Muere José Rubianes Alegret «Pepe Rubianes», humorista de izquierdas cuyas herramientas favoritas eran el insulto y la provocación

Pepe Rubianes, «actor galaico catalán», como él mismo se definía -porque nació en Galicia aunque vivió casi toda su vida en Cataluña-, falleció ayer domingo en Barcelona a los 61 años de edad, víctima de un cáncer de pulmón. La enfermedad le había apartado de los escenarios desde el pasado abril, cuando representaba en el Club Capitol barcelonés, su teatro habitual desde hacía años, su espectáculo La sonrisa etíope.

Rubianes era una persona radicalmente libre. Alejado voluntariamente de la corrección política y militante del sarcasmo y la ironía, tanto dentro como fuera de los escenarios, apenas hacía distinciones.Era esa actitud insumisa la que la granjeó tantos afectos como tirrias. Ayer mismo, internet se llenaba de manifestaciones en uno y otro sentido: mientras cientos de seguidores aportaban sus testimonios de duelo y recuerdo, otras páginas recordaban las palabras iracundas que el actor lanzó en 2006 desde la televisión, diciendo: «A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás, que se metan a España en el puto culo, a ver si les explota dentro…». Aquella desafortunda intervención, por la que después pidió disculpas, le ocasionaron en su momento el boicot de algunos teatros y una denuncia judicial posteriormente sobreseída por la Justicia.

Rubianes era de esas personas que no dejan a nadie indiferente, y, a sabiendas de su capacidad de provocación, iba radicalizando su discurso cuando se refería a injusticias sociales. Así, su sátira terminó transformándose en un discurso de una sinceridad extraordinariamente cruda. Su último espectáculo, La sonrisa etíope, fruto de su compromiso con las desigualdades sociales en África, era tan humorístico como agriamente crítico.

Pero Pepe Rubianes se hizo popular como actor cómico. Había nacido en Villagarcía de Arosa (Pontevedra) en 1947. Descubrió el teatro en la universidad de Barcelona, donde se licenció en Derecho.Y debutó profesionalmente en 1977 con la compañía Dagoll Dagom en el que fue su primer éxito, No hablaré en clase. En 1978 participó en Antaviana, espectáculo basado en cuentos de Pere Calders, y en 1981, con Els Joglars, en Operación Ubú, antes de decidirse a actuar en solitario.

Rigurosamente vestido de negro, con sus expresiones popularmente groseras y su aclamada mala baba, protagonizó sucesivamente Pay-pay (1983), Ño (1984), Sin palabras (1987), En resumidas cuentas (1988), ¡Por el amor de Dios! (1991) y Ssssscum! (1992), en el que se proclamó rey de la onomatopeya. Después vendrían Rubianes: 15 años (1995) y, de manera especial, Rubianes solamente (1999), que estuvo nueve años en escena. El actor galaico-catalán consiguió un público fiel, afecto y numeroso, al que jamás defraudó por duras que fuesen a menudo sus palabras.

Muestra de su tremenda popularidad fue la constatación de Televisió de Catalunya cuando, tras un estudio para ver qué persona aparecía más en TV3, esa no era ni el entonces president Jordi Pujol ni ningún político, sino el propio actor. Por aquel tiempo batió un récord Guiness al ser entrevistado durante 14 horas ininterrumpidas por Toni Soler (Polonia). Pero las apariciones en pantalla de Rubianes se remontan al año 1982, cuando apareció en el popular curso de catalán Digui-digui. Y después, protagonizó en TVE la serie Makinavaja (1995).

En 2006 estrenó el montaje Lorca somos todos, basado en la detención y muerte del poeta. Mientras hacía promoción de este montaje en la televisión autonómica catalana, fue cuando pronunció las polémicas declaraciones, que intentó justificar diciendo que iban dirigidas a «la España que asesino a Lorca, no a la democrática».

Rubianes obtuvo diversos premios, entre los que destacan el Cartelera Túria, el Ciutat de Barcelona y el Gat Perich. La capilla ardiente se ha instalado en el tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona, pero por deseo de sus familiares, el funeral tendrá lugar esta mañana en la más estricta intimidad.