20 octubre 1999
El nuevo banco tendrá un liderazgo bicéfalo, con dos co-presidencias, ocupadas por Emilio Ybarra y Francisco González
Nace el banco BBVA, formado por la fusión entre el BBV y Argentaria, para disputarle al Banco Santander el liderazgo bancario
Hechos
Los presidentes del Banco Bilbao Vizcaya (BBV), D. Emilio Ybarra y el banco Argentaria, D. Francisco González, anunciaron la fusión entre ambas identidades para crear el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA).
Lecturas
El 19 de octubre de 1999 se anuncia la fusión entre el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) que preside D. Emilio Ybarra Churruca y el antiguo banco público Argentaria, que preside D. Francisco González Rodríguez, para intentar competir con el poder del Banco Santander, que acaba de absorber al Banco Central Hispano.
De la fusión entre el BBV y Argentaria nace el banco BBVA que busca presentarse como una fusión entre iguales con dos co-presidentes, los propios D. Emilio Ybarra Churruca y D. Francisco González Rodríguez, aunque la naturaleza de ambos es radicalmente distinta, dado que el Sr. Ybarra Churruca llegó al BBVA apoyado por las familias del ‘Neguri’ vasco, mientras que el Sr. González Rodríguez llegó a su cargo de presidente de Argentaria nombrado a dedo por el Gobierno del PP, con D. Rodrigo Rato Figaredo como ministro económico.
El BBVA es el principal accionista privado de Telefónica, y también tiene importantes participaciones en Endesa e Iberdrola.
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EL BBVA, ACCIONISTA MAYORITARIO DE TELEFÓNICA
D. Juan Villalonga
El BBVA es el accionista mayoritario de la compañía Telefónica – compañía presidida por D. Juan Villalonga – puesto que antes de la fusión el BBV tenía más de un 6% y Argentaria cerca de un 5%.
20 Octubre 1999
Fin de una etapa
No por largamente anunciada, la fusión del BBV y Argentaria -técnicamente, la absorción de Argentaria por el Banco Bilbao Vizcaya- pierde importancia en el proceso de reordenación de los servicios financieros que se está produciendo en España y en Europa. Es inevitable referirse a la gran fusión bancaria anterior, que ejecutaron diez meses atrás el Banco Santander y el Central Hispano, para entender la urgencia que acuciaba al otro gran banco español, el BBV, necesitado de una operación de envergadura para no quedar rezagado en el proceso de concentración bancaria que se está jugando en todo el mundo. Ayer se formalizó este paso esperado. El BBVA, nueva sigla de la entidad resultante, será el primer banco español por capitalización bursátil: 6,2 billones de pesetas. Sus activos están valorados en casi 40 billones, tiene una cuota del mercado financiero español del 20% y cuenta con 1,3 millones de accionistas.El BBV y Argentaria eran dos bancos obligados a entenderse para no enfrentarse en solitario con grupos financieros más poderosos en España y en Europa. La fórmula de la copresidencia de Emilio Ybarra y Francisco González hasta el año 2002, fecha en la que el segundo ocupará la presidencia única, garantiza que durante el periodo de transición hacia un banco unificado existirán canales adecuados para resolver las fricciones internas que inevitablemente se producirán. La piedra angular de esta operación es que el consejo de administración, con clara mayoría del BBV, funcione adecuadamente y no interfiera con posiciones contradictorias en el periodo de transición. La experiencia de fusiones anteriores, largas y costosas, recomienda que la estructura de poder en el periodo de integración sea muy clara y evite cualquier riesgo de confusión. En este caso, la presencia del consejero delegado único, Pedro Luis Uriarte, el hombre que soportó la unión entre el Bilbao y el Vizcaya, garantiza que el mando será único y las estrategias serán incuestionables.
El sector financiero español no se ha quedado atrás en el proceso de las fusiones bancarias, y ése es un hecho que permite observar con optimismo el futuro de la banca española en el espacio financiero europeo. Una de las características más relevantes de la fusión BBV-Argentaria es que cancela la etapa de fusiones perentorias entre los grandes bancos españoles y dibuja una distribución del poder bancario fundada en dos grandes entidades, BBVA y BSCH, que tienen además un gran poder sobre los sectores estratégicos y de servicios. Es posible que este dibujo financiero se mantenga en España durante cierto tiempo. Lo cual no significa, ni mucho menos, que la expansión financiera en España se haya detenido, sino que los próximos movimientos del BSCH y el BBVA se producirán en el ámbito bancario europeo.
