4 abril 1956

La antigua alianza de los partidos comunistas de todo el mundo había quedado desfasada ante la aparición de Estados comunistas por Europa del Este y Asia

La Unión Soviética de Kruschev auncia la disolución de la Kominform, la Internacional Comunista

Hechos

El 17.04.1956 Radio Moscú anunció la disolución de la Kominform.

El Análisis

El fin de la Kominform: adiós formal a una ortodoxia impuesta

JF Lamata

La noticia ha pasado con sobriedad burocrática pero su significado es profundo: en abril de 1956, el Partido Comunista de la Unión Soviética ha decretado la disolución de la Kominform, la Oficina de Información Comunista que fundara Stalin en 1947 como mecanismo de control ideológico sobre los partidos comunistas del mundo. Su razón de ser era clara: mantener alineados a todos los partidos del bloque oriental y a los comunistas occidentales bajo la égida del Kremlin, y advertir a los que se desviaran del dogma (como le ocurrió al yugoslavo Tito, expulsado en 1948 por su atrevimiento de pensar por sí mismo).

Ahora, en pleno proceso de desestalinización liderado por Nikita Kruschev tras su célebre informe secreto en el XX Congreso del PCUS, se rompe formalmente con uno de los símbolos más rígidos del estalinismo. Pero que nadie se engañe: la desaparición de la Kominform no implica el fin del liderazgo soviético en el comunismo internacional. Moscú seguirá siendo la nave nodriza de la causa, sobre todo en Europa del Este, donde el “internacionalismo proletario” aún se parece mucho a una obediencia vertical.

Sin embargo, el mundo comunista ya no es el monolito que Stalin quiso forjar. La distancia entre la URSS y el maoísmo chino es cada vez más evidente, y Albania también empieza a marcar diferencias. La Kominform desaparece, pero el problema para Moscú será contener las grietas que esta disolución insinúa: que la disciplina ya no es incuestionable, que el centro puede ser desafiado, y que no todos están dispuestos a confundir comunismo con sumisión.

JF Lamata