9 abril 2014

Director desde los años setenta, evolucionó desde el franquismo hasta el independentismo tifereño

Muere José Rodríguez Ramírez, presidente y director de EL DÍA, el periódico más importante de Canarias

Hechos

El 9.04.2014 la prensa informó del fallecimiento de D. José Rodríguez Ramírez.

Lecturas

El director-propietario del periódico más leído de canarias, El Día, D. José Rodríguez Ramírez, fallece el 9 de abril de 2014 finalizando la etapa combativa de este periódico. Le sucede como directora y propietaria su hija Dña. Mercedes Rodríguez Rodríguez. Sus principales columnitas (y polemistas) D. Ricardo Peytavi y D. Andrés González de Chaves abandonarán el medio en noviembre.

10 Abril 2014

La muerte de José Rodríguez, magnate de la prensa canaria, presagia una nueva batalla política entre Soria y Paulino Rivero

Juan Manuel Pardellas

Leer

En Canarias es normal (y choca, por ejemplo, al peninsular) tratar de usted al que no se conoce… Pero José Rodríguez Ramírez era de los pocos personajes del Archipiélago al que reverencialmente muchos sectores de la sociedad aún nombraban como “Don José”, lo que puede empezar a dar una idea de lo que para todos ellos significaba (bien por respeto, admiración o miedo).

La muerte (este lunes por la noche, aunque se conoció el martes) de José Rodríguez Ramírez, editor y director de El Día, la principal cabecera periodística de Canarias según las últimas oleadas del EGM, ha desenvainado un enorme ruido de sables en el Archipiélago. No se trata ya de un mero ajedrez de intereses empresariales. O, al menos, no sólo eso. A la espera de conocer el contenido de su testamento, sobre sus herederos, en especial su hija, pesa una decisión histórica y nada sencilla.

Resultados del EGM en Canarias / Blogoferoz
Resultados del EGM en Canarias / Blogoferoz
La cabecera nacida en 1939 fue durante muchos años de esta joven democracia la niña mimada de los nacionalistas de ATI, primero, y Coalición Canaria, después, pero siempre con un matiz que forma parte del adn de su línea editorial: la defensa de los intereses políticos y socioeconómicos de la isla de Tenerife, por encima del resto de las del Archipiélago. No había dudas de que El Día era “el periódico de Tenerife” y sobre esa base levantó su imperio.

Aún así, los sucesivos presidentes del Gobierno de Canarias, nacionalistas y de Tenerife, cayeron en desgracia para su editor: Manuel Hermoso, primero, Adán Martín Menis, después y, con diferencia, el actual jefe del Ejecutivo Paulino Rivero (y su esposa, la concejal de Santa Cruz, Ángela Mena) recibieron todo tipo de duras críticas por lo que el diario entendía renuncia a la defensa de Tenerife y entrega al poder económico de Gran Canaria, la otra isla con la que Tenerife comparte capitalidad, rival histórica. Ninguno de sus primero adorados y luego rechazados presidentes movió un dedo para que se le concediera el Premio Canarias de Comunicación, que el propio editor defendía merecer como líder de la comunicación en el Archipiélago.

Heredero de Leoncio Rodríguez, Don José supo construir un imperio mediático incontestable y recibió todo tipo de reconocimientos
La casa siempre lanzó ataques notables a los dirigentes socialistas (de los que escaparon tan pocos nombres como dedos de una mano) y no pocos al PP, por la obediencia de ambas formaciones a los respectivos despachos madrileños, aunque el PP supo ganarse un hueco entre los mejor tratados en la última etapa del editor.

Heredero de Leoncio Rodríguez, Don José supo construir un imperio mediático incontestable y recibió todo tipo de reconocimientos sociales (calles, medallas, premios, pregones) y apoyos económicos. La casa estaba sólidamente cimentada, bien gerenciada. La redacción de El Día gozaba de estatus y sueldos superiores a los del resto de cabeceras, la producción periodística era notable y de calidad, su caja estaba saneada y sus opiniones pesaban e influían.

LeerMás
El doble voto del PSOE: no al referéndum catalán, sí al canario
Canarias y la batalla del petróleo (1): lo primero, saber
Tecnológicamente, El Día siempre estuvo a la vanguardia en rotativas, web, sistemas, distribución y todos los elementos propios de un portaviones de la comunicación. Bajo la marca matriz nacieron proyectos como Radio El Día (que jugó un papel crucial cuando la tormenta tropical Delta apagó el suministro eléctrico de la isla durante días) y la televisión local, que terminaría por convertirse en un cáncer económicamente inviable.

Pero los últimos años fueron menos brillantes para el gigante tinerfeño.

Un lento desgaste

Paralelamente al desgaste físico de su editor y director, el prestigio que aquilató durante decenios la mancheta fue desgastándose poco a poco. Llegaron los cayucos con miles de subsaharianos y El Día (con el aplauso de algunos dirigentes políticos y sociales) abanderó el miedo y odio al otro.

