2 junio 1985

Según los servicios secretos planeaban volar la tribuna de invitados del desfile militar

El CESID frustra un nuevo intento de Golpe de Estado que planeaba asesinar al Rey Juan Carlos y a Felipe González en A Coruña

Hechos

  • El 2.07.1985 se produjo un intento de Golpe de Estado que incluía el asesinato del Rey Juan Carlos, de la Reina Sofía, del presidente D. Felipe González y el ministro de Defensa D. Narcís Serra según aseguró el diario EL PAÍS el 17.02.1991.
  • D. Felipe González confirmó aquella intentona durante un mitin en A Coruña el 17.10.1997 y lo repitió el 8.12.1997.

Lecturas

El Golpe de Estado comenzaría con un atentado terrorista: Volando el palco de la Familia Real, el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa durante la celebración en La Coruña del día de las Fuerzas Armadas el 2 de junio de 1985 con una bomba subterránea.

¿LOS CEREBROS DE AQUELLA INTENTONA?

SaenzynestrillasJoseCrespoCuspinera Según informaciones periodísticas los militares D. Ricardo Sáenz de Ynestrillas y D. José Crespo  Cuspinera los que maquinaron aquella intentona golpista magnicida para la cuál habrían contactado con otros golpistas presos como el ex General Milans del Bosch o el ex comandante Pardo Zancada, aunque no todos estuvieran de acuerdo con la operación. También, según las informaciones había un civil implicado: El armador Rafael Regueira Fernández, más conocido como Lucho.

09 Diciembre 1997

La última asonada

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Un país no puede ignorar hechos básicos de su pasado reciente. La memoria histórica es previa al perdón, al juicio político sobre lo acontecido o al olvido voluntario. Los ciudadanos tienen derecho a conocer, por ejemplo, todos los datos sobre las intentonas golpistas de los años ochenta, nuestros años de plomo. También sobre la última trama que se organizó en 1985 para acabar en un único magnicidio con la vida del Rey, el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa y la cúpula militar del momento. Este compló ya fue desvelado por EL PAÍS en 1991, pero hoy sacamos a la luz su trama completa y los nombres de algunos de sus protagonistas. El objetivo era volar la tribuna de autoridades durante el desfile del Día de las Fuerzas Armadas, que ese año se celebró en A Coruña. El método -un túnel de 100 metros y una carga de 100 kilos de explosivos- era el mismo que el empleado por ETA contra Carrero Blanco, con el propósito de hacer recaer su autoría en la organización terrorista.Tras los fracasos de la Operación Galaxia, del 23-F y del 27-O, la conjura de A Coruña fue el último acto desesperado -esta vez con intención de magnicidio de los supervivientes de esas intentonas, que se negaban a asumir el cambio democrático que se había producido en este país con la transición. Sólo la búsqueda de la verdad -aunque no siempre se consiga toda la verdad- nos ha movido a investigar esta trama, a la que Felipe González aludió el pasado 17 de octubre en A Coruña, durante la campaña electoral gallega. La crítica que cabe hacer al ex presidente es que nunca haya explicado en su totalidad este episodio golpista, cuya trama duerme en los archivos del Cesid. Demasiados aspectos de las intentonas recientes permanecen en la oscuridad: más allá de algunos nombres, la completa trama civil del 23-F y de otras aventuras golpistas sigue rodeada de un misterio que habrá que desvelar, aunque algunas de las personas vinculadas a ellas puedan estar aún en activo. Es necesaria una clarificación del pasado reciente que se está produciendo en buena parte del mundo y a la que España no tiene por qué escapar.

En el caso de A Coruña, el Cesid estuvo al tanto de la operación casi desde su inicio, y logró frustrarla haciendo saber a los conspiradores que estaban siendo estrechamente vigilados. Aunque el Cesid no tuviera pruebas, sino información -para eso está-, el Gobierno de turno debería haber hecho un mayor esfuerzo para evitar la impunidad de estos últimos golpistas. Sin afán de revancha, todavía hay mucho que investigar. Con la tranquilidad de que aquél fue, aparentemente, el último sobresalto de un golpismo que, en estas formas arcaicas o en otras modernas, ha pasado a la historia de España. Por eso debe entrar en los libros. Para que todos lo puedan leer.

10 Diciembre 1997

La Gota

María Consuelo Reyna

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Cuenta el PSOE que en el 85, tres militares y un civil intentaron asesinar a la Familia Real, Felipe González y el ministro de Defensa poniendo una bomba debajo de la tribuna el día de las FAS… pero, para no convertirlos en ‘mártires’ decidieron no detenerlos. Cuatro personas intentan un asesinato múltiple, un golpe de Estado a lo bestia, el gobierno sabe quienes son… ¡Y ni los detienen!

Pues que gobierno tan irresponsable.

13 Diciembre 1997

Aclaración de la viuda de Sáenz de Ynestrillas

Claridad Pérez de Armas

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Es fácil meterse con los muertos; ellos no contestan, no pueden defenderse, no tienen derecho a réplica. Todo el mundo se desayunó la mañana del día 9 de diciembre, desde bien tempranito, hablando, entre otros, de mi marido, el comandante Sáenz de Ynestrillas, una de las tantas víctimas de la violencia asesina de ETA, propiciada por los sectores nacionalistas vascos y amparada por los sucesivos Gobiernos de lo que llaman «democracia».Los que conocimos a mi marido sabemos bien cómo era; cómo amaba a su patria, cómo a su familia, cómo a sus compañeros, a sus camaradas y a sus semejantes. Cómo se volcaba con los demás, cómo se daba, íntegro, todo él. No fue un hombre de tibiezas ni de medias tintas; fue, ante todo, un hombre de honor, un Quijote del siglo XX, como le definiría Fernando Reinlein, de Diario 16, después de su asesinato.

Vivió toda su vida entregado al servicio de España, desde muy joven. Sirvió donde fue necesario, sin que se lo pidieran, y después, cuando los traidorzuelos y politicuchos disfrazados de militares se aferraban a los sillones de sus majestuosos despachos, renegando de cuantos valores habían jurado, renunciando a la lealtad, el honor y el servicio a la patria para no perder ni un duro de la nómina; cuando tantos soldados de la patria se convirtieron en los sucios soldados del dinero; cuando tantos volvieron la espalda a España para servir a sus Gobiernos, allí se mantuvo él, inalterable, firme, sin lujos, para servirla.

Nunca se le demostró nada, nunca se le condenó por nada, pero pasó varias veces por las prisiones militares del Estado democrático de derecho, y tuvo que contemplar, impotente, cómo nuestro hijo pequeño, Fernando, se criaba entre los pasillos de la cárcel militar de Alcalá-Meco.

Los que le conocimos estamos y estaremos siempre muy orgullosos de él. Cada vez más. Por su valor, su entrega y su fe.