Marujita Díaz anuncia su ruptura con Dinio en medio de sospechas de que toda su relación fue un montaje para cobrar por ir a platós de televisión

Mentiras y nada más que mentiras. El show que de unos meses a esta parte han protagonizado Marujita Díaz y su ¿novio? cubano no merecía ni una sola línea sino fuera que, para dolor de estómago, los vemos a todas horas en las televisiones y hasta en el selecto ¡HOLA! (la exclusiva de Marujita en la que no contaba nada fue otro tanto del contrario para la revista que más cuida a sus personajes y a sus lectores). Marujita llora y cuenta su relación con el tal Dinio, un guaperas cubano, que ya llevaba unas cuantas temporadas viviendo en la capital y saboreando la oscuridad de los tugurios nocturnos. En ciertos ambientes le conocían bien, demasiado bien y sabían de sus andanzas. Pero fue Marujita Díaz quien le sacó de este discreto anonimato para llevarlo del brazo, pavonearse con él, ridiculizarse a sí misma y mostrar en público unos besos y unas caricias que hacían daño a la vista. ¿Pero es que alguien se creyó tal romance? ¿y lo de la boda? Ahora anda cada uno por su lado desvelado sus intimidades y sus secretos de alcoba. El tal Dinio, que todo lo que tiene de guapo lo tiene de embrutecido, dice que hacían el amor ‘despacito y suavecito’. Insiste en que ha roto con Marujita porque no quería saber nada de su hija y sus declaraciones coinciden con las de la novia que dejó en Cuba y que es la madre de su hija, quien asegura que recibió malos tratos del cubano y que éste no se ocupa de la pequeña. Ver para creer. O para llorar. Se han separado cuando nunca estuviero juntos. O puede que sí. Pero que no hablen de amor. Que digan que fue una suma de intereses – tu me das los papeles, yo te doy mi cuerpo moreno – pero que no nos vendan más burras viejas. Cuentan que Marujita – ya le vale – ha cobrado cerca de cuatro millones por acudir al programa ‘Tómbola’ a contar su ruptura. Dinio hará lo propio sólo que serán las sobras de la artista las que él reciba tras su paso. Luego vendrá más guerra. Más árnica. El dinero mueve montañas y ya veremos cómo acaba esta historia Marujta Díaz, una mujer que ha visto los beneficios en la cuenta corriente de los escándalos sin temor al ridículo. Es su espectáculo y como tal hay que tomarlo.