La aproximación del BBV al banco italiano Unicredito, los escarceos del BSCH en Francia e Italia o la compra del 2,6% del Deutsche Bank por parte de La Caixa, la otra gran entidad financiera, indican que la banca española se dispone a buscar alianzas accionariales inmediatas en su mercado natural, y que la próxima frontera serán las fusiones con grupos financieros de otros países. Con la advertencia de que quedan incógnitas estratégicas en España que deben ser despejadas: el futuro de las cajas de ahorro, cuyo régimen legal y distribución geográfica rígida las sitúa, para bien o para mal, fuera del mercado de las fusiones, y la presencia del Banco Popular, último vestigio de los llamados siete grandes durante los años setenta y ochenta.
La concentración bancaria es un recurso empresarial legítimo e incluso aconsejable en algunas circunstancias; pero en ningún caso debe aceptarse de forma acrítica y dar por sentado que será beneficioso para la sociedad y para los consumidores. Precisamente porque las entidades mayores ganan una gran cuota de poder en el mercado financiero es por lo que los mecanismos de arbitraje económico y social -el Gobierno, el Banco de España y la CNMV, entre otros- deben prestar atención especial al mantenimiento de la competencia y transparencia en el mercado del dinero. La fusión del BBV y Argentaria, como las anteriores, no cumplirá sus objetivos si empeoran los servicios a los clientes, si no se aprovecha para bajar las comisiones y costes de operación que pesan sobre los usuarios o si, desde otro punto de vista, no se clarifican las posiciones de la banca en el sistema industrial. Clarificación que supone aceptar las reglas escritas y no escritas del mercado que prohíben la presencia de accionistas significativos comunes en empresas competidoras. Así ocurrirá, por ejemplo, en Iberdrola y Endesa. La fusión BBV-Argentaria debe ser juzgada principalmente por los beneficios que produzca al público y a sus accionistas.
20 Octubre 1999
Otro gran banco español
Emilio de Ybarra explicó ayer que la fusión BBV-Argentaria era ‘el final de una crónica largamente anunciada’. No le faltaba razón al copresidente del nuevo BBVA. Y tampoco alotro copresidente, Francisco González cuando dijo que la nueva entidad va a ser ‘un banco espectacular’. La realidad desnuda es que ayer, 19 de octubre nació otro gran banco español que, según su vicepresidente y consejero delegado, Pedro Luis Uriarte ‘aspira a ser uno de los bancos más eficientes, rentables y competitivos del mundo’. Y es que España, en pocos años, ha pasado de tener un sector financiero atomizado y con problemas, a poder presumir de los bancos más sólidos del mundo y, ahora también, con un tamaño, una dimensión y una potencia que les permitirán – les permiten ya – competir, de tú a tú, con los grandes gigantes europeos e incluso americanos. De alguna manera, el nacimiento del BBVA cierra la historia de la banca española de pre-euro para abrir la puerta grande del futuro en el nuevo mundo global del euro. Las empresas y los bancos españoles siempre habían sido, en el mejor de los casos, segundones en la escena internacional. Por fortuna eso ha cambiado y, especialmente en la banca, con la aparición primero del BSCH y ahora del BBVA, cobra una dimensión radicalmente diferente. El nuevo BBVA, por ejemplo, es el segundo banco europeo por capitalización bursátiles s decir, por su valor de mercado. El BBVA, por lo tanto, al margen de peripecias personales y de otros intereses – incluso políticos – nace como un proyecto de futuro que era, como había detectado el mercado, casi inevitable, aunque no por ello menos adecuado. Además también será el competidor necesario, imprescindible, del otro gran gigante financiero español, el BSCH. El primer capítulo de la nueva historia de la gran banca española se cerró ayer con brillantez. Ahora tiene todo un futuro espléndido por delante.
20 Octubre 1999
Una fusión bancaria como punto de partida
La fusión entre BBV y Argentaria, el futuro BBVA, no por esperada es menos trascendental. La combinación de ambas entidades crea el segundo grupo bancario nacional – el primero en términos de capitalización bursátil – y representa un serio desafío para el liderazgo del BSCH en el mercado español. Los dos bancos tienen un alto grado de complementariedad y llegan al pacto en un buen momento de forma. EN particular, Argentaria ha superado con éxito un proceso de reestructuración que fue iniciado por Francisco Luzón y que ha completado su actual presidente.
