6 mayo 1988

Su sucesor, Giafranco Fini, iniciará un proceso para moderar el partido y distanciarlo del fascismo

Muere en Italia el líder del Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional, Giorgio Almirante, formación considerada fascista

Hechos

El 22.05.1988 falleció Girogio Almirante, fundador y presidente del Movimiento Social Italiano.

Lecturas

NUEVO LÍDER PARA EL FASCISMO ITALIANO

giafranco_fini D. Gianfranco Fini y su antecesor, D. Giorgio Almirante.

23 Mayo 1988

Un derrame cerebral acaba con el lider neofascista italiano Giorgio Almirante

Juan Arias

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Giorgio Almirante, de 74 años, presidente del Movimiento Social Italiano Derecha Nacional (MSI-DN) y líder carismático del neofascismo de este país, casado y padre de dos hijos, falleció a las 10.15 de ayer, en la clínica romana Villa Rosario, de un derrame cerebral que le había golpeado tiempo atrás. Tan sólo 24 horas antes había fallecido también su alma gemela, Pino Romualdi, fundador, con Almirante, en 1946, del partido y de ideas moderadas como las suyas.Almirante, que había nacido el 27 de julio de 1914, bajo el signo de Leo en Salsomaggiore, deja a su partido, el cuarto de este país después del socialista, dividido y con una fuerte crisis de identidad al seguir vivas en su interior tanto el alma tradicional y violenta de la vieja República de Saló como la moderna y moderada de partido nacionalista que protagonizaban Almirante y Romualdi.

Precisarnente en enero, Almirante, ya enfermo y desgastado, había dejado la secretaría del partido al joven delfín Gianfranco Fini durante un congreso violentísirno, en el que volaron puntapiés y puñetazos y que dejó profundamente amargado al viejo combatiente fascista, que hubiese deseado abandonar la escena con un partido unido en el signo de la moderación, por la que él había luchado, especialmente durante los ultimos 20 años.

El primero que ayer se presenta rendir homenaje a los restos iniortales de Almirante fue el misrno presidente de la República, Francesco Cossiga, seguido del alcalde de Roma, Nicola Signorello. Y a partir de entonces fue una procesión de personajes de todo tipo quienes acudieron a dar el pésame a su esposa e hijos.

Y es que todas las fuerzas democráticas italianas, empezando por el partido comunista, están agradecidas a Almirante por haber ido conduciendo al MSI-DN a la legalidad democrática, hasta el punto de que últimamente dicho partido se había acercado no sólo a la Democracia Cristiana, a la que estaba robando votos, sino también al mismo partido socialista. Y los votos de Almirante sirvieron no pocas veces para hacer aprobar leyes en el Parlamento, elegir jefes de Estado y aprobar enmiendas de la oposición comunista.

Entrevista con Craxi

Hace sólo dos años que Bettino Craxi, secretario socialista, había mantenido una larga entrevista con Almirante, a quien había prometido su apoyo para acabar con el llamado «prejuicio misino» y dar luz verde a su partido para que pueda participar no a escondidas, sino a pleno sol, en la vida política del país.

De hecho, últimamente, miembros del MSI estaban ya presentes en comisiones importantes y delicadas del Parlamento, como las de interior y asuntos constitucionales, e incluso en el comité para el control de los servicios de seguridad, al considerarse que el partido de Almirante «ha repudiado la violencia como instrumento de lucha política» como ha afirmado el dirigente socialista Rino Formica.

De Alrnirante todos han admirado, hasta sus mayores adversaríos políticos, su coherencia, su moralidad a prueba de bomba y su coraje en defender su credo político. Era de familia de actores de teatro, y todos envidiaban su oratoria aguda, brillante, como esculpida a cincel eficaz, hiriente y peligrosamente comprensible por el gran público por su lucidez y su lenguaje poco político.

Este corresponsal recuerda que hace unos años Almirante había tenido una conversación de una hora con el socialista Sergio Zavoli, ex presidente de la RAI-TV. Acabado el encuentro, Zavoli comentó: «¡Lástima que este hombre no sea de los nuestros!».

23 Mayo 1988

Los misinos en manos de un joven duro

Juan Arias

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La desaparición, en menos de 24 horas, de los dos líderes del MSI-DN, Giorgio Almirante y, Pino Romualdi, deja al partido neofascista italiano en una profunda crisis interna. Su nuevo secretario, el joven Gianfranco Fini, no posee el carisma de su padre espiritual.

Fini es un hombre del aparato, mucho más duro que Alrnirante, que se había acercado con nostalgia las últimas semanas al fenómeno del francés Jean Marie Le Pen con la esperanza de poder explotar aquí su efecto.

Es verdad que había sido el delfín de Almirante, quizá porque el viejo león misino le consideraba un joven sumamente inteligente y preparado y esperaba que con el tiempo, y bajo su protección paternal, podría endulzarse incluso de carácter. Quizá le gustaba porque su prosa es clara y cortante como un cuchillo, como era la suya.

Pero ya su elección no fue fácil, habiendo dividido en enero pasado el partido en dos mitades abiertamente enfrentadas. Y es que los viejos nostálgicos del fascismo duro, herederos de la república de Saló, que ya reprochaban a Almirante que hubiera traicionado los viejos ideales fascistas, consideran a Fini, pese a todo, demasiado moderno, aunque no sea más que por su juventud biológica.

Ahora dependerá mucho de quién sea elegido nuevo presidente del partido en sustitución de Almirante y nuevo director del órgano oficial del partido, Il Secolo d´Italia, en el puesto del difunto Romualdi.

Además, la desaparición de los dos líderes carismáticos y moderados coincide con la campaña para las importantes elecciones administrativas parciales que el próximo día 29 llevarán a las urnas a siete millones de italianos.

Los resultados demostrarán si la orfandad del partido le hará crecer por efecto de la muerte de Almirante o bien si retrocederá, lo que sería un signo de que la derecha fascista, tanto virulenta como moderada, ya no abriga esperanzas en el viejo mito neofáscista en un país que ha entrado de lleno en una conciencia democrática colectiva tan firme que, como decía el ex dirigente sindical comunista Luciano Lama, «hasta los más moderados la defenderían con las armas si alguien llegara a amenazarla».