19 julio 2011

Ex director de la agencia EFE, colaboraba con el diario del conde de Godó desde los años de la dictadura franquista

Muere Carlos Sentís, el histórico periodista catalán del Siglo XX, y veterano columnista de LA VANGUARDIA

Hechos

El 19.07.2011 falleció D. Carlos Sentís.

21 Julio 2011

Sentís, en paz

Arcadi Espada

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LE DAN homenaje a Carlos Sentís los jóvenes falangistas locales, el diario LA VANGUARDIA y los profesores socialistas. De vivir, hasta Eugeni Xammar le habría dicho: «Abráceme… que no volveremos a vernos!». El triunfo es absoluto. Patriótico. Lo que ha muerto a los 99 años es un gran patriota catalán. Durante muchos años costó que lo vieran. Esta bobada de que Cataluña y el catalanismo eran de izquierdas. Del Sentís suavemente racista que describe a los murcianos que llegan a Cataluña, en su briosa serie de reportajes sobre el llamado Transmiseriano, hasta el que murió ayer en olor de santidad hay un hombre de una pieza. Durante muchos años se le reprochó a Sentís un artículo en LA VANGUARDIA, de Guerra Civil, que tituló Finis Cataloniae? Y se le reprochó, para empezar, amputándole el interrogante. Quia! Se trataba de un artículo profundamente nacionalista, que tenía por guía y luz al muy nacionalista Charles Maurras. El apoyo del catalanismo a la dictadura de Franco fue un necesario movimiento estratégico, dotado de una profunda conciencia nacional. Al fin y al cabo, el franquismo hizo lo que ellos ni podían ni se atrevían a hacer, que era limpiar el país de la carroña frentepopulista. Y otra cosa importante: fue el franquismo el rígido aglutinante que puso en su sitio a las masas murcianas, andaluzas, españolas todas, que emigraban a Cataluña. El franquismo, y no esa cómica fábula integradora del PSUC, suc. LA VANGUARDIA Española y LA VANGUARDIA que ahora se escribe en vernáculo son, exactamente, lo mismo. Y si hubo alguien que fue VANGUARDIA hasta el tuétano mismo de sus huesecillos fue Carlos Sentís. Uno y otro unidad de destino en lo universal, ese regio eslogan que predica y practica desde su más tierna infancia el nacionalismo catalán.

Sentís escribió en los periódicos. Hay buenas series suyas de antes y de después de la guerra, desde los murcianos hasta los esqueletos vivos de Dachau, sobre los que proyectó una mirada iniciática y exclusiva. Pero Sentís fue uno de esos políticos que eligen el periodismo. Un merodeante, y entiéndase la palabra sin más aliño peyorativo. No fue, contra lo que se dice, el hombre que trajo a Tarradellas. Esa operación tuvo un cerebro, que fue Manuel Ortínez, y Sentís sólo hizo de primer mayordomo. Pero durante el franquismo y hasta 1980, el año del triunfo de Pujol, su vocación de insider brilló con oscuridad.

Ha muerto en la Cataluña que quiso. La que empieza a amanecer.