2 marzo 2018

Fue aliado y después enemigo de los Borbones, del régimen de Guinea Ecuatorial, de Rafael Calvo Serer (Diario Madrid), de Sebastián Auger (Informaciones), de Dario Válcárcel y Rafáel Pérez Escolar (El País), de Pablo Sebastián (El Independiente), de Pedro J. Ramírez (El Mundo), del Partido Popular de Madrid y de Democracia Nacional

Muere Antonio García-Trevijano, el abogado que fracasó en sus proyectos políticos y mediáticos, pero dejó toda una corte de discípulos en Internet fieles a su memoria

Hechos

El 2 de marzo de 2018 se conoció la muerte de D. Antonio García-Trevijano Forte.

Lecturas

ALIADOS QUE SE VOLVIERON ENEMIGOS, UNA CONSTANTE EN SU TRAYECTORIA.

El convencimiento del Sr. Antonio García-Trevijano de que la única democracia real en el planeta es la de Estados Unidos de América y de que España debía tener un sistema idéntico al norteamericano para ser verdaderamente democrático llevó al abogado y notario en excedencia a multitud de proyectos políticos y mediáticos para defender su ideal, pero que acabaron en conflicto y con sus exsocios convertidos en enemigos suyos.

El Sr. García Trevijano centraba todo su discurso en señalar lo mal que se hicieron las cosas en el periodo 1976-1978, aunque no tanto en explicar su mecanismo para corregir en la actualidad el sistema político español y convertirlo en algo similar al americano.

Sus polémicas y sus enemigos:

– Amigo de Don Juan Carlos de Borbón: El Sr. García Trevijano asegura que fue amigo de D. Juan Carlos de Borbón en su juventud pero que se separó de él por entender que no lucharía por una democracia ‘a la americana’ y pasó entonces a trabajar para su padre.

– Asesor de Don Juan de Borbón: El Sr. García Trevijano formó parte del consejo privado de D. Juan de Borbón, Conde de Barcelona (padre de D. Juan de Borbón) y le intentó convencer de que liderara la ‘platajunta’, Coordinación Democrática para instalar unas cortes constituyentes. Acabó enfrentado a D. Juan de Borbón y a otros consejeros suyos como D. Pedro Sainz Rodríguez y D. Luis María Anson.

– Asesor de Francisco Macías: En 1968 D. Antonio García Trevijano se querelló contra los políticos guineanos D. Atanasio Ndongo y D. Saturnino Ibongo por acusarle en el diario ‘Pueblo’ de estar financiando la campaña de su rival D. Francisco Macías y de ser quien le asesoraba en sus discursos y le orientaba a que se opusiera a los intereses españoles. Tras tomar el poder, D. Atanasio Ndongo y D. Saturnino Ibongo serían ejecutados por D. Francisco Macias.

– ‘Dossier Trevijano’: En 1976 los periódicos de la Transición difundieron el ‘Dossier Trevijano’ de D. Donato Ndongo en el que se desvelaba que el Sr. García Trevijano había sido asesor con nómina de la dictadura de Guinea Ecuatorial estableciendo sus tratados de cooperación con diversos países extranjeros y la creación de su banca oficial. El Sr. García Trevijano reconoció su colaboración con Guinea y con el Sr. Macías en temas comerciales, pero negó siempre cualquier relación con los crímenes guineanos y responsabilizó de la constitución guineana a D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón.

– Destituido de la ‘Platajunta’: El Sr. García Trevijano se consideraba el creador de la Junta Democrática (la plataforma de oposición en la que estaba el PCE) y que se fusionó en 1976 con Plataforma Democrática (la plataforma en la que estaba en el PSOE). En la Junta se enfrentó radicalmente al portavoz D. José Luis de Vilallonga, al PSOE y al PSP. Tras la fusión de ambas plataformas el Sr. García Trevijano fue expulsado de la misma.

– ‘Diario Madrid’: El Sr. García Trevijano era el apoderado de la empresa del periódico ‘Diario Madrid’, aliado de D. Rafael Calvo Serer. En esa etapa se enfrentó a todo el equipo de periodistas encabezados por D. José Oneto y D. Miguel Ángel Aguilar que le acusaron de causar el cierre del periódico para hacer negocios con la venta del inmueble.

– ‘Revista Reporter’: El Sr. García Trevijano fue editor de esta revista y nombró director al Sr. Martínez Soler, con el que acabó peleado después de que este la acusara de obligarle a publicar noticias sin verificar contra D. Manuel Fraga y querer hacerle responsable a él durante el juicio.

– Diario Informaciones’: El Sr. García Trevijano fue asesor de D. Sebastián Aguer durante la etapa de desmoronamiento de su periódico ‘Informaciones’ y todo el grupo. Los trabajadores del periódico de esa etapa como D. José María Izquierdo o D. Juan Pedro Quiñonero le acusaron de querer instrumentalizar el periódico para sus intereses personales.

