6 mayo 1931

Críticas desde el diario CRISOL ante el nuevo bandazo editorial del periódico

Manuel Aznar Zubigaray retoma el puesto de director de EL SOL que pasará a tener una línea editorial republicana azañista

Hechos

El 6.05.1931 se celebró una comida pública para celebrar el nombramiento de D. Manuel Aznar Zubigaray como director del periódico EL SOL.

Lecturas

Este mayo de 1931 D. Manuel Aznar Zubigaray reasume la dirección de El Sol, periódico que, bajo la propiedad de la Compañía Editorial Española, ha instalado tras la proclamación de la II República una línea editorial adicta al nuevo régimen y de apoyo al líder de Acción Republicana, D. Manuel Azaña Díaz.

D. Manuel Aznar Zubigaray ya ocupó la dirección de El Sol entre 1918 y 1922 cuando el periódico aún estaba controlado por D. Nicolás María de Urgoiti. Oficialmente su dimisión en 1922 se presentó como una ‘marcha temporal’ por motivos de salud, aunque  el Sr. Urgoiti desde Crisol insinúa ahora que los motivos pudieron ser otros.

La circunstancias han llevado que, ante el nuevo régimen republicano D. Manuel Aznar Zubigaray aparece bien posicionado como un director de periódico próximo al nuevo poder, y en cambio el Sr. Urgoiti aparece marginado de las esferas de influencia. Quizá por eso el Sr. Urgoiti no duda en tratar de difundir desde su publicación el recuerdo de que en 1931 el Sr. Aznar Zubigaray aparecía alineado con los monárquicos aunque ahora sea un fiel adicto a la cuesta azañista.

Hemeroteca contra el nuevo director de El Sol. 

El retorno de Manuel Aznar Zubigaray a la dirección de El Sol y su retorno a una línea editorial republicana azañista lleva a Crisol, el diario de Nicolás María de Urgoiti Achúcarro bajo la dirección de Félix Lorenzo ‘Heliófilo’ a recordar el pasado monárquico de Aznar Zubigaray y reproducir un artículo de elogio de este al Rey Alfonso XIII en Diario de la Marina de La Habana.

07 Mayo 1931

El Jordán de los monárquicos

CRISOL (Director: Félix Lorenzo)

Leer

En los medios políticos y periodísticos ha causado verdadera sensación el banquete con que las redacciones de LA VOZ y EL SOL han obsequiado a los señores Araquistán, Galarza y Artigas Arpón. La sensación, claro está, no nace simplemente del episodio del banquete. Todo el mundo tiene derecho a un agasajo, y mucho más esos tres distinguidos publicitas, asociados en buena hora a la dirección de la República. La extrañeza de las gentes se funda en la presencia de Alcalá Zamora y otros ministros en un acto organizado por y para unos periódicos que el día 13 de abril eran monárquicos y sólo desde el 14 por la tarde, día de la proclamación de la República, republicanos.

Nosotros también compartimos esta sorpresa, aunque el Sr. Alcalá Zamora no haga más que persistir en la conducta que parece se ha marcado desde el primer día de Poder; proteger a los monárquicos, acaso para que los monárquicos le ayuden a él y a sus excelentes colaboradores. Nadie más monárquico que EL SOL y LA VOZ, periódicos adquiridos con el dinero de tres o cuatro palatinos que pretendían salvar a un rey que, por fortuna, no tenía salvación posible. Por el procedimiento mágico del señor Alcalá Zamora y sus amigos, no hay problema político: los monárquicos se hacen republicanos, los jesuitas se hacen republicanos, los monopolios se hacen republicanos… y todos tan contentos. ¿Qué importa que el señor Araquistáin se haya prestado a sustituir él sólo – tal es su fuerza – a los hombres de CRISOL, que se habían marchado de EL SOL por no defender a los Borbones? ¿Qué importa que el Sr. Artigas Arpón se hubiera apresurado a desempeñar el puesto del redactor-jefe de LA VOZ, del que había salido precisamente por republicano un compañero suyo? ¿Qué importa que los redactores de LA VOZ se hubiesen reunido para declararse incompatibles con su director, aprovechando la coyuntura del cambio de empresa, si bien, a renglón seguido, decidieron acatar la decisión de la empresa, que no quiso prescindir del aludido director?

