4 febrero 2006

Mila Ximénez asegura en ‘Aquí hay Tomate’ de TELECINCO que Encarna Sánchez ‘murió con el dedo cortado’ para poder quitarle un anillo

Hechos

Emitido el 4 de febrero de 2006.

04 Febrero 2006

El dedo de Encarna Sánchez, la última historia para no dormir

Beatriz Cortázar

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Con Raquel Mosquera internada en la clínica López Ibor por sus problemas mentales, la verdad es que ya habíamos cubierto con creces la cuota de sucesos tremendos en las crónicas rosa. Sin querer hacer ninguna gracia de algo que es una gran desgracia, la verdad es que las noticias del corazón se han convertido en los partes médicos de las artistas o personajes de exclusivas sin que haya nada ni nadie que lo remedie.

Pero como el humor es algo que no hay que perder nunca, de carcajada resulta la última historia para no dormir que circula sobre la desaparecida locutora Encarna Sánchez, resucitada una vez más en los programas de televisión a tenor de los buenos resultados que suele dar su vida y milagros amorosos. Ahora cuentan que antes de enterrarla una siniestra persona le cortó el dedo donde llevaba un impresionante brillante en forma de corazón y que no podía sacar por lo hinchada que tenía la mano. La verdad es que me suena que he visto esa escena en alguna película de corte mafioso cuyo título no puedo recordar en este momento, pero que estoy segura de que también habrá visto quien hace estos comentarios y se queda como si tal cosa. Nada como cortar por lo sano y quedarse tan tranquila.

En fin, menos mal que la realidad suele ser mucho más normal y sencilla que la imaginación de ciertas mentes alteradas, y la inteligencia de las personas que siguen estos asuntos, más desarrollada de lo que muchos piensan. Cuando Encarna Sánchez murió víctima del cáncer en su cama de su casa en La Moraleja, únicamente la acompañaban dos personas de su absoluta confianza: sus fieles amigas Carmen Jara y Josefina. La enfermedad había deformado su cuerpo hasta el punto de que no llevaba nada encima, ni joyas, ni reloj, ni mucho menos brillantes en los dedos. Allí no hubo cortes de ningún tipo, puesto que enseguida se avisó a su familia y personas de confianza, y esa casa quedó precintada una vez que los restos mortales de la locutora fueron trasladados. Con tanto celo se realizó el cierre de su residencia que hasta el perrito «yorkshire» que siempre estaba con Encarna se quedó solo en el jardín de la vivienda y de lo más desamparado, sin saber qué pasaba a su alrededor. Menos mal que una buena compañera de Encarna en la Cope se hizo cargo de la mascota, adoptándola de inmediato.

Rocío Jurado sigue en Houston. Por decisión de la propia artista, ha preferido ingresar en la clínica de Houston donde le tratan su enfermedad, para no tener que estar entrando y saliendo del centro durante el tiempo que duren las pruebas que le están realizando. Al final su cuñada Rosa ha retrasado su vuelta a Madrid hasta que esté Rocío lista y se pueda mudar a su casa de Miami. Amador Mohedano me asegura que no hay ninguna complicación y todo forma parte de la rutina estipulada.