6 diciembre 1991

La Real Academia Española de la lengua elige a Fernando Lázaro Carreter como su nuevo Director en sustitución de Manuel Alvar López

Hechos

En diciembre de 1991 D. Fernando Lázaro Carreter asumió la Dirección de la Real Academia Española de la Lengua.

Lecturas

RESULTADO DE LA VOTACIÓN:

  • D. Fernando Lázaro Carreter – 18 votos.
  • D. Antonio Buero Vallejo – 3 votos.
  • D. Gregorio Salvador – 3 votos.
  • D. Alonso Zamora Vicente – 2 votos.
  • En blanco – 4 votos.
  • Nulos – 4 votos.

06 Diciembre 1991

Lázaro Carreter

ABC (Director: Luis María Anson)

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A más de dos siglos y medio de su fundación, la Real Academia Española (RAE) acaba de elegir para el puesto de director al catedrático, profesor, maestro de generaciones docentes y discentes, y a la vez gran crítico y escritor Fernando Lázaro Carreter, cuya firma, tanto en ABC como en BLANCO Y NEGRO, es habitual para nuestros lectores. De la finura, penetración, claridad y densidad de su prosa, y de la profundidad de sus análisis, sobra por lo tanto cualquier comentario. La RAE ha elegido el riesgo, el paso hacia adelante, la puesta al día, y la aventura de mostrar su verdadera entidad a los ojos de una sociedad tan inquieta por reconocerse, como al parecer satisfecha por lo ya conseguido. La RAE, con Lázaro Carreter a su frente, va a poder enseñar que su poder puede ser igual a su indiscutible prestigio, que sus escasos medios actuales no se corresponden con su magistral actuación de siglos. Con un maestro tan clásico como actual, tan especialista en nuestros clásicos como profundo conocedor de las últimas vanguardias, la Real Academia ha elegido colocarse al nivel de su prestigio y de su tiempo.

07 Diciembre 1991

La lengua amputada

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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EL RELEVO en la Real Academia Española, a cuyo frente ha sido elegido el filólogo Fernando Lázaro Carreter, y la creación y dotación del Instituto Cervantes como entidad del Estado para la difusión de nuestra lengua en el mundo, con el profesor Nicolás Sánchez Albornoz como responsable, suponen una buena oportunidad para que la sociedad española se plantee cuál es su relación con ambas entidades. Hasta ahora mismo, la Academia ha malvivido y se ha tenido que sostener en débiles estructuras presupuestarias para sacar adelante algunos de sus propósitos ineludibles, como el Diccionario que le encomiendan sus propios estatutos. En cuanto al Instituto Cervantes, éste fue creado casi a regañadientes, con una dotación económica aún por definir y con una capacidad de gestión, basada en la generosidad del erario público, disminuida por la propia reticencia del Gobierno a la hora de dotarlo.En un Estado donde el dinero ha fluido en los últimos tiempos para cubrir las iniciativas más extravagantes, resulta paradójico que las dos entidades dedicadas a proteger y difundir el valor más permanente de nuestra cultura sigan sintiéndose huérfanas del apoyo que precisan. Da la sensación de que en esta época de las trivializaciones resulta más prestigioso el ruido que la esencia, y en ese sentido, el descuido en que se tiene la protección de la lengua es un sinónimo de la propia desidia de la sociedad.

Ahora, cuando las celebraciones españolas y europeas parecen tan solemnes, no estaría mal que la Administración se planteara acabar con la situación de precariedad en que se ha tenido a la defensa del español. Nuestro idioma vive como si fuera una lengua amputada, agredida desde los medios de comunicación, desde el Parlamento y desde la vida cotidiana. La responsabilidad institucional en esa falta de decoro es enorme. Pero no es menor la de todos nosotros.