Desde el punto de vista nacional, la fusión pone a España a la cabeza del proceso de consolidación de la banca en Europa. En ningún otro país relevante se han producido movimientos tan significativos en el sector. Ya la fusión entre Santander y BCH fue la primera respuesta en toda Europa al nacimiento del euro; ahora, la operación que dará luz al BBVA remata el ajuste y sitúa la banca española – que añade tamaño a sus excelentes ‘ratios’ de rentabilidad y eficiencia – en condiciones de competir sin complejos en el disputado escenario internacional. Lo expresó ayer con toda claridad el presidente del BBV, Emilio de Ybarra: “Esta fusión es un punto de partida, no de llegada”. Con esta dinámica de trabajo, las últimas aproximaciones apuntan al mercado italiano como próximo objetivo, aunque probablemente la futura entidad necesitará una pausa antes de embarcarse en nuevas aventuras.
El nuevo BBVA, pues, nace con buenos auspicios y libre de hipotecas de peso. Sus cuotas de mercado no parecen amenazar la libre competencia. Incluso algunos aspectos dolorosos de este tipo de operaciones, como los excedentes de personal, parecen menos conflcitivos de lo habitual. EL único flanco débil de la fusión es que la sintonía de criterio entre los dos presidentes, Emilio de Ybarra y Francisco González, no se prolonga, aparentemente, al resto de los equipos dirigentes de ambas entidades. La trayectoria profesional de algunos directivos de Argentaria, vinculados en su día al antiguo Banco Vizcaya, hace pensar que se pueden reabrir viejas heridas. Pero ese riesgo – el choque de culturas, la amenaza de la diversidad – es inherente a la mayor parte de las fusiones, y no ha de servir para empañar una operación que ayuda a fortalecer el sector bancario español y a insertarlo en el corazón de la economía europea.
20 Octubre 1999
Un coloso europeo entre Bilbao y Madrid
Definitivamente, 1999 pasará a la historia económica de nuestro país como el año en el que se transformó por completo el sector bancario. La esperada fusión del BBV con Argentaria, ratificada ayer por sus respectivos consejos de Administración, da carpetazo al mapa español y culmina un proceso que ya solo podrá tener episodios relevantes fuera de nuestras fronteras. El recién nacido megabanco es uno de los gigantes del escenario financiero mundial, además de grande, una entidad rentable y eficiente.
En la banca global de nuestros días, tamaño significa capacidad de maniobra, independencia de criterio, acceso a nuestros mercados, a negocios estratégicos y a las tecnologías de futuro.
La fusión del BBV y Argentaria responde a una lógica empresarial clara y ha sido realizada con criterios técnicos. El nuevo organigrama aprovecha las mejores capacidades de cada entidad y pasa por encima de las inevitables disputas personales, obviando los siempre delicados repartos políticos. La nueva estructura directiva deberá gestionar la imponente cifra de 37,6 billones de activos y dirigir a 91.004 empleados – 38.343 en España y 52.661 en el extranjero – localizados en una tupida red de 7.317 oficinas. Tanto los dos presidentes del banco como el vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato han asegurado que los ahorros de costes que la fusión permite se harán sin menoscabo de los derechos de los empleados.
El BBVA tendrá su sede social en Bilbao y contará con dos centros operativos, en la capital vizcaína y en Madrid, lo que colma las expectativas locales y satisface determinadas sensibilidades importantes. La historia económica del País Vasco no se puede escribir sin la referencia continua a las dos entidades que dieron nacimiento al BBV, y su futuro necesita de un grupo poderoso que irradie riqueza en el entorno y preste su apoyo a las iniciativas empresariales y culturales, que se vayan formando en adelante.
20 Octubre 1999
Fusión positiva con algunas dudas por despejar
No por muy esperada deja de ser una noticia de magnitud internacional la fusión del BBV y Argentaria. Se crea un gigante financiero de primerísimo nivel europeo. El nuevo BBVA será el primer banco de España y segundo de Europa en capitalización bursátil (6,2 billones de pesetas), el primero de nuestro país en cuanto a beneficios (205.000 millones de pesetas el año pasado) y el segundo en activos (37 billones de pesetas), por detrás del BSCH.