No importa nada. El señor Artigas, convertido, según su confesión, en sólido rompeolas, pudo, gracias a esa solidez y esa consecuencia, facilitar el tránsito feliz de una empresa que se convertía, de la noche a la mañana de monárquica a republicana. El mismo resultado tuvo la fortuna de conseguir el señor Araquistáin, hábil comadrón de esa revolución ‘que estaba preñada y a punto de dar a luz’ como ha dicho él mismo en una delicada figura retórica, digna de cualquiera de sus celebrados dramas. Porque no hay que olvidar, además, que el señor Araquistáin no es socialista y socialista de los buenos. No le interesa que una empresa sea monárquica o republicana; lo que le interesa es como desempeñe una función social como, por ejemplo, la de las almadrabas. Otro socialista cualquiera, que no fuese el señor Araquistáin, pediría la desaparición del capitalismo. El, no. A él le basta que el capitalismo desempeñe una especie de función social. En fin, el señor Araquistáin ha sido el encargado de anunciar al público lo que aún no se había atrevido a hacer la empresa: presentar al señor Aznar como nuevo director de EL SOL. ¿Por qué no aprovechó la ocasión el señor Araquistáin para explicar públicamente las causas por las cuales salió de EL SOL el señor Aznar en su primera época. Hubiera sido muy interesante; porque, precisamente, el señor Araquistáin las conoce al dedillo.

Pero, en fin, todo lo purifica el Jordán que el señor Galarza, fiscal de la República, ha encontrado para EL SOL y LA VOZ, en momento que no puede ser más oportuno. Los redactores de CRISOL hicimos mal en marcharnos de EL SOL por no servir a la monarquía. Para las censuras de la izquierda hubiéramos encontrado el rompeolas del señor Artigas; para el capitalismo almadrabero, el socialismo del señor Araquistáin: para el oportunismo político, el Jordán del Sr. Galarza y el Missisipí del Sr. Alcalá Zamora.

En fin, como dicen los castizos: “Hemos sido unos primos”.

09 Mayo 1931

La opinión de Manuel Aznar el 15 de abril

CRISOL (Director: Félix Lorenzo)

Leer

Publicamos en nuestro último número unas declaraciones del recientemente nombrado director de EL SOL, señor Aznar, muestra de como opinaba el día 15 de abril de 1931.

Alguien, entre los sorprendidos, que por cierto no deben ser muchos, ha hecho llegar hasta nosotros dudas sobre la autenticidad del escrito.

Fue publicado el diario de referencia en el DIARIO DE LA MARINA de La Habana. En esta fecha, el señor Aznar se consideraba ya director de EL SOL, de Madrid, como lo indica la primera línea de su declaración, que textualmente copiada – no lo hicimos el jueves por falta de espacio.

Manuel Aznar, editor de EL SOL de Madrid

Ya hay una corona más que añadir a las vitrinas de los museos.

En trece años, se han derrumbado cuatro de las monarquías más fuertes d Europa; pero el único monarca que abandona su trono en plena paz, sin sombras de tragedia, en un gesto de suprema civilidad y de absoluto respeto a los ideales democráticos, es el rey de España.

El mundo entero espera que la transformación del régimen político español sería sangrienta; pero España ha demostrado estar perfectamente preparada para regular sus destinos, sin perder el equilibrio y la serenidad de espíritu.

En veinticuatro horas ha pasado de ser uno de los soberanos más populares de Europa a la condición de un desterrado político.

Se dirigirá seguramente a Londres, y en la capital de Inglaterra fijará su residencia definitiva. Hay motivos para suponer que los Estados Unidos es el país que con más fuerza atrae el espíritu y las aficiones del rey Alfonso. Varias veces ha declarado a sus amigos íntimos que deseaba ardientemente visitar los grandes centros industriales de los Estados Unidos. Sobre la mesa de su despacho oficial, y encima de los muebles de sus habitantes privadas, se veían constantemente las revistas norteamericanas, especialmente aquellas que están dedicadas a las especializaciones industriales. Nada le complace tanto como compensar acerca de esa clase de temas y entre todos ellos, hay uno que llena su afición principal: la industria de motores.

En una declaración famosa dijo que ‘si alguna vez se veía obligado a dejar el trono quisiera convertirse en fabricante de automóviles’. Veremos si ahora que se le presenta ocasión propicia realiza su sueño. Es absolutamente seguro que, dentro de poco tiempo, si sus deberes políticos, como caudillo de una gran parte de la opinión española se lo permiten, vendrá a visitar los Estados Unidos. Esa es una verdadera pasión en el ánimo de Alfonso XIII. Su fortuna personal le permitirá vivir espléndidamente, rodeado de las mayores comodidades.

Dentro de ese cuadro de perspectivas se ha de desenvolver la futura vida del rey Alfonso XIII, cuya influencia en los destinos de España seguirá siendo extraordinaria, pese a que haya perdido la corona, después de las elecciones municipales del domingo último.

Manuel Aznar