– Diario EL PAÍS: El Sr. García Trevijano se asoció con D. Dario Valcárcel y D. Rafael Pérez Escolar para comprar juntos acciones del Grupo PRISA y tomar el control de EL PAÍS. La relación de los socios acabó mal, dado que se demandaron mutuamente y se descalificaron, el Sr. Trevijano calificó al Sr. Valcárcel de ‘chantajista y ladrón’. Al final el Sr. García Trevijano vendió sus acciones en PRISA al Sr. Mendoza y al Sr. Polanco cobrando importantes minusvalías.

– Aliado del PP, El Sindicato del Crimen: El Sr. García Trevijano se acercó a los periodistas afines al PP en 1993 y formó parte de la AEPI, en campaña contra el PSOE en las elecciones de 1993 y 1996. A cambio fue colocado como columnista en EL MUNDO de D. Pedro J. Ramírez y como comentarista en la COPE. Además el PP le colocó de asesor en la Comunidad de Madrid donde llegó a cobrar 15 millones de pesetas de la consejería dependiente de D. Gustavo Villapalos. También cobró como asesor de Vía Digital, la plataforma satélite auspiciada por el PP y D. Pedro J. Ramírez con Telefónica y TVE. En 1998 se produjo su ruptura con la AEPI, causando su ruptura con EL MUNDO y la COPE, con duras acusaciones tanto a D. Pedro J. Ramírez, como de D. Pablo Sebastián, a lo que acusó de haberle incitado a manipular. Sí mantuvo una relación cordial con D. Luis María Anson, siendo columnista de su periódico LA RAZÓN.

– Asesor de Gómez de Liaño en el caso Sogecable: D. Baltasar Garzón y D. Jaime García Añoveros, examigos de D. Antonio García Trevijano, le señalaron como la persona que había asesorado a D. Javier Gómez de Liaño y hasta había redactado textos de sus diligencias para construir el caso Sogecable e intentar con ello la destrucción del diario ‘El País’ y de todo el Grupo PRISA. D. Antonio García Trevijano sólo reconoció haber asesorado al Sr. Gómez de Liaño en la parte inicial de la causa. Tras la condena e inhabilitación del Sr. Gómez de Liaño acusado de ‘juez prevaricador’, juez y asesor rompieron toda relación con cruce de reproches.

– Con la extrema derecha: En su rechazo total a la transición el Sr. García Trevijano coincidió con figuras de la extrema derecha, por lo que aceptó participar como columnista en la revista RAZÓN ESPAÑOLA del exministro franquista D. Gonzalo Fernández de la Mora y participar en actos del partido político ultra Democracia Nacional, al coincidir todos ellos en su desprecio al proceso de transición española, aunque es dudoso que el Sr. Fernández de la Mora y Democracia Nacional respaldaran la idea de una ‘democracia americana’ en España. La revista TIEMPO dedicó una portada a los vínculos del Sr. García Trevijano con grupos de ultraderecha.

– Su propio jefe: Enfrentado con todos los anteriores, el Sr. García Trevijano optó por montarse su propia radio personal de la que él era el propietario a través de la Radio Libertad de la familia Ruiz Mateos y rodearse de una corte de discípulos y aduladores en torno al Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC), del que era fundador y presidente. Los militantes del MCRC le repetían una y otra vez su consignas asegurando que la única persona que de verdad había luchado por la democracia era él. El MCRC patrocina el abstencionismo en las elecciones como forma de rebeldía, pero parece más centrado en reivindicar lo mal que se hicieron las cosas en 1978 que en señalar como mejorarlas en 2018.

02 Marzo 2018

Una vida al servicio de la dignidad republicana

Fernando Palmero

Leer

«El día antes del nombramiento de Juan Carlos como sucesor a título de Rey, me llamó don Juan para que fuera a Estoril y allí escribí las dos cartas de contestación en su nombre, una para su hijo Juan Carlos y otra para Franco. Poco después, cuando ya había jurado, fui invitado al Club 31. Al entrar vi que Juan Carlos y doña Sofía me saludaban con la mano, pero yo miré para otro lado. Cuando van a salir, todo el restaurante, menos yo, se puso en pie a aplaudir y gritar ¡Viva el sucesor! Al llegar a la altura de mi mesa, la gente dejó de aplaudir y Juan Carlos me dice: ‘Tono –así es como me llamaban mi familia y mis amigos–, ¿es que no me vas a saludar?’. Incorporándome un poco, porque yo seguía sentado, le dije en voz muy alta: ‘al amigo, siempre. Al sucesor, jamás’. Me senté y hasta hoy no lo he vuelto a ver».

