15 noviembre 2012

Después de ser despedida de ADN y fracasar en FACTUAL a Fallarás sólo le queda su columna semanal de EL MUNDO rescatada por Pedro J. Ramírez y Alex Salmon

La periodista Cristina Fallarás salta a la fama al pedir desesperada desde los medios que se la permita dejar de pagar el alquiler para que no la desahucien ni a ella y ni a sus hijos

Hechos

El 15.11.2012 se publicó el artículo ‘Llega mi desahucio’.

Lecturas

MEDIASET AIREA EL CASO

Los programas de Mediaset ‘El Programa de Ana Rosa’ (Cuarzo) y ‘El Gran Debate’ (La Fábrica de la Tele) entrevistaron en directo a la Sra. Fallarás presentándola como portavoz de los desahuciados. Ella aseguraba llevar años sin cobrar un sueldo, aunque su relato tenía algunas lagunas al referirse a todo el tiempo que, según ella, llevaba sin percibir un salario en relación a su trabajos profesionales conocidos de cara al público.

ESCOLAR TAMBIÉN LE DA TRABAJO

El mismo mes en que la Sra. Fallarás denunció que la iban a desahuciar el director de EL DIARIO.ES le ofreció a la periodista trabajo como columnista de ELDIARIO.ES publicando artículos feministas para que sumara estas colaboraciones a las de EL MUNDO y Mediaset. El 23.11.2012 publicó su primer artículo y mantuvo esta colaboración durante un año, hasta el 3 de octubre de 2013.

15 Noviembre 2012

Llega mi desahucio

Cristina Fallarás

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A las 19.40 de este pasado martes sonó el timbre de la puerta. Abrió Lucas (10) y Pepa (4) salió corriendo a ver quién llegaba. Como al día siguiente tocaba huelga y no iban a ir al colegio, tenían ánimo de viernes.

-Mamá, es un señor.

Por las mañanas, cuando trabajo sola en casa, no suelo abrir la puerta. Las puertas de la mañana siempre abren malas noticias. Pero las ocho menos veinte de la tarde suelen traer amigos o un vecino al que se le ha caído un calcetín.

En cuanto enfrento al tipo del rellano sé lo que ha llegado.

-Le traigo una comunicación del juzgado.

Bajo el brazo derecho lleva un paquetón de folios, calculo que unos 300. Con la izquierda me tiende un papel.

-¿Es la orden de desahucio? –pregunto.

Llevo ya algún tiempo esperándola, desde que el BBVA me comunicó que si quería saber algo de mi hipoteca me pusiera en contacto con los servicios jurídicos. Cuando una oye en la oficina bancaria «servicios jurídicos» sabe que las cosas han pasado a un lugar en el que se manejan otras palabras, otros términos. Es una sensación similar a la que provocaban «las cosas de los mayores» en la primera adolescencia. Tendrás que vivirlas, vas a oírlas, pero lo esencial se te va a escapar.

-Bueno, más o menos –el tipo titubea–. Tiene usted que presentarse en el juzgado y firmarme esto.

-¿Y si no lo firmo?

-Le va a dar igual.

A lo lejos se oyen los primeros petardos, calentando una huelga general que alguna lumbrera, ya me da igual de qué partido, ha calificado de «huelga política», como si hubiera alguna huelga que no lo fuera. Qué sabrán.

-Niños, id tirando hacia el salón.

Firmo. Total… Firmo y agarro el paquetón de folios. Juzgado de Primera Instancia 4 Barcelona. Gran Via de les Corts Catalanes, 111. Procedimiento Ejecución Hipotecaria xxx/2012 Sección 2C. Parte demandante BANCO BILBAO VIZCAYA ARGENTARIA, S.A. Procurador IRENE SOLA SOLE. Parte demandada Cristina Fallarás Sánchez. Me detengo a pensar que el nombre del demandante y de la procuradora están escritos en mayúsculas y el mío, en minúsculas. Qué curioso las cosas que nos llaman la atención cuando la realidad se empina y hace frío.

Hay amigos en casa. Dejo el taco de folios sobre la repisa y hablo con ellos de las cosas de la huelga. He publicado un artículo donde enumero las razones –las primeras que me han venido a la cabeza, tengo muchas más— por las que me sumaré. Luego, les paso los folios y me voy a la galería. No quiero que se rompa la sensación que he conservado intacta durante los meses que lleva recorridos mi desahucio –un desahucio es un proceso largo, muy largo, en el que cuando interviene el juez tú ya andas un poco menos recta, esos crujidos por la noche—, la sensación que he guardado bien: no me puede pasar a mí, aunque diga que nos puede pasar a todos, aunque no pueda pagar, aunque esté entre los primeros despidos de la crisis, hace ya cuatro años. No quiero que se rompa la sensación de que si sigo trabajando, si sigo escribiendo, si sigo publicando pasará algo. ¿Qué? Yo qué sé.