Cada vez más ajeno a los problemas reales de la sociedad tinerfeña, José Rodríguez, centró sus esfuerzos en desgastar a los nacionalistas y regalar los oídos a dirigentes del PP. Llegada la conclusión de que los canarios también habían sido traicionados por Coalición Canaria, Rodríguez Ramírez viró su línea editorial hacia el independentismo hasta convertirse en la voz y el medio del dirigente Antonio Cubillo, hasta que éste falleció en 2012. Claramente inspirado por Cubillo, el editor y director de El Día defendía un independentismo singular, con hegemonía de Tenerife sobre el resto de las Islas, con loas al Ejército y las fuerzas de seguridad del Estado y acercamiento a Marruecos. Y en el centro de todas las críticas Paulino Rivero y su esposa, a quienes, coincidiendo con la no concesión de una licencia legal a su emisora (que, objetivamente, se merecía por encima de muchos que sí la obtuvieron), hizo blanco de sus críticas despiadadas que han acabado en los tribunales.

Los últimos años de la vida de José Rodríguez quedaron marcados por dos vectores: las proclamas independentistas y el desgaste del presidente Rivero Los últimos años de la vida de José Rodríguez quedaron marcados por esos dos vectores: las proclamas independentistas y el desgaste a la gestión y la persona del presidente Rivero, amén de los gruesos ataques a cualquiera que criticara su línea y estilo editorial. A pesar de todo su poder, de llegar cada día a miles y miles de hogares, en las elecciones de 2011 los independentistas del Movimiento Patriótico Canario obtuvieron 2.710 votos .
El magnate de la comunicación chicharrera (gentilicio de los oriundos de Santa Cruz de Tenerife), con una vida austera y una memoria privilegiada, deja a sus herederos una difícil misión: qué hacer en el futuro con este imperio mediático.

Pocos dirigentes políticos y empresariales de los últimos treinta años han evitado visitar el despacho de Don José, e inteligentemente hay testimonio gráfico de todas esas lisonjas. En los últimos años, líderes nacionalistas de peso como Fernando Clavijo (alcalde de La Laguna y secretario general de CC en Tenerife), José Manuel Bermúdez (actual alcalde de Santa Cruz) o Carlos Alonso (presidente del Cabildo de Tenerife) se significaron por su acercamiento, lo visitaron y se fotografiaron a su lado cuando más duramente el editor atacaba a su jefe de filas, Paulino Rivero. Los socialistas, que siempre fueron maltratados, también acudían a sus faldas y el PP, que de cuando en cuando también recibía estopa, ha sido el gran beneficiado de sus editoriales.

Su funeral este miércoles fue de los más multitudinarios que se recuerdan, banda de música municipal incluida. Y las muestras de condolencias son casi infinitas.

Por eso, ahora no hay tiempo para el silencio respetuoso por su muerte. Los políticos no tienen tiempo que perder.

La ocasión de Rivero

A Paulino Rivero se le abre una oportunidad histórica de desembarcar en esta Omaha mediática que tanto lo ha desgastado personal, política y socialmente. A él y a su esposa. Rivero tiene a su favor la firma del Boletín Oficial, algunos acaudalados amigos y no menos aliados en otros medios canarios y peninsulares que podrían ayudar a dar por terminado su martirio a solo un año de las elecciones autonómicas, a las que espera concurrir para un tercer mandato. Eso sí, previo importante desembolso económico. Si la heredera accediera (lo cual prácticamente se descarta entre quienes más la conocen), Rivero tendría casi todo el terreno mediático despejado para respirar tranquilo en la campaña de 2015.

Pero no es el único que mira con interés a El Día. El ministro José Manuel Soria (presidente del PP en Canarias) puede estar también al acecho. Y no es descartable que haya movido ya algunos peones y esté detrás de una o varias de las operaciones empresariales que, se dice, ya han tomado posiciones, bien con capital local, regional y/o nacional (los grupos Vocento y Prensa Ibérica han manifestado alguna vez algo más que interés por esta cabecera).

Hay quienes aseguran haber visto en los años ochenta un cheque de 3.000 millones de pesetas extendido a nombre de José Rodríguez con la firma de Antonio Asensio (el propietario del Grupo Zeta) por la compra de El Día.

Otros dicen que la última oferta recibida apenas llegó a los 2 millones de euros, mientras Don José calculaba el valor de la marca y todo el grupo (periódico, web, radio y tv) en más de 10 millones de euros.

Pero una plantilla sobredimensionada, una tv ruinosa, las deudas propias de la crisis y de la profesión periodística, más una última gestión discutible de los activos disponibles, hacen de la compra de El Día una operación no exenta de riesgos, aunque, ciertamente, la más segura de las tres cabeceras de Tenerife. El valor de la marca, su posicionamiento en el mercado, los muchos y buenos profesionales que le quedan a pesar del último ERE, los miles y miles de lectores, oyentes y televidentes lo convierten también en objeto de deseo.

Añada el lector la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales mas el enfrentamiento visceral, a muerte, entre el presidente Rivero (CC) y el ministro Soria (PP) y ya tiene algunas claves para interpretar lo que ocurrirá en un futuro no tan lejano con el principal diario impreso de Canarias.

Abran juego (o fuego).