estuvo 14 años en la cárcel durante la dictadura.
Las malas relaciones entre Dña. Pilar Bravo y el líder del PCE, D. Santiago Carrillo, se evidenciaron hasta el punto de que su carta de dimisión no fue presentada al Sr. Carrillo, presidente del Grupo Parlamentario Comunista, sino al Vicepresidente, D. Jordi Sole Tura.
Dña. Pilar Brabo: «Las escasas esperanzas que aun podía tener sobre la posibilidad de renovación del PCE, se han esfumado. Esta última reunión del comité central ha demostrado que el PCE se niega a analizar las verdaderas causas de sus derrotas ante los electores, y que la actual dirección está dispuesta a llevar al partido al más absoluto fracaso antes que ver peligrar sus cargos. Yo, en un partido así, no llago nada, por eso he decidido marcharme. Yo, cuando daba mítines en Alicante les hablaba de un partido comunista transparente y democrático».
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El Análisis
La marcha de Dña. Pilar Brabo del PCE no era simplemente una ruptura de la Sra. Brabo con el Sr. Santiago Carrillo, como sí podía ser el caso de figuras como D. Nicolás Sartorius o D. Marcelino Camacho, que se decepcionaron del ‘camarada secretario’ pero siguieron en el partido con la idea de poder descabalgarle lo antes posible. En el caso de la Sra. Pilar Brabo su decepción fue con todo el partido y el movimiento comunista.
Aquella mujer que había ido hasta 14 veces a la cárcel en plena dictadura por defender la hoz y el martillo había llegado a la conclusión de que el funcionamiento interno de los partidos de esa ideología era dogmático y contrario a cualquier debate democrático por su herencia del estalinismo. Rompió con el PCE, pero no con la política y sabría encontrarse un hueco en el PSOE.
J. F. Lamata