19 octubre 1999
Ocupaba el cargo desde 1995
Manuel Santana, destituido como capitán del equipo español de Copa Davis por decisión del presidente, a petición de Carlos Moya y los otros principales jugadores
Hechos
El 18 de octubre de 1999 D. Manuel Santana es destituido como capitán del equipo español de Copa Davis de Tenis.
19 Octubre 1999
Golpe de estado en la Copa Davis
Y llegó el golpe de estado. Sucedió apenas treinta días después de que arreciaran las críticas («Se nos ha echado a los leones de forma injusta», comentó Alex Corretja; «No me he sentido defendido ni por Santana ni por la federación», afirmó Carlos Moyà). Sólo tres semanas más tarde de que un equipo español con muchas bajas (faltaron Moyà, Corretja y Albert Costa, entre otros) sumara una victoria brillante y existencial en Hamilton (0-5 ante Nueva Zelanda) que confirmaba su continuidad en el Grupo Mundial en el 2000, la Real Federación Española de Tenis (RFET) anunció ayer a través de su presidente, Agustín Pujol, la destitución de Manuel Santana de Copa Davis español.
Misil envenenado contra Santana: en el 2000, cuatro entrenadores, Javier Duarte, José Perlas, Jordi Vilaró y Juan Bautista Avendaño integrarán un cuerpo técnico que dirigirá el equipo español (en cada eliminatoria, uno de los cuatro actuará como capitán).
Después de cuatro temporadas en el cargo (tomó el mando del equipo por segunda vez en su vida en julio de 1995), Santana vuelve a decir adiós, pero esta vez se marcha con seis millones de pesetas de indemnización y con un balance agridulce a sus espaldas (sólo sumó seis victorias en 10 eliminatorias, pero logró que, en 1998, el equipo alcanzara las semifinales del Grupo Mundial por vez primera en 11 años).
Revolución. Y nace un proyecto revolucionario. El entrenador de Corretja, Duarte, el de Moyà y Costa, Perlas, el de Mantilla, Vilaró, y el responsable del programa de jóvenes promesas del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, Avendaño, toman el mando.
«Es una tecnificación de la Copa Davis y creo que es algo revolucionario», comentó ayer Pujol a este periódico. «La situación entre Santana y los jugadores cambió con la eliminatoria contra Nueva Zelanda y había que tomar una decisión», confesó el presidente federativo que, en las últimas dos semanas, mantuvo diversas conversaciones con los mejores jugadores españoles hasta alcanzar un acuerdo entre todos.
«Es un proyecto para el 2000, hasta que se acabe mi mandato al frente de la Federación. Hay que aprovechar que tenemos muy buenos jugadores en España y que existe una buena relación entre todos. Había que apostar por una nueva fórmula y espero que esta sea la acertada. Si no sale bien, habrá que buscar otra», dijo Pujol.
Ausencias. En este nuevo cuerpo técnico de la Davis, que todavía no se ha reunido para planificar la próxima temporada, destaca la presencia de los entrenadores de los cuatro mejores jugadores españoles de la clasificación mundial del ATP Tour (Corretja, Moyà, Mantilla y Costa) y de un ex tenista como es Avendaño que fue capitán de España entre 1993 y 1995 y que fue relevado del cargo precisamente por Santana al juzgarse insuficientes los resultados cosechados por este equipo. Sin embargo, a excepción de Vilaró, entrenador de Mantilla, no figuran en este equipo ninguno de los técnicos de los otros tres tenistas que jugaron contra Nueva Zelanda, Pato Clavet, Julián Alonso y Joan Balcells.
«Lo que se ha tratado es de implicar a todos en el equipo, entrenadores y jugadores», comentó ayer a este periódico Vilaró, uno de los cuatro hombres que integrará el cuerpo técnico. «Entre todos nosotros, hemos pensado que no es normal que tengamos campeones de Grand Slams como Moyà y del Masters como Corretja y que luego los resultados no sean buenos en la Copa Davis. Se trata de lograr que los jugadores sean capaces de dar lo mejor de sí mismos en esta competición y mejorar los resultados», añadió el técnico catalán.
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APOYO
«Es la hora de ganar»
Un sorteo privilegiado: España debutará en la Copa Davis en el 2000 en casa frente al débil equipo de Italia. Unos cruces de ensueño: si se cumplen los pronósticos, España podría recibir en casa a Rusia en cuartos, a Estados Unidos en semifinales y a Australia en la final. Un camino llano: si la lógica ayuda, el equipo español podría disputar las cuatro eliminatorias que llevan al triunfo final sobre tierra batida. Y un reto ambicioso pero vez primera realista: ganar la Copa Davis por primera vez. «Es la hora de ganar. Hay una sensación máxima y un objetivo común: ganar la Copa Davis. Es ahora, o nunca», manifestó ayer Agustín Pujol, que añadió: «El tener un sorteo tan bueno ha ayudado en la decisión de cambiar al capitán. Ahora, es necesario hacer todo lo posible por aprovechar la oportunidad».
20 Octubre 1999
Paso a la controversia
Los cuatro mejores jugadores del tenis español actual están más unidos que nunca y se sienten capaces de ganar la Copa Davis. Para ellos la decisión de Agustí Pujol de sustituir a Manuel Santana y colocar a sus entrenadores al frente del equipo es un acierto, en gran parte porque ellos mismos han bendecido el cambio.Sin embargo, a muchos otros jugadores puede parecerles que la federación española ha privatizado la Copa Davis y la ha convertido en un feudo de un grupo determinado. Ayer, Pato Clavet, uno de los héroes de Nueva Zelanda, lo apuntó: «Hay jugadores a quienes no les ha sentado bien».
La decisión de Pujol comporta intrínsecamente ventajas e inconvenientes. Es evidente que cuatro entrenadores diseccionarán mejor las situaciones, y más si son quienes mejor conocen a los jugadores que, supuestamente, disputarán las próximas eliminatorias. Javier Duarte, Josep Perlas y Jordi Vilaró, tres de los capitanes, viven en el circuito y saben contra qué rivales se desenvuelven mejor sus jugadores y lo que pueden exigirles.
Sin embargo, esta situación plantea problemas. ¿Qué ocurrirá cuando deban llamar a jugadores que no sean los suyos? ¿Exigirán ésos también que sus técnicos sean capitanes? Por otra parte, ¿cómo le plantearán a Moyà o a Corretja que no van a jugar para dar paso a Ferrero en caso necesario? Los capitanes van a estar expuestos a unas presiones enormes.
«Vamos a ser muy honestos. Buscaremos lo mejor para el equipo», dice Duarte. Quienes les conocen no lo dudan. Y es precisamente ese aspecto, ese reto que se han impuesto jugadores y técnicos este año, unido al hecho de que todas las eliminatorias se jugarán en casa, lo que puede llevar a España a ganar la ensaladera. Pero es posible que ni eso les libre de la controversia.