La investigación por pederastia al fotógrafo vasco Kote Cabezudo deriva en un enfrentamiento entre el periodista Melchor Miralles y el diputado Odón Elorza (PSOE)

Imagínate que de repente, un día, una periodista amiga te llama apurada para decirte que alguien ha subido un vídeo a las redes en el que se te acusa de haber captado chicos y chicas, algunos menores, para una agencia de modelos y azafatas que los ponía en relación con un fotógrafo que les sometía a abusos sexuales. Imagínate que también te acusan de financiar con dinero público esa actividad y de ser parte de un lobby homosexual en tu ciudad.

¿Eres capaz de imaginarte por un momento que eso te pudiera estar pasando a ti y que todo el mundo se estuviera enterando por las redes de que eres un ser abominable? Tu familia, tus amigos, los vecinos, la gente del trabajo … Añade a eso el hecho de que eres consciente de que, ante semejantes injurias, tu indefensión es total y que no puedes hacer nada para acabar en poco tiempo con semejante escándalo porque, lanzada la mentira, en las redes todo circula a gran velocidad. Sabes que el daño a tu honor ya está hecho y que ni hay mecanismos previstos en democracia que impidan esos comportamientos ni los procesos judiciales son rápidos.

Estás intoxicaciones vienen pasando en España en las redes sociales. Eso que te he contado me está sucediendo a mí ahora. Y me hago mil preguntas sobre el por qué y sobre las intenciones que hay detrás de estas injurias. ¿Razones políticas o simple venganza? Pero, de momento, no tengo todas las respuestas aunque me voy acercando a las conclusiones.

Ante las INJURIAS, difundidas por quien se dice “periodista” – Melchor Miralles – en un video blog colgado en internet y relacionándome, vinculándome, con el llamado “caso Kote Cabezudo”, quiero que tú sepas que todas las acusaciones directas o veladas contra mi persona son absolutamente falsas; todas y cada una de ellas. Han fabricado una gran mentira y están haciéndose publicidad -con la colaboración en las redes de la extrema derecha- injuriándome con una NOTICIA FALSA. Esta porquería no tiene NADA que ver con el ejercicio de la libertad de expresión y menos conociendo la trayectoria del “periodista”.

No podría expresar la impotencia y el dolor que siento en mi persona y en la de mi familia, amigos y compañeros al ser acosado en las redes de modo tan gratuito y viendo atacados mi honor y honradez tras 20 años como Alcalde de San Sebastián sin que exista ninguna denuncia judicial. El honor y la honradez son el mayor patrimonio para un político.

Nunca he figurado en el procedimiento judicial seguido en el Juzgado N. 4 de San Sebastián tras la denuncia, en 2013, sobre el llamado “caso Cabezudo”. Por tanto, nunca he recibido acusación, notificación o imputación alguna desde las instancias judiciales. Ni siquiera en el delirante escrito que remitió el abogado Mario Diez al Fiscal General, hace un mes, consta una denuncia formal contra mí. Escrito que Miralles no ha publicado íntegro aunque contenga -según él- una trama de personalidades relacionadas con el caso Cabezudo y a quien supuestamente protegían.

¿Te has preguntado desde cuándo acusaciones tan graves se hacen públicas fuera de los juzgados, en base a una  intoxicación en las redes contra el honor de las personas? Acusaciones FALSAS que luego ahí quedan, difíciles de borrar,   aunque ganes juicios al cabo de años.

Las redes sociales serán cada día más tóxicas y manipulables por mil intereses bastardos; sé bien lo que digo. En lo que a mí se refiere quieren provocar un linchamiento y convertir las redes sociales en un gran jurado virtual. Hoy me toca a mí aunque mañana puedes ser tú. Hay gente sin principios dispuesta a cualquier cosa.

Mi respuesta es mi propia trayectoria y la denuncia de estas injurias repugnantes, a su autor o autores, en defensa de mi honor. Tras la denuncia en el Juzgado de Guardia el mismo día que subieron el video, este viernes día 23 estará interpuesta una QUERELLA criminal (con señalamiento de los delitos y petición de una indemnización de 100.000 € destinada a una ONG) contra el citado periodista y contra quienes estén implicados en la difusión de delitos de injurias en las redes.