Cuando empezó todo esto, mis amigos me preguntaban «¿Y qué harás si te desahucian?». Mi respuesta siempre era la misma: No puedo pensar en eso, tengo que seguir adelante, si dejo de pedalear me caigo. Cuando una persona deja de pagar su alquiler o su hipoteca es porque no tiene dinero para hacerlo. Parece de Perogrullo, ¿no? Cuando una persona no tiene dinero para pagar su casa, si se la quitas o si te la da –la dación en pago es una medida rastrera—, ¿dónde crees que puede ir? ¿Crees que alguien le va a alquilar un piso? Y en el lejanísimo caso de que así sea, ¿cómo va a pagarlo (de nuevo)?

Me siento en el ordenador de la galería. Creo que todas estas cosas hay que contarlas, como los despidos de embarazadas, como las diferencias de salarios, como cualquier abuso. Creo que hacerlas públicas ayuda a que hayamos llegado a este punto. Miserable, sí, pero punto al fin con información circulando. Así que enciendo el ordenador y, por inercia, me doy un paseo por los periódicos digitales.

Leo:

Gobierno-PSOE: día y medio con los desahucios sobre la mesa

Gobierno y PSOE se dan un día más para cerrar un acuerdo contra los desahucios

Me sorprende no sentir rabia. La furia con la que he vivido durante los últimos dos años ha dado paso a una sensación de desánimo, vergüenza y soledad. Aquellos a quienes los ciudadanos elegimos para que gestionaran este país no solo no han estado a la altura, sino que han desertado, han dado la espalda a las personas que dependen de ellos, de sus decisiones, de las leyes que dicten. Los unos y los otros, todos. Los ciudadanos españoles ya no creen en el papel de sus políticos. A mí me parece sencillamente que no hay Gobierno y me abruma este país que veo retroceder, con peineta y banqueros, hacia épocas que no recuerdo haber vivido.

Termino de escribir esto a las 23.45 de la noche de este martes pasado en el que me llegó la orden de desahucio. Un cuarto de hora antes de que empiece la segunda huelga general del año. Yo estuve ahí. Contra todos ellos. Política, claro.

23 Noviembre 2012

Temas El coño huele a coño

Cristina Fallarás

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“¿A qué huelen las nubes?”, me preguntas mientras clavas en mi pantalla tu blanco inmaculado salvaslip. “¿A qué huelen las nubes?”, dejas caer y yo sé que me estás diciendo “Te huele el coño, chata”, y todos lo ven y lo ven mis hijos y la adolescente que a partir de ese momento querrá que de sus genitales brote el aroma del agua evaporada. Y lo que es peor, quizás su contrincante sexual espere lo mismo, exija lo mismo incluso. Usa gel vaginal, usa un salvaslip blanco para que la braga siga pulcra, y sobre ese salvaslip blanco, usa uno negro para que el blanco siga pulcro y aféitate el coño como en las porno que vemos juntos y deben gustarte.

Eso es violencia.

Pero al oír la palabra violencia, la mujer piensa inmediatamente en las muertas, las cabezas abiertas. Asociación mental, mensaje, medios. El año con más asesinadas de la última década fue 2007, con 76. Números.

El último huevo en la nevera, la llamada del colegio por el impago, cariño este año tampoco podrás ir a las colonias, el sonrojo en la cola del kit de la Cruz Roja: arroz, compresas, leche, pastilla de jabón; querido, a partir de hoy la carne es para los niños, la bolsa de plástico en el interior del zapato con agujero, el terror a que ya finalmente este sea el día en el que deja de salir agua del grifo, ¿no te sobra nada que se le haya quedado pequeño a tu hija esta temporada?

Eso es violencia.

Diez días después de parir –un encantador 11 de noviembre– a su retoño, la entonces portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría retomó su actividad profesional. Cuarenta y dos días después de parir –un maravilloso 19 de mayo– a su retoño, la entonces ministra socialista de defensa, Carme Chacón, retomó su actividad profesional en el gobierno español. Desear con toda mi alma un desmayo preñada de ocho meses en el momento exacto en que el director de mi diario me comunicó que el primer despido de los recortes iba a ser el mío.

Eso es violencia.

En España la mujer ha de trabajar 61 días más al año para que su sueldo llegue al que cobra un hombre por desarrollar el mismo empleo. El estudio que las mide proclama que las bajas de las mujeres son más largas. La mentira que te coloca una enfermedad imaginaria para no tener que volver a decir en el trabajo “el niño tiene diarrea”, para no volver a ser la madre en el trabajo.

Eso es violencia.

Pero al oír la palabra violencia, la mujer piensa inmediatamente en las muertas, las veinte puñaladas. Asociación mental, mensaje, medios. El año con menos asesinadas de la última década fue 2001, con 50. Números.