La anécdota está recogida del número de abril de 2011 de la revista Leer y es síntoma del carácter insobornable del abogado, notario, pensador y político granadino, una de las personalidades más anómalas y extraordinarias de nuestra historia reciente, fallecido la noche del miércoles a los 90 años en Madrid.

Ha contado Jaime Peñafiel que la amistad con don Juan Carlos, al que desde 1969 consideró un traidor a España y a su padre don Juan (de cuyo Consejo privado formó parte García-Trevijano) arranca en la Zaragoza de finales de los 50, cuando se produce un encuentro casual entre el futuro Rey, entonces en la Academia Militar, y un brillante abogado que acababa de conseguir una plaza como notario en Teruel. Con su primer trabajo bien remunerado, García-Trevijano, amante del lujo y el buen gusto, se compró un Pegaso Turing descapotable, un modelo hoy de coleccionista, que encandiló al joven cadete. Desde entonces, se forjó una amistad sustentada sobre todo en la facilidad para ligar con aquel coche y un amigo adinerado. Una noche, en el Savoy de Zaragoza, don Juan Carlos le preguntó a su amigo: «¿Qué es lo primero que tengo que hacer cuando sea rey?». Sin saber que sus palabras serían proféticas, respondió: «Meterme en la cárcel». Aún pasarían algunos años, pero el primer Gobierno de lo que Rafael Borràs (otro insigne republicano) llamó la Monarquía del 18 de julio lo mantuvo encerrado durante cuatro meses. Entre marzo y junio de 1976, por orden del ministro de Gobernación, Manuel Fraga Iribarne.

Convencido de la necesidad de que habría de ser una ruptura democrática la que acabase con la dictadura a través de un referéndum en el que los españoles eligieran entre monarquía o república, García-Trevijano había fundado en París, en julio de 1974, la Junta Democrática, de la que formaban parte el PCE de Santiago Carrillo, el Partido Carlista, los socialistas de Tierno y Morodo y representantes del Opus Dei, como Rafael Calvo Serer. Para contrarrestar su protagonismo, un año después el PSOE de Felipe González creó la Plataforma de Convergencia Democrática y propuso, haciendo de la debilidad virtud, la fusión de ambas. La misma tarde en que se firmó el acuerdo para crear la que popularmente sería conocida como Platajunta, García-Trevijano fue detenido en su despacho, lugar de reunión clandestina habitual y donde se había firmado una unión que él sabía que era una trampa. «Durante los cuatro meses que estuve preso», explicó en varias ocasiones, «Felipe González, en casa de los suegros de Boyer, pactó todo con Fraga excepto el sistema electoral». Se inició entonces una campaña de desprestigio, de la que García-Trevijano culpó siempre a Enrique Múgica, a cuenta de su pasado presuntamente corrupto en Guinea, que él siempre negó, incluso publicando en 1977 Toda la verdad para contrarrestar las denuncias vertidas en un libro del periodista Rafael Fernández, corresponsal de TVE en la ex colonia española.

Sin que nunca hayan existido pruebas concluyentes, es cierto que en el despacho del notario se redactó en 1967, bajo su supervisión y la de Francisco Macías Nguema, una Constitución para la futura Guinea independiente y que fue durante años muy estrecha la relación de García-Trevijano con el político guineano, convertido en dictador al poco de acceder al poder en octubre de 1968. Las acusaciones de haberse enriquecido con su labor de asesor y sobre todo con la creación del Banco Central de Guinea pesaron de forma determinante para dejar fuera del consenso político al que aspiraba a ser primer presidente de una hipotética tercera república española.

Desde entonces, García-Trevijano se dedicó a su labor intelectual, a sus colaboraciones en prensa (entre otros diarios, fue columnista de EL MUNDO), a sus estudios sobre el arte renacentista, del que era un especialista reputado, y a poner en marcha el Movimiento Ciudadano por la República Constitucional (MCRC), ya que no concebía la teoría política alejada de la práctica. Nunca creyó en utopías ni pretendió construir modelos ideales sino denunciar las razones por las cuales la nuestra no era una democracia plena, sino una oligarquía de partidos coronada sin separación de poderes real. Autor de El discurso de la república o Pasiones de servidumbre, su obra más rigurosa, Teoría pura de la república, es un compendio de todo su saber enciclopédico y su conocimiento de las Revoluciones francesa y americana. «La teoría pura de la república constitucional», concluye en su obra, «no es una bella idea que nazca en una mente idealista y se sustente por sí misma. Supone una acción política continuada y perfeccionada con el movimiento de la libertad constituyente del poder político». Y a ello dedicó Antonio García-Trevijano sus mayores e incansables esfuerzos.

Antonio García-Trevijano Fortes, intelectual y político, nació en Alhama de Granada el 18 de julio de 1927 y murió en Madrid el 28 de febrero de 2018.