Odón Elorza

La Noticia Falsa que Melchor Miralles difundió contra mi en un vídeo plagado de injurias en las redes sociales, se hacía eco de una denuncia sin base presentada por Mario Díez, el abogado de las víctimas del caso del fotógrafo Kote Cabezudo en San Sebastián. Pues bien, dicha denuncia fue archivada definitivamente por el Juez el pasado julio.

El Juez del Juzgado de Instrucción n.4 de San Sebastián, el mismo que decretó prision provisional para Cabezudo, dictó un AUTO de acuerdo con el Fiscal. En él se establece el sobreseimiento definitivo o ARCHIVO DE LA DENUNCIA que fabricó Mario Diez tratando de relacionarme con el caso Cabezudo, un sumario sobre pederastia, abusos sexuales, etc.

Han transcurrido 7 meses desde que escribí “YO ACUSO” en respuesta al intento de Miralles y Díez de provocar un linchamiento político al intentar vincularme a dicho sumario junto con otras personalidades de la ciudad.

Diez se inventó una estrambótica denuncia presentada el pasado 15 de febrero ante la Fiscalía General del Estado. Ese escrito fue filtrado, a pesar de que no se podía hacer público, y, al mes, Miralles difundió su vídeo en las redes con comentarios injuriosos contra mi. Además, se envió a cientos de periodistas para intoxicar, pero no les funcionó. Ya entonces expliqué que detrás de aquella miserable denuncia no podía existir ninguna prueba ni testimonio creíble ni riguroso en mi contra.

A lo largo de estos meses ha quedado en evidencia el afán de protagonismo y de sacar rentabilidad profesional a esta FAKE NEWS pr parte de Miralles y Díez, a costa de vender un escándalo que atacaba mi honor en aquellos 20 duros años que pasé al frente de la Alcaldía de San Sebastián. Por cierto, el contenido de los informes oficiales del Ayuntamiento, solicitados por Miralles, también desmontan sus burdas acusaciones.

El acoso que he sufrido de Mírales y Díez desde las redes sociales, ha sido apoyado por gentes y trolls de orientación ultra en su mayoría, como se ha constatado. Y alimentada por escasos medios minoritarios en la órbita de la derecha más rancia, como Intereconomía televisión o de extrema derecha como La Tribuna de España o la de Cartagena.

En ese tiempo, el Juez del Juzgdo de Instrucción n.4 de San Sebastián ha practicado diligencias de investigación, como las comparecencias de “testigos protegidos” señalados en la denuncia de Mario Díez. De ese proceso no fui informado ni citado a declarar. El contenido de aquellas comparecencias, más allá de mis conjeturas, lo desconozco.

A pesar de la decisión judicial de archivar esta pieza, el abogado Mario Díez así como personas ultras y cuentas creadas para tal fin, siguen lanzando insidias y ataques a mi honor en las redes, siempre ocultando la existencia del Auto de archivo definitivo de su denuncia. Sería muy necesario dar a conocer la totalidad del Auto como un ejercicio de transparencia.

Por otra parte, la QUERELLA CRIMINAL por injurias que interpuse en Madrid contra Miralles, fue admitida a trámite y ha iniciado su andadura en septiembre en el Juzgado de Instrucción n.5, con la aportación por mi parte de pruebas y con una comparecencia de Miralles como denunciado en diligencias previas. Seguiré con ánimo y perseverancia para evitar la impunidad de quienes han cometido un posible delito de injurias.

Por último, se ha registrado una acumulación de denuncias por posible delito de injurias y calumnias en el Juzgado n.2 de San Sebastián, presentadas por diferentes personas que aparecíamos citadas en la estrambótica denuncia de Díez. Las acusaciones se dirigen en este caso, entre otro, contra Mario Diez y Melchor Miralles. Veremos qué sucede en las diligencias previas pero yo estoy deseando comparecer en ambos casos para detallar mis denuncias y responder a las preguntas de todas las partes, sin ningún miedo ni privilegio.

Ahora tendré que dedicar mucho tiempo a intentar limpiar todas las injurias que unos miserables han dejado colgadas en las redes.

Un abrazo.