Precisamente la unión del Santander y del Central Hispano, hace justo nueve meses, hacía más que previsible que las dos entidades siguientes en la tabla clasificatoria del sector siguiesen sus pasos. No sólo era previsible: era deseable. Un paso hacia el duopolio, se titulaba el 16 de enero el editorial de EL MUNDO. Un duopolio puede permitir la supervivencia de dos competidores y proteger los intereses del público, pero también puede con cierta facilidad convertirse en un cartel en detrimento de los consumidores. Por ello, el anuncio hecho ayer debe ser acogido de forma positiva, aun con ciertas cautelas que convendrá despejar pronto.
El objetivo del nuevo BBVA es «crear un gran banco muy rentable, con un enorme potencial de crecimiento en un contexto mundial que exige actores potentes», en palabras del presidente de Argentaria, Francisco González. En efecto, ambas grandes instituciones que desde ahora dominan abrumadoramente el sector en España alcanzan las dimensiones que les pueden asegurar su supervivencia, pese al ímpetu del actual proceso de concentración en toda Europa.
Probablemente, lo harán con alianzas como la iniciada por el BBV con el italiano Unicrédito. En cambio, y de haber proseguido su camino solos, el BBV y Argentaria estaban a merced de cualquier OPA hostil por parte de alguno de los verdaderos monstruos del panorama europeo.
Así que, por la fuerza de las circunstancias, la idea que en su día tuvo el Gobierno de propiciar una banca española de cuatro patas ha sido reemplazada por la realidad de este duopolio. Un trío desigual de BSCH, BBV y Argentaria era a medio plazo insostenible.
La fusión encierra importantes claves políticas y sociales. El Estado poseía una golden share -minoría accionarial de bloqueo- en Argentaria, y a todas luces el Gobierno propiciaba activamente la fusión ayer confirmada. (A diferencia de la del BSCH, negociada a espaldas del Ejecutivo). El BBV, por su parte, forma parte del acervo social vasco y toda impresión de desvasquización sería muy mal recibida en Euskadi, donde existe una marcada sensibilidad en todo lo que se refiere a su institución financiera. Todo ello ha precisado de inteligentes compromisos, como es el de mantener la sede en Bilbao, mientras que el consejero delegado unánimemente ratificado por su gran capacidad, Pedro Luis Uriarte, posee más que sólidas credenciales como ex consejero del Ejecutivo de Vitoria.
Es de resaltar el decisivo papel en todo este encaje de Emilio Ybarra, que primero sacó adelante la traumática fusión Bilbao-Vizcaya -un proceso cuyo fracaso llegó a anunciarse más de una vez- tras la muerte de Pedro de Toledo, y ahora abre con generosidad la vía de una ampliación imparable del ámbito de propiedad y gestión del BBVA. Es el final del modelo Neguri, de control plurifamiliar de un banco, al igual que la creación del BSCH cerró el modelo Botín de control unifamiliar.
La nueva institución refuerza la presencia del BBV en Iberoamérica, que ya era impresionante, con el añadido del negocio de gestión de pensiones de Argentaria. Además, y sobre todo, el BBVA controlará el mayor grupo industrial del país. Lo controlará tanto, en ciertos casos, que para mantener los niveles de concurrencia que la salud del mercado exige deberá sin duda desprenderse de algunas participaciones. Por ejemplo, es previsible que tenga que elegir entre Endesa e Iberdrola, en el sector energético.
Primer accionista, por amplio margen, de Telefónica, el nuevo BBVA va a tener una presencia igualmente amplia en los medios de comunicación; en particular, se encuentra hoy en ambas plataformas de televisión de pago. Ello crea una situación similar a la que ha surgido en el sector de la energía.
Y es que lo que preocupa a los usuarios de los servicios bancarios e industriales de la nueva entidad es que se mantenga la competencia y no se encarezcan los servicios.
También puede producir inquietud la reducción de plantilla que, aun pactada con los sindicatos, enviará a la jubilación anticipada a muchos de los 90.000 empleados.
Competencia y empleo: son éstos los ámbitos de incertidumbre que convendrá aclarar. Rodrigo Rato y Manuel Pimentel, desde el Gobierno, ya han advertido de que deberá mantenerse una escrupulosa vigilancia en torno a ambos.